Paula 1210. Sábado 8 de octubre de 2016.
Nací en una familia que es parte de la elite. Soy la menor de 6 hermanos: Pablo, Juan de Dios, Hernán, Magdalena y María José. Pienso que ser la más chica tuvo más cosas buenas que malas. Tuve la posibilidad de crecer mirando a estos cinco hermanos; eso me dio más perspectiva, visiones y posibilidades de elegir. Porque, a pesar de la mirada ideológica y religiosa que caracteriza a mi familia, siempre he vivido con plena libertad y en un espacio donde la diversidad se valora y cualquier opción se acepta, mientras la justifiques bien. Todo se respeta.
Siempre he sido la regalona de mi papá. Tenemos una relación muy íntima, muy cercana, pero también muy intelectual. Es crítico con mis decisiones, me pone en duda. En cambio mi mamá es quien me apoya en todo, ella me entrega mucha energía positiva.
Papá UDI, abuelo socialista, hermano Evópoli. Mi familia es muy diversa. La categoría izquierda-derecha me representa muy poco y creo que es algo que le pasa a la mayoría de la sociedad, porque esas categorías ilustran pero ya no identifican. No sabría hoy dónde ponerme. Desde luego no en la derecha, pero tampoco me siento cercana a una visión de izquierda. Hoy no me inscribiría en ningún partido, sería más bien independiente.
Me incomoda estar ligada a la UDI. La gente asume que por tener los padres que tengo y el color de pelo que tengo, soy de una forma. Si yo pudiera elegir de qué manera me etiquetan, lo más probable es que no elegiría la que tengo hoy. Pero de todas formas me siento orgullosa, es parte de lo que soy. Ojalá que en un futuro en Chile este tipo de cosas ya no importen.
Trabajo con mi hermano mayor, Hernán, con quien tengo 10 años de diferencia. Tenemos un emprendimiento juntos, una pyme: se llama Puelche y lo que hacemos es asesorar a los empresarios para que desarrollen habilidades que los ayuden a leer el entorno donde se desenvuelven. Ser hermanos y trabajar juntos es algo conocido en mi familia; mi mamá con su hermano trabajaron juntos muchos años, así como mis hermanos Pablo y Juan lo hacen en Fábula. Lo mismo nos pasa con Hernán: antes de ser socios, éramos amigos. Eso ayuda cuando tienes que trabajar todos los días con la misma persona.
Estamos orgullosos de lo que Pablo y Juan han logrado con sus películas. Y estamos también muy conscientes del trabajo que eso ha implicado, porque los hemos visto trabajar muchísimo. Para mí eso ha sido una inspiración para mirar más lejos. He visto todas las películas de Pablo, salvo Jackie. Mi favorita es El Club. Creo que es la más cruda y, para mí, la más emocionante.