Paula 1237. Sábado 21 de octubre de 2017. Especial Cocina 5.0
WHISKY DEL BIOBÍO
Se llama Millakoru, que en mapudungún significa "jugo de oro", y lleva ingredientes locales como maltas de la Región de la Araucanía; turba –una especie de carbón muy ligero– de Magallanes; y agua de la cordillera de la Costa. Es envejecido en barricas de roble durante cuatro años, pero debido a la oscilación térmica de la zona de Talcamávida, cerca de Concepción (inviernos con mínimas de -3 °C y veranos con máximas de 38 °C), el reposo equivale al doble de tiempo que en Escocia. Detrás de esta creación está Evelyn Leyton y su socio Eric Caballero, abogado santiaguino que se convirtió en destilador: probaron fabricando absenta, hidromiel y licor de maqui y en 2012 se aventuraron con el primer whisky chileno, el que cuatro año después embotellaron. De sabor frutal, con un toque de toffee y miel, tiene 48 grados de alcohol, por lo que se recomienda servir con agua mineral. $ 26.500. Próximamente en www.jantoki.cl
VODKA CON PAPA CHILOTA
Administrador agrícola especializado en fruticultura, Roberto Taverne es un santiaguino que hace cinco años reside en Chiloé. Allá se le ocurrió inventar el primer vodka chileno, llamado Sirena de Chiloé, que salió al mercado el 2016, obteniendo ese mismo año el bronce en el New York International Spirits Competition. Se fabrica con papas chilotas, tubérculos con Denominación de Origen y protegidos e inscritos como Patrimonio Nacional en el Registro de Variedades del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Su textura y propiedades antioxidantes la convierten en un valorado ingrediente gastronómico. El proceso completo de fabricación, en el que se utiliza agua de lluvia de la zona, dura 10 días y se lleva a cabo artesanalmente por trabajadores del pueblo de Quellón, al final de la isla. $ 30.000 en www.premiumbrands.cl
SAKE CON ARROZ MAULINO
Aunque trabajaba en una empresa de retail en gestión de calidad, Marcela Carrasco siempre quiso tener un emprendimiento con algún producto de su zona, Linares. Antaño, su abuelo había sido pionero en la introducción de la plantación de arroz en el sector, así que trabajar con este cereal le era familiar. Así, llegó a la producción de sake, cuya receta empezó a ensayar hace un año gracias al apoyo de fondos Corfo, y que comercializa hace tres meses. La factura es 100% artesanal y la fermentación se realiza gracias a un hongo llamado koji, que ella misma produce. "Tras un proceso de un mes y medio, se obtiene este licor muy fresco y algo cítrico al paladar", cuenta Marcela, quien lo vende en pequeñas botellas ($ 3.000, los 330 ml). Facebook: Akun Sake Linares.