Luego de cada alimento que ingerimos, una serie de procesos comienzan a desencadenarse para que los nutrientes sean realmente absorbidos y el cuerpo pueda usarlos para energía, crecimiento y reparación de células. El que opera ahí es el sistema digestivo. El mismo que está siendo cada vez más estudiado por la comunidad médica y científica, ya que se ha entendido que su centro de operaciones −el intestino− está estrechamente relacionado con la salud generalizada de todo el cuerpo. "La salud digestiva necesariamente se ve reflejada en salud física, anímica y cognitiva. Nuestro cuerpo y, en particular nuestro sistema digestivo, es un ecosistema y muchos procesos fisiológicos son regulados por la microbiota intestinal. Esta influye en el sistema inmunitario, metabólico, en la digestión, y media el eje intestino-cerebro", dice Matías Novoa, health coach y autor del libro El método Kinu, donde habla −entre otras cosas− de cómo conseguir la salud intestinal. ¿Cómo conseguirla? Aquí, algunos consejos.
- Comer fibra: "Para mantener una buena salud intestinal, es necesaria una alimentación basada en alimentos reales, en los que la fibra está muy presente. Los alimentos reales, los encuentras en ferias, mercados, carnicerías y pescaderías", comenta Matías Novoa. La health coach Loreto Hagar agrega que incorporando abundante alimento del reino vegetal en todas las comidas, se asegura la buena ingesta de fibra.
- El movimiento: "Existe evidencia de que el sedentarismo afecta la composición de la microbiota intestinal. Una buena manera de agregar movimiento en el día a día es caminando 30 minutos diarios, subir las escaleras en lugar de usar el ascensor y realizar tareas domésticas entre muchas otras opciones", señala Novoa.
- Manejar el estrés: "Cuando este se vuelve crónico afecta directamente el funcionamiento del sistema digestivo, pudiendo desencadenar malestares asociados al colon irritable, por ejemplo", dice Novoa.
- Agua: "Beber suficiente agua es central. Agua sola, no en bebidas o jugos. Un tip es tomarla tibia con unas rodajas de limón, en ayunas, porque ello contribuye a la digestión y se mejora la absorción de nutrientes", señala Loreto Hagar.
- Actividades restaurativas: "Hacer yoga, meditar, practicar algún arte marcial o cualquier actividad que trabaje con la respiración consciente y abdominal, colaboran en restaurar nuestro intestino. Y, con ello, se contribuye a disminuir el estrés. También es importante dormir las horas suficientes que aseguren un buen descanso y que el cuerpo no esté sobreexigido y a la defensiva", añade Hagar.