Encontrar el bienestar emocional en tiempos difíciles

bienestaremocional2



Viktor Frankl

¿Cómo podemos encontrar la manera de apreciar y agradecer lo que tenemos en momentos de crisis? La respuesta, según Tal Ben-Shahar, escritor y profesor estadounidense e israelí especializado en psicología positiva y liderazgo, es que necesitamos sentir y vivir nuestro bienestar emocional en momentos buenos, pero por sobre todo necesitamos sentirlo y abrazarlo en momentos difíciles. Porque es esta sensación de bienestar emocional la que nos ayudará a fortalecer nuestra resiliencia para enfrentar momentos como los que estamos viviendo actualmente.

Si queremos entender de una manera simple cómo funcionamos al mirar la realidad, podemos darnos cuenta de que existen tres grandes áreas: los afectos, la conducta y la cognición. Todo lo que vivimos es percibido desde nuestros propios anteojos, con nuestra única manera de sentirlo, pensarlo y actuarlo. Cada uno de estos elementos son y serán la manera que tenemos y encontramos para enfrentar la realidad.

Por eso es que ninguna crisis será igual para todos y, aunque sea la misma "realidad", será vivida de miles de maneras distintas. Incluso en una misma familia existen distintas vivencias en cada uno de sus integrantes. Cada uno vive y enfrenta desde su propia vereda.

La mayoría de las veces sabemos cómo trabajar nuestro bienestar emocional cuando estamos en un buen momento. Se hace fácil y sale casi de manera natural, pero ¿cómo lo trabajamos estando en crisis? Ben-Shahar en su última conferencia online, dio algunas respuestas.

El Afecto, lo que sentimos

Permitámonos ser humanos: Dejemos fluir todas aquellas emociones que son parte de lo que estamos viviendo. Nos encontramos en una situación dura e incierta y necesitamos conectarnos con las emociones negativas que trae consigo, porque si no logramos conectarnos con eso que nos es difícil, tampoco podremos conectarnos con lo positivo. Para que nuestros afectos fluyan, necesitamos que fluyan todos, sin discriminar y sin bloquear ninguno.

En una situación de crisis no podemos pretender que todo parezca normal, no podemos solo mirar las oportunidades que ésta trae consigo. También necesitamos conectarnos con lo que perdemos, con lo que cuesta, con lo difícil, con lo frustrante y angustiante que es vivir una situación en la que no existen las certezas y en la que nunca hemos estado.

Hablemos de lo que nos pasa, contemos lo difícil que es y lo que nos cuesta, démonos permiso para tener rabia, pena o frustración y el espacio y la oportunidad de hablarlo con los que más queremos.

Escribamos lo que sentimos. Está comprobado que escribir nos acerca a nuestros sentimientos y permite que ellos salgan y sigan su curso natural.

Lloremos lo que necesitemos llorar. No nos guardemos la angustia o la rabia, démonos el permiso para llorar: abrazada a la almohada, encerrada en el baño o frente a nuestros niños. Para permitirnos ser felices necesitamos permitirnos estar tristes, y eso es aún más importante en tiempos de incertidumbre y crisis.

Agradezcamos: Cuando ya hemos logrado conectarnos con todas nuestras sombras, podemos tomarnos un minuto para mirar al cielo y nuestro alrededor y darnos el tiempo para agradecer. La gratitud ayuda a nuestro sistema inmune. Además, siempre hay algo por lo que podemos estar agradecidos, incluso en los peores momentos. Podemos llevar una pequeña libretita e ir escribiendo todo aquello que agradecemos de cada día, intentando siempre mirar las cosas pequeñas que nos regaló el día. Si nuestro pensamiento se enfoca solo en las dificultades y en lo negativo, nos enfermaremos mental o físicamente. Elijamos enfocarnos en lo que sí tenemos, en lo que sí hay, en lo que sí nos hace felices.

La Conducta, lo que hago

Pongámonos en marcha y hagamos ejercicio: Es paradójico que a veces cuando estamos más estresados es cuando más dejamos de hacer ejercicio. Encontramos todo tipo de escusas para dejar de hacer deporte y es cuando más lo necesitamos. El ejercicio alivia el estrés, libera endorfinas y nos hace poner nuestra mente en blanco. Es nuestro fármaco natural por excelencia para disminuir los niveles de ansiedad o depresión. Y si no hay tiempo por que estamos con los niños o con el teletrabajo, tomemos cada cosa que tengamos que hacer de la casa como una oportunidad para ejercitarnos. Puede que no tengamos tiempo para tomar una hora de clases online, pero podemos ponernos en movimiento con pequeños cambios en nuestras rutinas diarias. Flexibilicemos nuestra mirada a hacer las cosas de distinta manera, lo importante es ponerse en marcha, eso nos activa y aumenta nuestro ánimo.

Démosle tiempo y cariño a nuestras relaciones: Nuestros vínculos son el predictor número uno de nuestro bienestar emocional y en tiempos de distanciamiento social podemos generar espacios de acercamiento emocional. Encontrémonos con nuestros seres cercanos, démonos el tiempo de juntarnos virtualmente o estar colgados al teléfono por algunas horas. Probablemente estemos más irritables o saltones con aquellos que convivimos día a día, dejemos que eso pase, porque es real y es honesto. Tengamos tiempo en familia y cuidemos los espacios personales.

La Cognición, lo que pienso

Démonos permiso para distraernos: Muchas veces pensamos que distraernos es una manera de evitar aquello que se nos hace difícil y doloroso, y entonces elegir distraerse toma una connotación negativa. Sin embargo, hay que tener claro que si hemos sido capaces de mirarnos en nuestras emociones negativas, si hemos llorado y hemos pataleado, también tenemos derecho a distraernos. Podemos elegir qué mirar y hacia dónde dirigimos nuestra atención. Podemos limitar nuestro tiempo de exposición a noticias o medios de comunicación y poner nuestra atención en un buen libro, una serie divertida, en cocinar, tejer, escribir, pintar, bailar, aprender o cantar. Y la verdad es que nada es tan malo o tan bueno, es nuestra cabeza la que codifica nuestra realidad. Si logramos equilibrar hacia dónde dirigimos nuestra energía, lograremos equilibrar también lo que pensamos y sentimos en torno a nuestra realidad.

No existe "una sola" manera de vivir este momento, ni una manera "buena" de hacerlo. Cada uno podrá hacer su mejor intento para seguir funcionando, aceptando que será un funcionamiento distinto y a otro ritmo. Estemos conscientes de que, si logramos trabajar en nuestro bienestar emocional, tanto individual como familiarmente, estaremos aportando nuestro pequeño granito de arena al mundo, porque lograr estar bien en momentos de crisis también es contagioso. Contagiemos algo que sume.

María José Lacámara, psicóloga infanto juvenil, especialista en terapia breve y supervisora clínica. @joselacamarapsicologa

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.