"Armé Tipo Móvil pensando en la valoración del oficio. Como diseñadora, cuando salí de la universidad me encontré frente al computador la mayor parte del tiempo. Ahí fue cuando surgió la necesidad de volver a desarrollar el trabajo manual y encontré el letterpress. Cuando me vine a Santiago me tocó hacer clases en una universidad y tuve que aprender más sobre sistemas de impresión, incluido éste. Hacía tiempo que en Europa y Estados Unidos se estaba rescatando este tipo de impresión, pero aquí en Chile sólo una persona la estaba desarrollando. Sabía que tenía ganas de hacer algo a mano y fue así como llegué a interesarme por la impresión con tipos móviles.

La imprenta de tipo móvil es un sistema muy antiguo. Es el mismo tipo de imprenta que creó Gutenberg en el siglo XV, y que hoy está prácticamente en desuso. En el taller tenemos cuatro máquinas que he ido comprando de a poco. Las prensas que tengo son casi consideradas basura, porque el avance de la tecnología las ha dejado obsoletas. Generalmente las compro a imprentas que se quieren deshacer de ellas. Todo el rato me están ofreciendo cosas. Me las traería todas, pero por un tema de espacio tengo que decir que no. Son máquinas antiguas, pesadas, algunas muy grandes. Cuando encontré la primera máquina me enamoré de ella y la compré. Me la vendió un señor que había trabajado en una imprenta que cerró. No venía con ningún tipo de manual. El vendedor me hizo una pequeña inducción y ¡a imprimir! Ha sido un proceso completamente autodidacta y por eso mismo al principio me equivocaba mucho. Es un trabajo muy manual, y finalmente lo que más importa es el tiempo que debes dedicarle a cada impresión. Algunas de las máquinas que tengo funcionan con motor, otras solo tienen una rueda, por lo que cada parte del proceso debe ser a mano.

Los tipos móviles que tengo en el taller son todos usados porque es muy difícil encontrarlos nuevos, ya casi nadie los produce. Los he recolectado de distintos lugares pero siempre, al igual que con las prensas, son objetos de los que la gente se quiere deshacer. Estas pequeñas piezas son hechas de plomo y los hay de todos los tamaños y caracteres del abecedario. Y es a partir de ellas que uno va formando las palabras que luego se imprimen. Generalmente vienen en bolsas y por kilo, todos mezclados. He organizado jornadas de separación con amigos y compañeros, en los que hemos pasado días completos, desde las 8 de la mañana hasta las 11 de la noche, organizando solo una bolsa de tipos. Como están mezcladas primero hay que seleccionar los tamaños de las letras. Eso se hace con una regla de punto que indica el tamaño con la misma escala que se usa en el computador. Recién ahí, cuando has logrado juntar todos los tipos de un tamaño, puedes empezar a armar las familias tipográficas.

Una familia tipográfica es algún tipo de letra como Garamond o Helvética en la que puedes encontrar muchas unidades de cada caracter. Eso implica que no solo vengan todas las letras del abecedario y los signos de puntuación, sino no que también debes tener una misma letra varias veces para poder formar las palabras que quieres imprimir. Una vez que logras armar una familia, las tipos se guardan en un chibalete, que es una especie de cajonera con cajones muy pequeñitos. En cada uno de ellos se guarda un tamaño de letra de la misma familia. Como yo no tengo las familias completas o no he logrado ordenarlas todas aún, en cada chibalete tengo dos o tres familias. Dentro de cada uno de los cajones hay subdivisiones para que cada letra vaya separada. Se ordenan de forma tal que las letras más usadas van más cerca y es más fácil acceder a ellas. Esto varía según el idioma.

La primera parte del proceso de impresión es armar la matriz con los tipos móviles. Las palabras se ajustan dentro de una rama usando piezas que las sujetan y las mantienen en su lugar. Luego se elige el color y se entinta la máquina. La rama con la matriz se ajusta en la prensa, se pone el papel y se comienza a imprimir. Una de las partes más complicadas es hacer calzar los diseños cuando se quiere imprimir en más de un color. Es ahí donde se cometen más errores, porque el papel se ajusta manualmente y el calce debe ser preciso, exacto. En estos casos hay que imprimir primero en un color y luego limpiar la prensa, cambiar la tinta y volver a poner el papel para imprimir el nuevo color. Todo esto se hace completamente a mano.

Una de las características de la impresión con tipos móviles es que al ejercer presión sobre el papel, éste se hunde levemente. Este efecto que antiguamente era visto como un error en la impresión, hoy es algo que muchos clientes buscan. Es curioso cómo en un inicio la imprenta buscaba transformar este oficio de imprimir en una industria a gran escala, y hoy pareciera ser que el círculo se completó y que la impresión vuelve para convertir la industria en algo más cercano al arte.

Andrea Torres es diseñadora (37) y se dedica al letterpress. Es la fundadora del taller tipográfico Tipo Móvil, donde imparte talleres y realiza impresiones a pedido. Su cuenta de Instagram es @tipomovil