Cartas para mi hija

Cartas para mi hija



Estas dos cartas que comparto se las escribí a mi hija mayor con motivo de su cumpleaños, pero con 13 años de diferencia. La primera, la encontré entre mis cosas hace poco, la escribí cuando celebramos su cumpleaños número 5. Hoy le escribo la segunda cuando está a punto de cumplir ya los 18.

25 de Septiembre de 2010.

Mañana cumples 5 años y hoy lo celebramos por adelantado. Para mi gusto el evento estuvo algo sobre-producido, como siempre nos pasa con tus cosas. Te sobreprotejo, te sobre exijo, sobre reacciono ante lo que creo puede ser un problema. No lo puedo evitar. Y en un momento de la fiesta, te noté un poco sobrepasada también.

Te apartaste del grupo, querías estar sola, te noté incómoda. Y no pude evitar recordar que en mis celebraciones infantiles me pasaba lo mismo. Me abrumaban tantos niños, me enojaba en la parte de la piñata, lo pasaba mal. Entonces, al verte así en tu cumpleaños, se me vienen todas esas imágenes y no quiero que tú seas igual, que pases por lo mismo. Me estreso, dejo todo botado para tratar de ver qué te pasa y lograr que vuelvas a la fiesta y la disfrutes.

¿Ves? Con todo es así. Todo lo que tiene que ver contigo, inevitablemente, tiene que ver conmigo, con la niña que vive en mí. Por eso es tan difícil. Y sé que no debiese ser así y trato de evitarlo, de entender que es tú vida y no un espejo de la mía. Mi infancia es el permanente punto de comparación en lo que quiero y no quiero para la tuya. Yo también era la hermana mayor, somos las dos mujeres, es tan difícil no hacerlo.

Pero al mismo tiempo te miro y veo una persona tan especial y única, un ser totalmente independiente de mí. Y entonces me siento sólo un canal, casi un accidente en tu existencia. Tenías que venir de alguna manera y lo hiciste a través mío.

Tu llegada a mi vida fue como una ola y aunque traté de pararme lo mejor posible para enfrentarla, me botó, me revolcó y a ratos siento que me va a ahogar.

Me sorprendo constantemente luchando por salir a flote, pero esa lucha es lo que me hace sentir viva, lo que le da sentido a todo.

Mi vida se transformó completamente para dejarte a ti en el centro. Luego, en ese lugar que tú formaste en mi corazón, entró tu hermana y todavía hay espacio para los hijos que vendrán, si es que vienen. Pero el cataclismo fue contigo. Contigo volví a nacer.

Sé que es una trampa esto de querer ser la mejor mamá del mundo. De a poco estoy aprendiendo que para variar, acá también lo perfecto es enemigo de lo bueno.

Quiero de una vez por todas ser más firme, para darte seguridad y nunca más temer que confundas firmeza con falta de cariño.

Quiero que me sientas incondicional, que tengas la certeza, desde el fondo de tu corazón, que te amo por sobre todas las cosas. Tal como eres. Y qué me siento infinitamente afortunada por tenerte .

Al final del cumpleaños te acercaste a mí, regalona y cansada. Los últimos invitados se fueron y los despedí sentada en el sillón contigo en brazos. Yo también estaba agotada. Y ese momento las dos abrazadas en silencio y a media luz, fue lejos, pero lejos lo mejor del día. Hace exactamente cinco años, a esa misma hora, empecé a sentir las primeras contracciones. Te hice cariño en el pelo, te abracé más fuerte todavía y por primera vez en un buen tiempo, te quedaste dormida en mis brazos.

20 de Agosto 2023.

Falta poco más de un mes para que cumplas 18 años. Hace un rato encontré sin querer el relato que escribí la noche antes de que cumplieras 5 y obviamente al leerlo lloré de emociones. Tantas, que sentí que mi pecho iba a explotar. Porque mis reflexiones de ese entonces son tan parecidas a las de ahora, a pesar de que ha pasado el Amazonas completo bajo nuestro puente. Porque contaba que esa noche te habías dormido en mis brazos y porque ahora sé que en la medida que fuiste creciendo, eso volvió a pasar con suerte algunas veces y después no pasó nunca más. Me sobrecogió también leer que te encontraba tan grande y sentía que apenas te podía, y resulta que tú tenías apenas 5 años. Se me aprieta el corazón de pensar que de cierta manera ya en ese entonces sentía que no te lograba sostener y contener completamente. Y eras una niñita tan chiquitita todavía.

Maternidad

Escribí también esa noche que “en el lugar que tú formaste en mi corazón, entró tu hermana y todavía hay espacio para los hijos que vendrán, si es que vienen”. Y bueno, vinieron tres más. Tienes dos hermanas y dos hermanos menores para quienes no sólo hiciste una ampliación en mi corazón en que caben todos, sino que entrenaste a la madre que he podido ser para ellos.

Han pasado 13 años desde esa víspera de tu quinto cumpleaños, agitados y ocupados para mí; volando, cómo pasan los años de la adultez. Y me impacta caer en la cuenta de que en estos mismos 13 años ha transcurrido toda tu infancia y adolescencia, con las vivencias y aprendizajes que serán tus cimientos. Hoy, esa luz con la que naciste ha iluminado los momentos, personas, lugares, alegrías y penas, amores y desamores que te han hecho ser quien eres. Entonces se me viene a la cabeza esa parte de mi relato, en que digo algo así como que estoy empezando a entender que tú eres una persona completa, independiente de mí y que yo no soy más el canal por el que llegaste a este mundo. Un canal que ya cruzaste y ahora, que vas a cumplir 18 años, ya miras desde lejos. Desde ti.

Y yo, desde la razón y la psicología, la antropología y la sensatez sé que está bien y que ahora la que escribe el relato de tu vida eres tú. Pero reconozco que a veces te miro -alcanzando casi tu tan anhelada mayoría de edad- y me dan ganas de volver por un momento a esa noche silenciosa y a ese sillón en el que te rendiste en mis brazos y te quedaste dormida.

Marcela es periodista y tiene 42 años.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.