Chilean family
Ya ven. Una mamá floja y arribista, un papá malas pulgas y vendedor de zapatos desde hace 20 años, una hija tonta de capirote con implantes de silicona en los senos y un hijo con la autoestima por el suelo que sueña con ser como Chayanne: así son los Larraín, la familia prototípica chilena y al chancho de Casado con hijos, el sitcom de Mega. El sitcom que la lleva.
Los Larraín son un poquito más simples. Les basta un sillón y un refrigerador que no tiene nada dentro. Les sobra tontera, conflicto, disfuncionalidad, gritos y valores cruzados. El padre de esta family, Tito Larraín –interpretado por Fernando Larraín– es un tipo malo para la cama, desmotivado, looser y cascarrabias. Llega del trabajo y se echa en el sofá a ejercitar su deporte favorito: el control remoto.
La familia de origen de Tito tenía plata, pero sucumbió con la crisis económica de los 80 y todos se fueron cascando de Chile. Sólo Tito se quedó haciendo patria. Mientras ve tele, urde maneras de conseguir ingresos a la mala y perjudicar a alguien en pos de su propio y único beneficio. Cada vez que puede, esquiva a su mujer, la Quena, a quien tiene con el medio colmillo, de tan poca cama que le da.
La Quena, (Javiera Contador) rubia teñida, regia y aleopardada nació en Coihueco. Su estirpe de inmigrante campo-ciudad la hace esperar mucho de la vida: dinero, sexo, belleza. Pero le tocó mal la repartija de cartas: marido flojete. La Quena no hace nada, sólo ve teleseries mientras imagina que un día Tito la hará pedazos en las sábanas y la besará de veras, con ganas. Con ese propósito, de vez en cuando, se convierte en un raro animal en celo.
Las hijos de estos padres modelos son la Titi y el Nacho. La Titi no tiene nada de nada en el cuesco. Con suerte un poco de silicona que le sobró cuando le implantaron tremendas copas en el busto. Ella, a instancias de su madre, busca desesperadamente a un tipo con plata, buen auto y ojalá famoso, de la tele. Todo, porque no quiere trabajar, igual que su mami. La Titi no entiende muchas palabras y se le cruzan los cables cuando su débil sistema cerebral se híper estimula. El Nacho es un poquito más brillante. Entró a la universidad con beca, porque su padre no le quiso pasar un peso para la mensualidad. Para capear clases pinchó en los baños y en los camarines y cuando supo de las aglomeraciones en el Transantiago se subió en seguida al carro del Metro y estiró la mano sobre una pompa, haciéndose el leso.
Todos los días, por la tele, los chilenos se matan de la risa con esta familia chilena que es como ninguna o como muchas: ejemplo de virtud, pero al revés. Acá, los cuatro personajes les hablan a los hombres, mujeres y jóvenes de este país que tarde a tarde se miran en ellos como espejo.
La quena
–¿Qué tiene que hacer una mujer con un marido malo para la cama?
–La esperanza es lo último que se pierde: hay que hacer de todo, con fe. Claro que si saliste feíta, fregaste, ahí no sé como lo podís hacer. Yo igual aconsejo de mi lado, que soy una mujer bastante atractiva: primero, busca ropa sexy. A mí me funciona mucho lo animal, todo lo que es el juego erótico y el factor sorpresa.
–¿Cómo animal? ¿Portarse como yegua?
– Bueno a ti te gustará ser una yegua, a mí no. A mí me gusta ser leona, cebra, hormiga o palote, cualquier cosa loca.
–¿Y cómo utilizas el factor sorpresa?
–Es muy importante que el hombre no sepa cuándo va a ser atacado. Yo, por ejemplo, me escondo durante horas dentro del clóset y, cuando Tito está a punto de dormir yo ¡pá!, le salto encima. Aplico un poco de arte marcial y técnica física para reducirlo.
–¿Cuántas veces al mes tienes que obligarlo con esa estrategia?
–Tito es una persona que funciona poco y malo. Yo te diría que al mes nuestra frecuencia sexual es bastante escasa. Tito no me da todo lo que yo necesito como mujer, y yo me ando comiendo las uñas.
–¿Qué haces para remediar esa ansiedad?
–Juego sola. Lo otro que hago es hostigarlo bastante para que cumpla como sea con su deber marital. Hay meses que pasan en banda, sin nada de nada. Hay meses en que lo logramos, pero igual te digo que Tito no da más de 30 segundos. Su máximo, me acuerdo, fue para la luna de miel. Ahí duró tres minutos. Entonces me da rabia que con tan poco tiempo, mezquine, más encima.
–Además no tiene plata, ¿cómo lo haces?
–Eso no me preocupa tanto, porque yo siempre obtengo lo que quiero: si quiero un viaje, tiro un cheque en blanco y listo. Me las ingenio.
–¿Cómo se te arreglaría la vida? ¿Con sexo, plata o cirugía plástica?
–Con las tres cosas en conjunto. Me gustaría hacerme la lipo, tener mucho sexo y mucha plata… nada más.
–¿Qué libros son tu inspiración?
–Yo te diría que me inspiro en los artículos de revista. La otra vez me culturicé con una que se llama Cosmopolitan: allí publicaron las diez cosas que tú no debes hacer con tu marido; eso a mí me cambió la vida. Además, me gusta todo lo que es el tip. El tip te abre un mundo: la cosa corta y el consejo rápido.
–Dame un tip para mantenerse rubia como Marilyn.
–Eso es natutral, te lo da Dios o no te lo da.
–Pero parece teñido.
–No, no, no, para nada. Me da tanta rabia cuando dicen eso, pura envidia, porque, claro, como yo parezco argentina. Ése es el mal de Chile, el chaqueteo, ¿ves tú?
–El delineado de ojos que llevas, ¿también lo sacaste de un tip de revista?
–Sí, porque una mamá tan joven siempre tiene que andar regia, cero arruga, mucho glamour, ¿te fijái?
–¿Qué labor doméstica te gusta dentro de lo poco que haces?
–¡Qué latera tu pregunta! La tarea doméstica que a mí más me gusta es ver tele. A eso le dedico unas ocho o diez horas al día. Me gusta la teleserie y los programas de farándula, me cambio de uno a otro.
Tito Larraín
–Tito, tu mujer se queja de que na ni na, ¿qué pasa?
–Las mujeres como la Quena son unas devoradoras del sexo. Y yo, a esta altura, creo que uno debe dar su cuota limitada. Cada cierto tiempo no más. Si no se mal acostumbran y si uno más les da, más piden.
–¿Cómo cuántas veces a la semana crees que está bien?
–Con una vez cada mes está bien. No es bueno andar con el jueguito todas las semanas, porque el hombre con mucha actividad se cansa, se agota, se hostiga y anda malhumorado.
–Pero ella es rubia y guapa, le pone empeño la pobre.
–Cuando la conocí estaba en buen estado, pero conforme pasa el tiempo se va deteriorando. Además, uno se cansa cuando la mujer es tan insistente con los temas de índole sexual.
–¿Te hostiga?
–Es que ella es de campo, rústica. Su familia me anduvo engatusando y me la metió para que probara suerte acá en Santiago. Lamentablemente, ahí empezamos a agarrar papa.
–Tito, has trabajado 20 años en una tienda de zapatos, ¿podrías hacerme un perfil de la mujer chilena a partir de sus pies?
–Y… A ver: el zapato debe estar de acuerdo a lo que ella usa y a lo cómoda que se pueda sentir. A mí me gusta el zapato de punta, el zapato reina con calados. La mujer chilena tiene el pie muy parecido al de una empanada. Tiene tendencia a la hinchazón y al reposo. Ella es de mucha televisión, mucho sofá.
–¿Tiene callos?
–Y sí, tiene callos y, en su gran mayoría, várices y estrías. Y… huelen terrible. Hay un olor a empanada de campo que en las piezas se impregna. No así en las niñas jóvenes y en las modelos, que son mi especialidad.
–¿Cuántos pares de zapatos es capaz de probarse una mujer sin comprarse alguno?
–Y… yo he atendido casos de 50 a 60 pares y no se compran absolutamente ni uno. Mi señora, bueno, se puede probar toda una tienda.
Nachito
–¿Cuáles son las ventajas de tener una hermana tonta?
–Ahora que la Titi está más grande yo funciono como su mánager. La venganza es que la niña es tan tonta que yo le tengo estipulado que el 80% es para mí y el 20% es para ella. Eso es satisfactorio, porque ser el hermano chico es como deprimente, como un condoro de la familia. El estatus mío es súper bajo y, por lo tanto, la autoestima también la tengo baja, así es que yo veo que mi hermana es taaaaaan tonta que me siento mejor, siento que soy la esperanza de la familia, soy el único que tengo el cuesco ordenado.
–Tú ahora eres virgen, ¿cierto?
–No, ya no. Lo que pasa es que igual tengo el problema de mi papá: soy precoz. El caso es que termino antes y no alcanzo a disfrutar el convertimiento. El otro problema es que cuando lo he hecho nadie me cree, pero yo he estado con modelos ¡te juro!, con minas rubias así con ojos azules. Hace poquito estuve con una chica de metro ochenta ¡te juro que es verdad! ¡Pero nadie me cree!, porque estuvimos solo ella y yo, no habían testigos y estábamos en un lugar súper privado.
–¿Ésa fué tu primera vez?
–No, mi primera vez fue en la casa, con la esposa de mi primo Jaime.
–¿Y ahí te fue bien?
–Pero me pasó lo mismo: no alcanzé a tocarla mucho y se terminó todo.
–Arma a tu mujer ideal. Saca de distintos lados.
–Sacaría las piernas de la Pilar Jarpa que son como largas. Sería ideal para mí: como soy pati corta tengo que buscar una pati larga para mejorar la especie. Lo que es tronco me gustaría de la Coté López o de la Tetarelli, porque me gusta la abundancia y, como soy chico, me gusta perderme en los elementos.
–¿Tienes algún héroe masculino?
–A Chayanne en primer lugar y a Juan Antonio Labra, que es como el prócer del macho latino. Ellos son precursores del movimiento de cadera, son como mis héroes. También Johnny Bravo, porque tengo el físico parecido ¿cachái? También me esfuerzo por ser como Camiroaga, por tener su sex appeal. También sería ideal ser como Fabricio.
La Titi
–¿Cómo cultivas tu intelecto?
–Ehmmm, ¿qué me preguntaste?
–Que cómo cultivas tu intelecto.
–Eeeeh, ya, mira; ehmmm… hago harta dieta, igual soy media floja y no me gusta hacer mucho ejercicio ¿me entendís?, pero mi mamá me hace unas cuestiones en la cara, me dice que el barro siempre ayuda un poco. Y… nada, ahora que estoy rubia, ehhh… y…
–Pero, te estoy hablando de tu intelecto, Titi, eso que tú me dices es lo físico. Quiero que hables de lo que hay en tu cabeza.
–Sí poh, acá me pongo como una máscara de barro y en el pelo poh, la chasquilla…
–Ya, pero, ¿lees?
–Ahhhh es que no me gusta mucho leer, porque uno pierde el tiempo ¿me entendís? Cuando ponen muchas palabras juntas me cuesta un poco, entonces ahí me empiezo a aburrir. Prefiero ver tele.
–Pero te he visto leyendo los diarios.
–Sí, me gusta ver las fotos de la gente famosa, como que los pillen en algo. Ahí trato de leer, me gusta la gente de la fama, de la que sale en la tele.
–Hablando de otra cosa, ¿crees que la copa c garantiza la felicidad?
–¿Ésa es de las pechugas grandes? ¡Ayy, sí! yo creo que mientras uno más tiene para mostrar es mejor. Yo me puse, pero encuentro que estoy súper normal, como que no me encuentro nada nuevo, como que no se me nota. Son súper reales. Y como que ahora siento que todos me miran más, ¿me entendís? Puedo andar mucho más derecha y me siento mucho mejor conmigo.
–¿Con qué personajes masculinos perpetuarías la especie?
–¿Per pe? ¡Es que me hablái con puras palabras raras! Me lo podís decir de otra forma, ¿porfis?
–¿Con quién tendrías hijos?
–Tendría hijos…, ¿como de los famosos? Oyyyyyyyyyy. Ehh, ya, sabís que hacís preguntas súper difíciles porque a mí me gustan súper harto los famosos, ¿me entendís? Porque me gusta que salgan en la tele, que sean bien minos. Tendría con el Zabaleta y con todos los de las teleseries.
–¿En qué te gustaría parecerte a tu mamá, la Quena?
–Mi mamá es como súper ídola, ¿ya? Todo lo que soy es gracias a ella, y eso me hace muy feliz. Estoy súper orgullosa de lo que ella me ha enseñado: siempre me dice que me tengo que casar y buscarme un mino con plata y con auto. Ahora estamos súper parecidas, ella se corta mi misma chasquilla y yo me hago rubia como ella. Yo trato siempre de ser como mi mami, ¡me encanta!
–Qué asegura un mejor futuro: ¿casarse con un futbolista o ser comentarista de farándula?
–Emmmmm, sí, eso: casarse con un futbolista y ser comentarista de esa cuestión.
–¿El matrimonio adecuado es la única manera de surgir en la vida?
–¿Cómo adecuado?
–Como casarte con un hombre guapo y con plata.
–Sí, eso es lo que me dice mi mami siempre, eso es de lo único que conversamos. "Titi: tenís que buscarte alguien con plata porque es la única forma de salir de acá". Yo, por eso, me enamoro súper fácil.
–¿Qué mensaje le da la Titi a las chiquillas de tu edad?
–Que se casen. Que sean como yo, que soy un ideal de mi edad. Que ojalá se casen bien, que tengan harta plata, que es súper importante y que siempre sean súper minas ¡Já!
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