¿Cómo está intendenta?

Muy bien.

¿De verdad?

Sí, tengo la característica propia de las mujeres: fuerza, harta garra y firmeza.

¿Pero sabía con la chichita que se estaba curando cuando aceptó ser intendenta?

Uno no dimensiona los episodios que pueden ir sucediendo, pero yo creo que el Presidente sabía las fortalezas que tengo. Me conoce hace muchísimos años y sabe que puedo establecer diálogos, conseguir acuerdos, que es lo que hemos conseguido en las últimas movilizaciones.

En esas reuniones para autorizar marchas, ¿quién le sale más testarudo? ¿Jaime Gajardo, Camila Vallejo o Giorgio Jackson?

Ja, ja, ja. Al principio, sin duda, Jaime Gajardo, pero ahora hemos logrado establecer una buena relación.

¿Se podría decir que usted, en ciertos momentos, ha logrado domesticar a Jaime Gajardo?

Hay muchas cosas que las mujeres logramos ja, ja, ja. La verdad es que no he tenido ningún problema, él ha sido muy respetuoso, muy caballero.

A propósito de marchas. ¿Por qué causa ha salido a marchar en su vida la actual intendenta Cecilia Pérez?

Por la causa estudiantil. Fue en el 94. Yo estaba en tercer año de Derecho en la Universidad Andrés Bello. Me acuerdo que fue el primer paro y movilización grande de una universidad privada. No nos dejaron marchar por la Alameda, así es que tuvimos que ir por calles interiores hasta el Mineduc. Y déjame decirte que había dos actuales periodistas, que eran los líderes de esta movilización: Julio César Rodríguez y Sergio Lagos.

¿En serio?

Sí, ellos llamaron a paro, eran los referentes que teníamos.

¿Usted marchó ya siendo RN?

Es que era un movimiento totalmente transversal. Pedíamos mayor calidad de la educación, pase escolar. Cosas mínimas que, si bien hoy muchas están resueltas, se escuchan también en el discurso de los actuales jóvenes.

Y a veces ¿le dan ganas de salir a marchar, como cuando las chiquillas hacen coreografías y muestras culturales?

Sí, me encantaría. Ese es el espíritu que debe imperar, el espíritu cultural, el hacer cosas simpáticas. Lo único que te digo, francamente, es que creo que ya es hora de cambiar un poco las calles y avanzar en mejorar la educación.

¿Qué es lo que más ama y lo que más odia de ser intendenta metropolitana?

Lo que amo es poder ayudar a las 52 comunas de la región, pensar cómo las queremos y, particularmente, las 18 comunas rurales que siempre han sido el patio trasero de la región. Ahí está enfocado todo mi corazón. ¿Lo que más odio? Esos días que solo puedo dormir una o dos horas… andar con sueño es muy desagradable.

¿La echan de menos en su casa?

Sí. La política es muy dura y, para la mujer, más dura aún. Yo tengo dos hijas, de 5 y 3 años y si no tuviera a mi marido que ejerce realmente la corresponsabilidad, yo no podría estar tranquila.

¿Y su marido es político?

No, es lo más lejano a la política que hay. Le carga todo lo que tiene que ver con discusiones políticas.

¿Pero al menos piensan parecido?

No, mi marido es absolutamente socialista. Él tiene una historia con primos detenidos desaparecidos, él tiene heridas grandes. Pero, a pesar de eso, siento que le agradece al Presidente la lealtad que ha tenido conmigo y las oportunidades que me ha dado y, en ese sentido, lo admira mucho.

¡Ahí está la madre del cordero! Eso corrobora mi tesis: usted, intendenta, tiene un look y un discurso como de la Concertación. Usted podría pasar perfectamente como intendenta de la Concertación.

Ja, ja, ja. ¿Y cuál es el look de la Concertación?

Compare su look y el de Evelyn Matthei. Pero, además, usted tiene discurso de Concertación. ¿Habrá sido su marido que le enseñó artes concertacionistas?

No, para nada. Lo que pasa es que yo tengo un discurso democrático. Y ojo con lo del look, porque RN, en general, es un partido de clase media, de esfuerzo, súper pluralista, ahí hay muchos looks parecidos al mío.

¿Cuál es su ministro preferido del gabinete de Sebastián Piñera?

Rodrigo Hinzpeter: siempre lo he dicho privada y públicamente.

¿Cuál es su político preferido de la actual oposición?

Son tres: en la DC tienen dos grandes líderes, con un discurso de calle, Claudio Orrego y el senador Patricio Walker, y del PPD Felipe Harboe, que yo quiero y admiro mucho.

¿Cuál es el defecto que más deplora de sí misma?

La impaciencia.

¿Cuántas veces en su vida ha tenido que recurrir al sicólogo?

Nunca. El estrés no está en mí, nunca me ha pasado la cuenta ni el estrés ni el cansancio mental.

¿Ni las depresiones?

Nunca he tenido una depresión en mi vida, y he pasado por momentos muy difíciles. Creo que tengo una entereza que me la da la contención familiar, de mis papás, de mis hermanos, de mi familia, que te ayuda mucho.

Para calmar el nervio: ¿sexo, pisco sour, shopping o deporte?

El sexo.

¡El sexo! Pero yo creo que la función de intendenta y el sexo están reñidos. Tengo esa intuición.

Ja, ja, ja. No, uno se da el tiempo. Sobre todo cuando estás absolutamente enamorada de tu marido.

La intendencia es afrodisiaca dice usted.

Absolutamente, te eleva absolutamente la adrenalina. Y también hay que darse los espacios. Mi marido me espera todas las noches a la hora que yo llegue, él mismo me sirve la comida, conversamos y regaloneamos.

¿Cuánto tiempo lleva casada?

Voy a cumplir siete años y seis años de pololeo.

No le creo que esté taaan enamorada…

Me tiene que creer. La fórmula es la admiración mutua, un amor grande a toda prueba. Yo siempre digo que nosotros nos elegimos y eso te hace la diferencia en poder construir familia, sueños, e ir avanzando.