Benjamín Ossa: juegos de percepción
El dibujo, la luz y la temperatura del color son tratados en la obra de este artista con rigor casi científico. La muestra, que estará en galería Artespacio, hasta el 5 de enero de 2013, recrea un espacio oscuro, que es interceptado por objetos que emiten reflejos luminosos o se dibujan a través de su sombra, generando una sofisticada fantasmagoría.
Paula 1110. Sábado 8 de diciembre 2012.
El dibujo, la luz y la temperatura del color son tratados en la obra de este artista con rigor casi científico. La muestra, que estará en galería Artespacio, hasta el 5 de enero de 2013, recrea un espacio oscuro, que es interceptado por objetos que emiten reflejos luminosos o se dibujan a través de su sombra, generando una sofisticada fantasmagoría.
Lóbrego es la segunda muestra individual de Benjamín Ossa (28). Artista egresado de la Finis Terrae, ha trabajado en forma muy independiente, diseñando mecanismos para intervenir la percepción del espacio físico. Sus dispositivos transforman la visión del observador, utilizando para ello fenómenos físicos y visuales, como las formas geométricas, la luz, la refracción y la temperatura de color. La mayoría de las obras que expone esta vez, son cuadros hechos con papel recortado que luego ilumina por detrás. "No concibo que no exista una dinámica entre mi trabajo y quien lo observe. Algo tiene que suceder. Creo que el espectador va a poder relacionar ciertos aspectos de la obra con experiencias propias y, desde ahí, entrar", comenta el artista.
Juan Downey decía que más que la obra en sí misma, le interesaba producir una experiencia en el público y ser "observador de los observadores". Del mismo modo, Ossa recupera el placer de transgredir la imagen para encontrarse con el espectador en el terreno de la experiencia. Es en el contacto con el otro donde la obra adquiere su sentido.
Con curatoría de Constanza Güell, la muestra Lóbrego, que Benjamín Ossa montó en Galería Artespacio, incluye una serie de cuadro fabricados con papel recortado que se iluminan por detrás. A esto de agregan también dos grandes piezas como la que se ve en la foto superior: una estructura que proyecta sombras sobre el muro.
Comparado con lo que hacen otros artistas de su generación, el trabajo de Ossa es muy serio. Riguroso y obsesivo en su factura, él hace todo: aplica tecnologías caseras de manera seudocientífica y, además, se basa en dibujos y cálculos para que la obra funcione según un plan. En esta muestra trabajó a partir de un semicírculo y se obligó a construir todos los objetos y formas a partir de ese único elemento. El resultado es extraordinariamente armónico, en un equilibrio que surge como desarrollo de la misma geometría. "Si el residuo es bello, me parece fantástico", dice Ossa. "Pero no busco hacer algo bello: eso es algo que puede suceder: es lo inesperado".
Tras egresar de Arte en la Finis Terrae, Ossa pasó por el taller de fotografía experimental de Eugenio Dittborn e hizo estudios de Diseño en la Católica. Lóbrego es su segunda muestra individual, y ha estado en varias colectivas. También tuvo una destacada participación en las en ferias de arte contemporáneo como Ch.ACO y Pinta, en Nueva York.
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