"En esta área del museo nos dedicamos a la investigación y conservación la colección botánica, es decir: de las plantas. La necesidad de clasificar las plantas comenzó hace cientos de años pero lo que nos interesa hoy es que este conocimiento llegue a la mayor cantidad de personas y no sólo a los especialistas. Por supuesto que para los expertos nuestra área del museo es un espacio único porque nuestro herbario es el único lugar en Chile donde se puede certificar científicamente la existencia de algunas especies que ya están extintas y eso es muy valioso, pero si lo pensamos, es valioso para todos. No sólo para botánicos.
Nuestro herbario es un levantamiento maravilloso de nuestra flora y aquí tenemos catalogas de más de 200.000 especies nativas y exóticas. Esta iniciativa comenzó a formarse en 1830, cuando el naturalista francés Claudio Gay empezó un estudio de los recursos naturales en el país que se sigue nutriendo hasta nuestros días. Yo llegué el año 1985 al museo, cuando tenía 27 años y estaba recién graduada de biología. Empecé a trabajar en puesto técnico del área de Botánica y recuerdo que no tenía muchas expectativas, siempre he sido bien objetiva y ya conocía el herbario porque había investigado plantas, así que más o menos sabía a lo que venía. Lo que nunca pensé es que iba a trabar toda mi vida trabajado aquí. Al poco tiempo me ofrecieron quedarme y ahora voy a cumplir 35 años trabajando en este lugar.
Me acuerdo que lo primero me encargué al llegar fue conocer todas las etapas de cada una de las labores que se hacen aquí y lentamente fui perfeccionándome en cada una. Hoy sigo haciendo algunas tareas técnicas que hacía cuando recién llevaba pocos meses en el museo y me encanta. Creo que en estos años ha influenciado mucho que el museo esté dentro del parque Quinta Normal, que es un entorno maravilloso y tranquilo. Todos los días llego temprano en la mañana, después de haber tomado desayuno en mi casa y aquí, antes de entrar, veo los árboles que tenemos alrededor de este edificio. El parque es un lugar hermoso y observar cada estación del año, con su diversidad, es un privilegio. Siempre he entendido lo importante que es nuestra labor a nivel patrimonial. Lo que hacemos aquí importa para el pasado pero también para el futuro y eso me hace soñar.
Además del herbario tenemos una biblioteca especializada que es una de la principales fuentes de los estudios de la biodiversidad vegetal de nuestro país y un laboratorio al que llegan científicos de todas partes del mundo a consultar o corroborar diagnosis taxonómica con el material de nuestro herbario, muchos vienen a confrontar ejemplares recolectados en trabajos de investigación y aquí pueden hacer una revisión detallada de los ejemplares conservados para validar la identificación "taxonómica" de ciertas especies.
Ya sea en el laboratorio, en el herbario, en la biblioteca o en las oficinas administrativas, yo me siento cómoda en todos los espacios de trabajo del museo. Lógicamente que los lugares que tienen ventana me siento mejor, pero me adapto fácil. Actualmente somos tres profesionales trabajando en el área botánica: un investigador, un curador y una administradora. Somos poquitos y nos encantaría crecer e ir incorporando a nuevos especialistas, pero tenemos un presupuesto muy limitado. ¡Soñamos con tener un especialista en gramíneas o cactáceas!
Siempre, desde el colegio, he estudiado y trabajado rodeada de hombres. En terreno, muchas veces soy la única mujer e incluso en mi familia tengo dos hijos hombres, así que sé tratar con los hombres y tengo la suerte de que en el mundo biológico hay una conciencia y un sentimiento de igualdad entre hombre y mujer, quizás debido a que estudiamos las plantas, donde sería absurdo creer que hay un género por sobre otro. Pero en general creo que las mujeres tenemos que empoderarnos, sobre todo para enfrentar a los colegas hombres que están en cargos de poder y lo usan a su favor.
Actualmente estoy muy metida en el tema del arbolado urbano y esto me atrae por múltiples motivos. Me interesa, por ejemplo, el polen del Plátano Oriental y su impacto en la población humana de la ciudad. El estudio de las plantas nunca es algo aislado de lo que nos pasa a los humanos, de hecho mi tesis del magíster fue sobre el polen y esto se correspondió con la época en que los test cutáneos de alergias salían positivos, y así siempre van apareciendo relaciones. Plantas, animales y humanos somos parte de la misma trama y siempre tenemos que estar conscientes de eso.
Paralelo a mi trabajo en el museo tengo un interés por el dibujo botánico. Esto comenzó de bien temprano en mi vida cuando sentía que tenía habilidades y técnicas para ilustración científica, de hecho la tesis de pregrado que hice sobre los pólenes de la Isla Juan Fernández la hice con ilustraciones botánicas mías en reemplazo a las fotografías. Hoy creo que hay una revaloración del dibujo botánico porque es una técnica que detalla las particularidades que hace diferente una especie de la otra y porque también hay una nueva apreciación de la belleza que es capaz de conseguir un dibujo científico. Y siempre quedarán plantas por ilustrar, lo que me parece muy desafiante.
Me siento afortunada de haber nacido en este país, por su geografía y por su diversidad de clima. A mí no me dan miedo las arañas ni los insectos, pero me dan pánico las serpientes. A lo largo de nuestro país puedes acampar donde quieras y lo máximo que te puede picar son los zancudos y los tábanos y eso me alivia. Sobre todo porque me gusta mucho andar en terreno. Este país es lo más hermoso que existe, y yo siempre les digo a mis colegas internacionales que me saqué la lotería de poder estudiar su flora. La gente no sabe el tesoro que tenemos. Y me entusiasma saber que nuestra misión es que el conocimiento de nuestra maravillosas especies pueda ser accesible a todos."
Gloria Rojas (62), es la jefa del Área Botánica del Museo Nacional de Historia Natural.