"Llevo diez años trabajando en el Planetario de la Universidad de Santiago de Chile, y desde hace dos años que soy su directora. Antes estaba a cargo del departamento de educación y cuando tuve que asumir este desafío fue imprevisto, pero me encantó. Estudié Historia del Arte, entonces uno de mis enfoques ha sido trabajar con los científicos para que el conocimiento pueda ser compartido por gente como yo, que no necesariamente tiene una formación científica.
La idea es que aquí todos podamos entender y, para eso, ocupamos el arte como herramienta. No sólo buscamos hacer simple lo que es complejo, sino que hacer bello lo que es complejo. Hasta el Planetario llegan niños, jóvenes y familias, pero también muchos adultos y personas de la tercera edad. Es un espacio transversal en el que la idea es que nadie se sienta tonto haciendo una pregunta, todo lo contrario.
Es importante que conectemos con el universo. Lo que se está haciendo hoy en Chile en materia de astronomía es fantástico. Hay que mostrarlo. La astronomía es el nuevo cobre para nuestro país. Si pensamos en la inversión internacional que hay en el Norte para observatorios astronómicos, somos la capital mundial en esa tecnología. Para observar el universo desde la Tierra, el mejor lugar en este momento es Chile.
A nosotros lo que más nos gusta es inspirar. Al inspirar, cuidamos y valoramos lo que tenemos y lo que podremos tener el futuro. El Planetario busca fomentar vocaciones científicas y que los jóvenes vean una posibilidad en la ciencia. Y generar en el futuro científicos chilenos potentes. Por eso el año aquí es bastante movido. Durante la época escolar, recibimos colegios desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde. Para los niños es una experiencia extraordinaria y para nosotros resulta muy enriquecedor también. A veces desde sus preguntas generamos contenido para nuestras películas.
Entregamos conocimiento astronómico de una forma entretenida y producimos también películas. Ahora vamos a estrenar una película sobre eclipses. Tenemos un área que está concentrada en generar producciones audiovisuales con guionistas, productores, directores de arte, científicos y creativos. Durante el verano en el Planetario hay charlas abiertas, conciertos bajo las estrellas, jornadas de observación astronómica con telescopio y cursos de astronomía.
Desde afuera los días acá pueden parecer iguales, pero la verdad es que por dentro son bien distintos y agitados. Yo llego temprano y lo primero que hago es saludar a don Pedro, el jefe de piso que está a cargo de que todo funcione. Todo pasa por él. Luego me vengo a mi oficina. Para empezar mi día necesito un café, y por eso aquí tengo una cafetera francesa y café de grano. Además, mi agenda, mi computador y mis apuntes.
En mi oficina hago un análisis de las visitas que tuvimos, las funciones que dimos y, a partir de ahí, tomamos nuestras decisiones para adelante. Siempre tenemos que levantar fondos y asegurar el futuro de este lugar. Una parte de mi trabajo pasa aquí y otra parte importante pasa en las dependencias del Planetario. Me interesa que en cada espacio haya un cruce entre ciencia y arte.
Los lunes, generalmente, tenemos reunión de coordinación con todo el equipo. Me gusta chequear personalmente que todo el anillo esté funcionado, y esa es una ronda que hago también a principios de la semana. A veces me doy cuenta que no está el video que debería estar. Chequeo con el jefe de operaciones cómo estuvieron las proyecciones del fin de semana y empezamos nuestra semana.
Trabajar en el Planterario es desafiante pero sobre todo, muy entretenido. Mi equipo es muy comprometido, somos pocos, pero la gran mayoría llevamos mucho tiempo trabajando aquí, algunos más de 20 años. A todos nos encanta, sabemos que somos privilegiados. Somos 34 personas, hay periodistas, ingenieros en sonido, ingenieros comerciales, productores, operadores, gente de recursos humanos y contadores. En el área de administración trabajamos bien juntos y todos en sus oficinas tenemos imágenes del universo. Estamos en "modo planetario".
Mi propia relación del universo es a través del enigma. Me hace preguntarme por cuál es el futuro de este planeta. La Tierra tiene un equilibrio muy frágil y estamos en un momento de inflexión con ese tema, nuestra tarea es motivar a los niños a trabajar en la ciencia y encontrar en el futuro soluciones al estado crítico en el que estamos. Aquí he aprendido a mirar las estrellas e identificarlas. Mi mirada se ha ido afinando científicamente. Orión es mi constelación favorita y de hecho tengo impresa una gigantografía impresa a espaldas de mi escritorio. Me gusta porque conjuga estrellas moribundas, jóvenes y estrellas comunes.
En mi escritorio también hay obras de arte, que me recuerdan la relación con la belleza y lo visual que tiene que tener nuestro Planetario. Tengo una pequeña biblioteca personal y de las publicaciones que hacemos acá. Trabajar aquí es un privilegio, un honor y una tremenda responsabilidad. En este edificio, diseñado por el arquitecto Óscar Mac Clure Álamo y construido entre los años 1982 y 1984, no sólo miramos hacia el universo, sino que tenemos verdaderas joyas, como el proyector estelar Carl Zeiss.
El proyector que está al centro del domo y tiene más de 34 años. Es la verdadera estrella del Planetario. Tiene 160 lentes que reproducen sobre un negro absoluto más de cinco mil estrellas. Sobre el proyector hay una cúpula de aluminio microperforado y luego viene el cono que lo protege. Además es la imagen más reconocible de este lugar y nosotros estamos muy orgullosos de tenerlo y protegerlo. Es una pieza de museo, pero que está viva y además de mostrarnos lo que está lejos, nos inspira".
Jacqueline Morey es la directora ejecutiva del Planetario de la Universidad de Santiago.