Aunque no usen palabras como las personas, las mascotas tienen su forma especial de comunicarse, tanto entre ellos como con nosotros. Lo hacen usando todos los recursos que tienen a mano- o a pata-, como los ruidos, movimientos y las distintas actitudes que toman en cada situación.
Los perros, por ejemplo, cuentan con distintos tipos de lenguaje y uno de ellos es el lenguaje corporal, o sea aquel en el que interviene tanto su cuerpo como su posición. Hablamos de sus gestos, las señales que dan, los movimientos de su cola y del resto de su cuerpo. Pero también de los movimientos que hacen al momento de dormir,
En el caso de la cola, ésta suele indicar alegría y entusiasmo. Por lo general permanece levantada, y cuando el animal busca comunicarse a través de ella la mueve de un lado para otro. Si la mueve principalmente hacia el lado derecho, se trata de un estímulo positivo, pero cuidado si tu perro mueve su cola hacia la izquierda: esto puede significar tensión, especialmente si se encuentra frente a otro perro.
Si por el contrario, baja la cola y la mete entre sus patas, quiere decir que está con miedo o sintiendo agresividad, como si lo estuvieran maltratando o tuviera otro perro más grande y agresivo cerca. También se lee como agresividad cuando el perro mantiene una postura rígida, su pelo erizado y los dientes a la vista.
Por otro lado, los ladridos también comunican mensajes específicos, y aunque a veces creamos que suenan siempre igual, en las sutilezas está la diferencia. Si el ladrido es fuerte, agudo y rápido, es signo de defensa y territorialidad. Si es gutural o corto, puede ser una advertencia. Si es un ladrido corto y alegre, es un saludo, y si es agudo posiblemente quiera jugar.
Pero cuidado si escuchas un ladrido agudo, alto y similar a un grito: indica que el animal está sufriendo o bajo un dolor.
Y las personas ¿cómo podemos comunicarnos con los perros? Primero a partir de una comunicación no verbal, para luego pasar a una comunicación verbal: Partiendo con un refuerzo positivo en forma de premios; constancia en la práctica de habilidades y costumbres; organización en los horarios diarios; y por supuesto, poniendo atención a lo que el perro trata de comunicar.
Y al momento de descansar, es misión del dueño estar atento del comportamiento de su mascota. Y es que aunque en primera instancia se recomienda escoger una cama o colchón en base a su tamaño, una variable a tener en cuenta es cuánto se mueve mientras duerme.