En abril de 2008 los londinenses hacían largas filas y hasta se agolpaban en los exclusivos almacenes Selfridges. Todo para obtener una barra de chocolate de 14 dólares de la que en solo una semana se vendieron 3.000 unidades. Así registró la BBC el fenómeno producido por Venezuelan Black-100% cacao, una barra de chocolate prémium, cuyo cacao era cultivado en la hacienda venezolana El Tesoro. Tres años después, el chocolate sigue en las estanterías de Selfridges, donde también se venden ediciones limitadas de los chocolates de Pierre Marcolini, uno de los mejores chocolateros de Bruselas, que también usa cacao de Venezuela.

En Europa y el mundo entero, el cacao venezolano es venerado por su calidad única. Esto, porque en el país caribeño crece endémicamente –con las mejores condiciones de humedad, luz y sombra– el árbol del cacao criollo, considerada la mejor de las variedades para elaborar chocolate por su semilla fina y fragante. Se trata de un árbol ultra sensible y de bajo rendimiento, que produce un cacao muy superior al trinitario y el forastero, las otras grandes variedades con que se elabora chocolate. También se da en otros países tropicales, pero es en las tierras húmedas y soleadas de Venezuela donde alcanza su máximo esplendor.

Por eso, como explica la francesa Chloé Doutre-Roussel –una de las más famosas catadoras de chocolate del mundo– en su libro Chocolate para entendidos, las mejores marcas de chocolate del mundo, como la italiana Amedei y la francesa Valrhona, prefieren el cacao venezolano para elaborar sus barras.

Hecho en Venezuela

Seguros de la calidad de su cacao, los venezolanos están dando un giro: quieren producir chocolates y no solo vender la materia prima. "En los últimos años se han creado muchísimas empresas que procesan cacao venezolano", cuenta María Luisa Ríos, editora de la revista Mil Sabores, quien asegura que la expansión en la industria chocolatera es notable. Aparte de las dos grandes empresas Chocolates El Rey y Savoy, actualmente hay más de 40 marcas de pequeños y medianos artesanos del chocolate, entre los que destacan los bombones Kakao (galería Trasnocho Cultural, Paseo Las Mercedes) creados por la investigadora culinaria y chef María Fernanda di Giacobbe, que este año, además, lanzó el libro Cacao y Chocolate en Venezuela.

Solo el 1% del chocolate mundial –el más fino– se hace con cacao criollo. Conscientes de la excepcionalidad de su materia prima, los venezolanos se están encargando de demostrar que no solo pueden cultivar uno de los mejores cacaos del mundo, sino también producir barras que no tienen nada que envidiar a los mejores chocolates del mundo.