"Este negocio empezó en 1915 cuando la familia de mi señora llegó a vivir a Chile desde el norte de España. En ese momento su bisabuelo empezó a desarrollar diferentes negocios y uno de sus emprendimientos comerciales fue instalar esta tienda de sombreros. Desde ese entonces, y por 104 años, esta ha sido una empresa familiar que ha ido pasando de generación en generación.

Cuando se abrió esta tienda, todo el mundo usaba sombreros. Podías ver niños sin zapatos, pero nunca sin sombrero. Antiguamente, en el tercer piso del local teníamos una fábrica donde se confeccionaba la mayoría de los productos que se vendían en la tienda. Hace más o menos 15 años ese taller se cerró. Con el paso del tiempo, el sombrero ha dejado de ser una parte imprescindible del vestuario de las personas y se ha convertido en un accesorio que poca gente usa. Además, existen muchas posibilidades para comprar productos importados a precios muy bajos. Nosotros hemos mantenido el mismo local a través de los años porque la idea no es hacernos ricos con este negocio, sino que mantener viva una tradición familiar. Tenemos clientes que están cerca de los 100 años y que venían a la tienda cuando eran niños, con sus padres o abuelos.

Este local se hizo conocido por la figura que tenemos en la vitrina, que golpea con un bastón el vidrio. El nombre oficial del negocio es Sombrererías de Chile, pero casi nadie sabe eso. La gente nos conoce por el monito que el fundador de la tienda compró en un remate en Francia y trajo a Chile en la década del veinte. Él fue el de la idea de poner esa figura en la vitrina golpeando contra la ventana y no dentro del local. Fue una jugada visionaria, porque en esa época era una curiosidad tremenda. Eso hizo que el local se convirtiera en un punto de referencia cuando todo este sector era un lugar de paso para la gente que iba a al mercado: '¿Dónde nos juntamos? Donde golpea el monito'. Y desde esa época nos conocen por ese nombre.

Si bien la venta de sombreros ha disminuido, nosotros hemos logrado mantenernos porque vendemos productos de muy buena calidad. La gran mayoría de los sombreros que tenemos son confeccionados en Chile, por personas que trabajaron alguna vez con nosotros y que ahora tienen sus propios talleres. También hay un porcentaje menor de sombreros que importamos del extranjero, de países como Ecuador o Bolivia, y también traemos materias primas de otros países sudamericanos. La calidad de los productos chinos ha llegado a ser muy buena con los años, pero a pesar de eso no los vendemos en la tienda. La mayoría de los sombreros chinos que llegan a nuestro país son de muy mala calidad, así que se han hecho muy mala fama.

En este local trabajamos cinco personas, dos de ellos extranjeros porque desde un inicio este ha sido un negocio vinculado a personas inmigrantes que llegaron a Chile desde el otro lado del mar. Para mí el día parte un poco antes de las 10 de la mañana. Soy yo el que tiene todas las llaves del local y me encargo de abrir junto a uno de nuestros vendedores más jóvenes. El resto del equipo va llegando en distintos horarios, algunos más antiguos con más privilegios que otros, llegan a eso de las 11:00.

Actualmente lo que más se vende, sin duda alguna, son los sombreros que usan los rockeros y la gente vinculada al mundo artístico y de la televisión. Después de la serie Breaking Bad, por ejemplo, los clientes comenzaron a pedir el sombrero que usa el protagonista. Es un modelo muy antiguo que existe desde mediados del siglo XIX y se llama Pork Pie. Hay distintas versiones; algunas sencillas y otras con una pequeña pluma o decoración en un costado, pero sin duda el estilo que se puso de moda fue el de color negro sin adornos que usa Walter White. La gente joven sigue mucho las tendencias y las modas. Otro de los modelos que se vende harto es el sombrero de copa, porque es uno de los accesorios que utiliza Slash, el guitarrista de Guns n' Roses. Nosotros atendemos toda esa demanda por sombreros novedosos, si no lo tenemos se lo confeccionamos de distintos colores y personalizados. Y también atendemos a nuestros clientes antiguos, a los más tradicionales. Ellos son los que vuelven una y otra vez buscando modelos convencionales".