Recurso decorativo cuya resultante es una superficie en relieve generada a partir de pliegues y recogidos efectuados sobre una tela u otro material, siguiendo diferentes patrones. Se ejecuta interviniendo una base previamente cuadriculada, uniendo -por medio de pequeñas costuras- dos puntos en dirección horizontal, vertical o diagonal y replicando dicho gesto de manera regular. Y se emplea principalmente en el diseño de mobiliario y en la elaboración de cojines y otros accesorios. El término proviene del francés capitonner, que significa acolchar.
Los orígenes del capitoné se remontan a comienzos del XVIII. En ese momento las artes decorativas imponen sillones con brazos y respaldos blandos, para cuya fabricación se recurre a recortes de seda denominados capitón. Estos últimos se adaptan a los espacios por recubrir gracias a frunces y dobleces. Sin embargo, no es sino hasta la invención del emblemático sofá Chesterfield que el capitoné se populariza y comienza a ser imitado y transferido a distintos objetos de uso cotidiano. En la segunda mitad del siglo, lord Philip Stanhope, IV conde de Chesterfield, encarga la confección de un canapé de cuero 'duro y robusto', acolchado y decorado con botones, cuyo propósito principal habría sido contar con un mueble donde su personal de servicio pudiera permanecer sentado, manteniendo una postura erguida, sin arrugar la vestimenta. Durante la época victoriana el modelo deviene en un símbolo de estatus. Es incorporado en clubes de caballeros, oficinas profesionales y salones de la alta sociedad británica.
Tendencia. El capitoné ingresa a la moda femenina alrededor de 1870. Su inclusión coincide con el reemplazo de la crinolina por el polisón; una estructura que acentúa la parte trasera del vestido. Se utiliza para reforzar el volumen en torno a las caderas, en las falsas pecheras que caracterizan los cuerpos del traje femenino, en los bordes del vestido princesa abierto por delante y como parte de la rica decoración presente en las colas de sirena propias de las estrechas faldas del fin de siglo.
En la colección otoño-invierno 2018-2019, la griega Mary Katrantzou (arriba en la foto) propone una bomber jacket de cuero cuyo exterior, completamente trabajado en capitoné, se inspira en el sofá Chesterfield.