Puede que durante la cuarentena nos hayamos preguntados varias veces cada cuánto tiempo es ideal lavar sábanas y toallas, y es que inevitablemente en este tiempo hemos podido prestarle más atención a la vida doméstica como consecuencia de estar mucho más tiempo en la casa.

No cambiar las sábanas semanalmente puede traer problemas que afectarían la salud, ya que no solo cubren el colchón y nos tapan para dormir, sino que además son el hogar de hongos y bacterias que podrían enfermarnos sin que siquiera nos demos cuenta.

El estudio Contaminación fúngica en la ropa de cama, publicado por un grupo de investigadores británicos y liderado por la decana de Asuntos Clínicos de la Universidad de Manchester, Ashley Woodcock, concluyó que al año dejamos casi 100 litros de sudor en nuestras sábanas, lo que las convierte en un oasis para hongos, especialmente en los pliegues del género. Y sin ir más lejos, las almohadas, por sí solas, pueden ser el hogar de 16 especies de hongos.

Según el investigador de la Universidad de Nueva York, Philip Tierno, si pasa más de una semana desde el último cambio de sábanas y fundas de almohada, a los hongos se le suman la tierra, el polen, los pelos y los ácaros, capaces de producir reacciones alérgicas incluso en personas que no lo son.

Las toallas, otro foco importante

Colgar la toalla en el baño y no dejarla secar después de cada uso es un mal hábito. Cuando se cuelgan húmedas en el gancho, sin estirarlas ni esperar a que se sequen, se pueden generar hongos que por supuesto no nadie quiere en el cuerpo. Menos recién saliendo de la ducha.

El Cleaning Institute, ubicado en Washington DC, entrega una serie de recomendaciones muy sencillas para evitar este tipo de problemas y asegurar que nos sequemos con un producto limpio y en buenas condiciones. En primer lugar, es indispensable colgarlas estiradas después de cada uso, de manera que se sequen de manera natural.

Su lavado debería ser más recurrente que el de las sábanas, lo que tiene sentido considerando que tienen un contacto mucho más estrecho con el cuerpo. De hecho, se deberían lavar cada 3 usos si hablamos de lo óptimo y cada 5 como tope máximo. Las para el pelo no son la excepción ya que siguen el mismo patrón.

No olvidar la alfombra del baño

El baño, al contener el inodoro y ser un lugar normalmente húmedo, es un paraíso para hongos e infecciones, por lo que debe ser desinfectado periódicamente y con cuidado. Esto incluye la alfombra que se suele usar como bajada de la ducha.

El sitio Cleanipedia, perteneciente a la empresa Unilever, recomienda lavarlas junto con las toallas en la lavadora, pues ninguna de estas prendas se daña en el proceso. Así además, no olvidas limpiarlas, porque al igual que con las toallas, hay que esperar como máximo una semana.