Carla Gasic: Artista del maquillaje

Durante 15 años ha maquillado a cientos de mujeres, anónimas y famosas, como Michelle Bachelet y Tonka Tomicic. Es dueña de una escuela de maquillaje y de la tienda de productos de belleza El Tocador. Es responsable de las caracterizaciones de Mi Nombre Es y de transformar a Daniel Alcaíno en Yerko Puchento. Es embajadora de Maybelline, marca con la que trabajó en la Semana de la Moda en Nueva York. Y será la encargada del maquillaje de Paris Hilton en su visita a Chile. Carla Gasic (39) es muchas cosas, pero ante todo es una artista del maquillaje.




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ran parte de mi experiencia como maquilladora la logré trabajando como autodidacta. Soy publicista y durante años me relacioné con el mundo de la producción y los comerciales, hasta que en 1997 me asocié con dos amigas peluqueras y trajimos a Chile las primeras extensiones. Pero me di cuenta de que no quería ni peinar ni cortar el pelo. Quería maquillar. Aprendí con Jorge Hidalgo, maquillador de TVN, que me enseñó la técnica, sobre luces y sombras. El segundo paso fue contarles a mis amigos que estaba maquillando. Si me pedían algo y no sabía cómo hacerlo, investigaba como loca. Recién en 2006, después de juntar plata durante nueve años, me fui a Make-up Designory, en Los Ángeles, para estudiar Caracterización, Efectos Especiales y un curso de Peinados de Época.

rte, el maquillaje es un arte desde el minuto en que te enfrentas a una cara como si fuese una tela en blanco. En ese instante, y aunque llevo 15 años en esto, me sube la adrenalina, transpiro. Analizo la cara como si la escaneara; hidrato, levanto los ojos, trabajo la comisura de los labios y pienso: "esta mujer tiene que quedar espectacular".

iento una obsesión por lograr una piel que se vea sana. Eso es lo que me diferencia como maquilladora. No me gustan los excesos. Te hacen ver más vieja, menos fresca, y eso nunca va a gustarle a un hombre. Puede gustarle que seas excesiva en el escote o en los tacos, pero jamás en el maquillaje. En ese sentido, las bases son el gran producto que ha revolucionado esta industria, tal vez como consecuencia de la televisión HD. Cualquier marca tiene siete bases distintas: líquidas, stick, en polvo, hidratantes, con factor solar, con efecto lifting. Las bases han cambiado la forma en que la mujer se ve: más fresca y natural.

nvierto cerca de mil dólares al año en nuevos productos en Los Ángeles. Compro cada vez que viajo y una vez al año hago un curso nuevo. Es la meca del cine y allá el maquillaje es una industria en la que uno comparte con los mejores. Mis tiendas favoritas son Naimie's Beauty Center, Nigel Beauty Emporium y Frends Beauty Supply. Tengo cinco maletas con lo mejor para belleza y caracterizaciones: pegamento para que no brille la barba, la cuestión para que se vean los labios partidos, pelos de todos colores.

uando pienso en qué tipo de trabajo me gusta más, me quedo con las clases. He colaborado con Un Techo para Chile como profesora y este año voy a trabajar con la Fundación Trabajo en la Calle –que busca erradicar los microcampamentos–, enseñando automaquillaje. Quiero llegar a la máxima cantidad de mujeres. Por eso acepté trabajar con una marca masiva, y no una de lujo. Levantarles la autoestima y ayudarlas a sentirse hermosas es lo que me mueve.

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