Imágenes memorables
Lo personal se entrelaza con lo colectivo en la nueva obra de Bruna Truffa. Las pinturas que mostrará desde finales de mes en la galería Patricia Ready recuperan motivos de su propia memoria visual que dialogan con íconos de la cultura chilena. El montaje, que incluye gran cantidad de piezas dispuestas en series, nos sitúa en el estimulante espacio donde se cruzan el placer, la ironía y la nostalgia.
Desde mediados de los ochenta, Bruna Truffa viene produciendo una obra pictórica que se construye a partir de imágenes encontradas. El teatro del mundo es el archivo al cual Truffa echa mano, para apropiarse y recombinar sus símbolos, mensajes y estéticas. Si bien la artista ha explorado otros códigos culturales –como la visualidad china– su trabajo más profundo tiene que ver con la apropiación de signos que constituyen la memoria colectiva chilena, precisamente porque están enquistados en su propia biografía y cargados por su emocionalidad. Así, el perro y la vitrola de la antigua publicidad de RCA Victor, el cóndor y el huemul del escudo patrio, la chica del clásico detergente Klenzo o la cordillera de la caja de fósforos Los Andes se cruzan en su imaginario con el corazón de Cristo rodeado de la corona de espinas, los diseños de un telar mapuche, una cajetilla de cigarros Life de los 60, los niños regordetes sacados de los platos de porcelana que decoraban su casa de infancia, etc.
Los diversos motivos que conviven en su pintura se articulan según un lenguaje personal y característico que constituye la marca "Truffa". La antropóloga Sonia Montecino, en el texto que escribió sobre su producción reciente, habla del "vintage-Truffa", para referirse al particular modo en que la artista recupera, recicla y recombina los signos de la memoria chilena. Hay siempre una perspectiva irónica, un cuestionamiento de los mitos que constituyen nuestra identidad que se realiza con mucho humor y desde una mirada femenina. Hay también una nostalgia no disimulada, la añoranza de un Chile ingenuo y honesto que ha desaparecido tras el exitismo y las pretensiones de desarrollo. En la visualidad se reconoce siempre la recurrencia a la serie, la audacia del color, la estética barroca, el gusto por el ornamento, la preocupación por la técnica pictórica, la creación de texturas y sensaciones táctiles: todos elementos que caracterizan el lenguaje de la artista y que son llevados a su máxima expresión en Memorice, la muestra con que Truffa invadirá la sala principal de la galería Patricia Ready. (Entre el 29 de junio y el 30 de julio).
"Muchas de las imágenes de esta muestra vienen de mi niñez", cuenta la artista. "Me crié en Arica, mi abuelo era italiano y traía cosas de Europa. En mi casa había adornos como esos platos con niños, flores y pájaros".
"La exposición de Bruna Truffa impacta nuestros sentidos -con sus poderosos colores y saturaciones de formas y contenidos-seduciéndonos, convidándonos a rememorar la configuración alucinante de escenarios culturales cruzados". (Sonia Montecino).
"¿Qué se nos graba en la infancia? ¿Qué memorizamos? ¿Qué reconocemos como parte de un pasado individual y uno compartido? ¿Qué perdemos en el paso de niño/a al de adulto? Estas parecen ser algunas de las preguntas que circundan la muestra de Bruna Truffa. (Bernardita Llanos).
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