"Visitar la isla de Zanzíbar es una prueba en contra del tiempo para los turistas. La isla es grande, las playas que descansan en el mar índico son extensas e increíbles y el centro histórico –Stone Town– acumula 200 años de antigüedad. Este pequeño barrio lleno de edificios árabes, mezquitas y bazares, es Patrimonio de la Humanidad. A diferencia de Tanzania (Zanzíbar pertenece administrativamente a este país africano) el 99% de su población es musulmana y el entorno es el de una nación árabe. Grandes mansiones –lamentablemente algunas sostenidas sólo por la suerte– recuerdan un pasado de jeques que disfrutaban del dinero que llegaba por el comercio en general, especialmente las especias. En medio de las callejuelas de Stone Town existen muchos hoteles que son edificios antiguos restaurados y otras construcciones públicas que se convirtieron en museos. Es el caso de The House of Wonders, un palacio de tres pisos frente al mar –el más grande de la isla–, con unos balcones espléndidos y en el cual es posible reconstruir la historia de Zanzíbar. La construcción data de 1883 y perteneció al sultán Bragas. Los guías hablan inglés perfecto y cobran una propina que bien vale la pena.

Otro lugar que aparece en los imperdibles (definición cuestionaba, sin duda) en la mayor parte de las guías turísticas, pero que merece una visita es The Palace Museum o Sultan Palace, como fue bautizado en 1890. El principal mérito de este museo abierto en 1994 es que permite acercarse al mundo de los sultanes, al que los occidentales sólo conocemos por guiños históricos, algunas cuestionables referencias fílmicas o libros de historia. Muchas cosas se perdieron luego de la revolución social de 1964, pero sin duda que en la compañía de un buen guía, esta visita se hace indispensable. Antes, por supuesto, de ir a disfrutar de las playas de Zanzíbar". Más información en www.zanzibar.net.