Paula 1200. Sábado 21 de mayo de 2016.

El lettering no es el arte de escribir –eso es la caligrafía–, sino el de dibujar escribiendo.

Más alejada aún está la tipografía, con la que también se le suele confundir, pero que consiste en el diseño ciento por ciento digital de un sistema de caracteres replicables hasta el infinito. Y, aunque ahora está de moda, el lettering en Chile no es para nada nuevo. Prueba de ello son los famosos carteles de micro antigua, tan chilenos, obra de destacados letreristas como Zenén Vargas. "El éxito que ha tenido en el último tiempo tiene que ver con que ahora todo es muy visual. Sí importa qué tan lindo sea el parte de tu matrimonio o la lista de compras que tienes en tu cocina", dice Eleonora Aldea, una de las máximas exponentes de esta tendencia hoy.

Su camino en las letras partió en junio de 2015 cuando, como buena diseñadora gráfica, al enfrentarse a la difícil pregunta de qué regalarle a una buena amiga para su cumpleaños, se decidió por algo hecho por ella misma. Quiso innovar con un cuadrito con alguna frase de Tori Amos, la cantante favorita de la festejada. Pensó que no quedaría tan mal porque siempre ha tenido linda letra. En el colegio le pedían que escribiera los mensajes del diario mural o cualquier cosa que necesitara de una prosa estética. Entusiasmada por algunas algunas luces de esta tendencia que había visto en redes sociales, entró a Youtube y tipeó: "escribir frase con lettering". Hoy, un año después, Eleonora tiene una papelería en la que vende sus obras online y ofrece talleres que agotan sus cupos en tiempo récord.

Entre los infinitos estilos que existen, el que hoy vemos en muchas tiendas de decoración es el brush lettering, que es el dibujo de letras con pincel-lápiz o brush pen.

"Aunque al comienzo lo tomé como un hobby, con el tiempo el lettering se convirtió en mi obsesión y mi principal fuente de ingresos", cuenta Eleonora, quien luego del regalo a su amiga, empezó a practicar sin parar, siguió decenas de cuentas en Instagram (recomienda especialmente @lettering_co y @letteringcamp) y tomó un taller con el renombrado letrista Leo Calderón. "Como es habitual en mí, subía a mis redes lo que iba aprendiendo y mis experimentos. Entonces la gente me empezó a pedir por encargo", cuenta. Así nació la papelería Aldea Pardo (@aldeapardopapeleria), en la que vende libretas, agendas y cuadros con frases a pedido.

Con esto, Eleonora conjuga dos de sus grandes habilidades, además de la fotografía: la comunicación –tiene un blog y es columnista habitual del sitio web para mujeres Zancada– y el diseño. "Me fascina que en el lettering no solo importa cómo lo dibujas, sino también lo que estás comunicando en esa frase. A mí me ha ido tan bien, en gran parte, por el juego entretenido que se da entre una estética bien romántica combinada con frases chuchetas o garabatos. Oraciones súper chilenas que pueden identificar a muchos. Es impresionante, pero lo que más me han pedido es un cuadro que dice MIUP, y abajo chiquitito se lee: me importa un pico. Y la gente quiere colgar eso en su living porque les llega de una u otra manera".