Claudia di Girolamo: La potencia de los años
No se maquilla, fuma como loca y el yoga lo encuentra una lata. Detesta los eventos, pero lo pasa regio con sus nietos mellizos. Y a sus 55, con 25 teleseries en el cuerpo, no se compra la idea de que las mujeres mayores debieran ser menos protagónicas en el cine o la televisión. Claudia di Girolamo, a quien veremos en La sexóloga, la nueva nocturna de Chilevisión, asegura que a más edad, mayor potencia alcanza una actriz en su interpretación.
Aparece cual Frida Kahlo, con un tomate alto bien tejido, con pinches de flores que parecen coronarla. Una blusa de encajes, zapatillas. Cara descubierta, sin ni una gota de maquillaje. Camina como si volara, ligera, delgada. Habla pausado, aunque con pasión y convencimiento.
Claudia di Girolamo, 55 años, tres hijos, dos nietos, no tiene nada de la dureza de La Quintrala ni del carácter extrovertido de Olivia Pamplona, su nuevo papel en la última producción nocturna de Chilevisión, La sexóloga. En la teleserie, Claudia, junto a Héctor Noguera y Liliana Ross, protagonizan un triángulo en el que ella es la amante del marido de su hermana y tienen un hijo. Todo en secreto.
Pide un café. Le cambiaron la grabación y por ese simple hecho, su día es distinto al que tenía planeado. Está acostumbrada. No mira la hora. Tampoco mira su teléfono. "Tengo un teléfono que hace y recibe llamadas. Con eso basta", sentencia. "Esa dependencia de la gente por sus teléfonos y estar conectados todo el día es bien asfixiante. Si tengo un problema, bueno, lo resuelvo cuando termino de trabajar. Qué le voy a hacer".
Ni hablar de facebook ni twitter. No participa de las redes sociales ni le interesa. "Todo eso genera comportamientos extraños, la gente se aísla, desaparece el diálogo, no hay narración del día anterior, ni conversaciones de experiencias cotidianas, opiniones sobre las noticias, de lo que pasa alrededor".
Hoy, son dos proyectos los que la convocan, como le gusta decir. Uno, tiene que ver con su trabajo más íntimo que realiza como directora de la trilogía Sobrevivientes… para qué recordar… desde el margen de la memoria. La primera obra llamada Soy tumba, se efectuó a modo de intervención en el Río Mapocho en marzo de 2011, y se inspiró en una obra de Samuel Beckett y Las tres hermanas, de Chéjov. Protagonizada por José Soza, Álvaro Espinoza, Rodrigo Pérez y Amparo Noguera, los personajes deambularon por la orilla del río al cual fueron arrojados los cuerpos de cientos de chilenos durante la dictadura, sorprendiendo a los transeúntes. Ahora trabaja sigilosamente para postular al Fondart y ganar así los fondos necesarios para hacer su segundo trabajo en Villa Grimaldi, basado en la historia de la Flaca Alejandra y Luz Arce, dos mujeres que delataron a sus camaradas bajo tortura. La obra se llama Dios mediante y Claudia cruza los dedos porque a su postulación le vaya bien. La trilogía se completará en el Patio 29.
El otro proyecto es donde tiene puesta toda su energía hoy: la nueva nocturna de Chilevisión, que la tiene levantándose a las cinco de la mañana, grabando todo el día y llegando a su casa de noche, a estudiar los libretos antes de dormir.
A propósito de La sexóloga, tu hija mayor es sexóloga.
Ella es sicóloga con especialidad en sexología, es una terapeuta muy seria. Rafaella es muy lúcida, brillante, comprometida con su oficio cuyo interés está en desarrollar políticas públicas.
Y cuando te dijo que iba a especializarse en sexología, ¿qué pensaste?
Nada, encontré que era una gran posibilidad de abrir mundos con un tema visto como prohibido, tabú, y focalizarlo en la salud mental y física de las personas. Un aporte.
¿Cómo debiera enfrentarse la sexualidad desde las políticas públicas?
Es un deber del Estado mantener a la gente informada y educada en todos los temas, y en este también, porque cruza toda nuestra vida y porque está muy influenciado por la visión de las religiones que son drásticas y castradoras. Hay que buscar un espacio para expresarse sexualmente y experimentar porque se trata de un tema más profundo, que es el derecho sobre el cuerpo, la libertad que tengo sobre él.
En la nocturna La sexóloga, tú haces de amante del marido de tu hermana. Hay comedia, pero también se trata un tema feroz del que nadie habla.
Frente a la comedia hay un prejuicio que lo asocia con el chiste rápido, pero la comedia es un género de narración muy complicado, muy difícil que debe estar realizado con mucha verdad, con mucho asidero en lo real. Yo tengo mucho cuidado con la palabra comedia, esta teleserie está en tono comedia pero no lo es, y habla de la infidelidad y de otros temas contingentes atravesando el dolor, atravesando la culpa, el desamor, la lucha por el amor y las complejidades que uno vive cuando está en situaciones como esas.
¿Qué te provoca tu personaje?
Me surge algo como de resignación, una suerte de amor eterno, insólito, de una mujer súper emprendedora, gerenta general de una radio, muy entretenida, con excelente relación con todos, pero que por dentro vive este profundo dolor. A esto se suma la relación con su hijo, que es el hijo del marido de su hermana. Ahí se vive en una burbuja en donde hay una dependencia casi enfermiza entre madre e hijo, para que no salga este secreto a la luz, y así no destruir la familia legal, que es la de su hermana. Hay suficiente carbón como para armar un buen incendio tratando de salir sin quemarse.
"No juzgo a nadie porque se opere o que haga lo que quiera con su cuerpo. Yo no me he hecho nada. Todavía no siento la necesidad. Igual, estoy medio piti, entonces, cuando me miro al espejo, no veo nada irregular".
Es fuerte el tema de la amante.
Sé que es doloroso porque uno lo ve prácticamente a diario con los crímenes, como ese del papá en Curicó que mató a sus hijos y luego se suicidó; espantoso. A poco investigar todo apunta a que la familia está quebrada, la pareja está rota, o sea, hay un tema increíblemente potente, más que el tema de la infidelidad. Se trata de la familia, que creo requiere de una mirada.
Pero las amantes son las que se llevan la peor parte.
Yo creo que todos se llevan la peor parte. No se trata de una relación casual, sino que persiste a través de los años, tiene que ver con la poligamia, con tipos que tienen dos casas, dos familias armadas y amantes por ahí. Es como una revisión a la sicología masculina. Sería interesante indagarla: ¿qué hace que un hombre tenga más de una familia y necesite esta cantidad de estímulos sexuales? Tiene que ver con el ego, algo no descansa ahí, algo que ellos mismos formaron, un mundo que ellos mismos construyeron.
Por otro lado está la mujer que aguanta.
Ahí hay otro mundo que se abre porque, evidentemente, uno se pregunta ¿cuál es el mecanismo que hace que una mujer, por ejemplo, aguante que le peguen o que abusen de sus hijos?, ¿cómo se produce eso? Eso es siniestro. ¿Qué hace que una mujer acepte ese nivel de dolor sin abrir la boca? Hay una formación y una educación abiertamente machista, cada vez menos, pero en la que la mujer tiene que quedarse en la casa con la boca cerrada, no opinar y a criar a los hijos y preocuparse de la casa.
¿Cómo armas tu personaje que controla todo menos su vida?
Pensando en su amor, un amor legítimo y sublime. Es el hombre de su vida y la culpa hace que se resigne, supongo.
Sin quejarse
Te has mantenido vigente en un medio en que las mujeres suelen perder protagonismo en la medida que envejecen.
No concuerdo con ese planteamiento porque uno debe adaptarse a las necesidades de la historia, ser un poco más generosa en términos profesionales y ver la funcionalidad de tu personaje para hacerlo crecer. Yo no estoy muy de acuerdo con las quejas, todas las mujeres sabemos que no solo en la televisión, sino que también en el cine, aparentemente hay límites de edad, sobre todo para las mujeres. Asunto que también ha cambiado por la proyección de vida que es mucho mayor, y la capacidad de trabajo que se alcanza, que es enorme. Sucede lo mismo con la capacidad interpretativa, que se vuelve mucho más potente conforme avanzan los años porque uno va aprendiendo, y si uno puede aportar desde ahí, estupendo.
Es interesante lo que planteas en un medio en el que parece que las mujeres se negaran a envejecer, que lucharan contra la edad, que se abruman por la belleza que te exigen las cámaras.
Eso es muy complicado, yo no juzgo a nadie porque se opere o que haga lo que quiera con su cuerpo. Igual yo soy mala para distinguir quién se ha hecho algo y la verdad es que no me importa, pero evidentemente va borrando líneas de expresión y flexibilidad en los músculos. No vas a poder expresar lo que quieres.
¿Te has hecho algo?
Todavía no siento la necesidad. Igual, estoy medio piti, entonces cuando me miro al espejo, no veo nada irregular (risas).
¿Cómo te imaginas en 10 años más?
No podría decírtelo porque jamás me imaginé que llegaría a los 55 años haciendo teleseries.
¿Qué tipo de abuela eres?
A mí me gusta malcriar a mis hijos y a mis nietos, que son mellizos y tienen 11 años. Recuerdo haber sido más drástica con mis hijos con los horarios, por ejemplo. Pero con los mellizos no, para eso tienen a su mamá. Yo no me meto. Cuando están conmigo nos dedicamos a pasarlo bien.
¿Eres de las abuelas que se quedan con los niños para que los papás salgan?
Sí, de todas maneras.
¿Y estar con ellos es un panorama para ti?
Tengo la sensación de haber estado siempre con niños, siempre me han gustado, los encuentro fascinantes, divertidos. Soy de las que se quedan pegadas en la calle con un mocoso y me dan ganas de llevármelo a mi casa. Los mellis son unos terremotitos, pero lindos.
¿Eres una abuela aprensiva?
Muy. Me cuesta mucho adaptarme a lo que es el proceso natural del crecimiento. Me da susto, me toma. El temor a que los atropellen.
"Para mí el pasillo de la limpieza del supermercado es fascinante: tan lindo, todo lo miro con deseo. Es sexy. La pala, el pañito, el producto, las toallitas con cloro. Un arsenal de limpieza. Soy la bruja de la limpieza".
¿Eres miedosa con ellos?
Sí. Aunque sé que la vida es la vida. Y en la vida también hay dolores, pérdidas, muerte.
Convocada por la historia
Tú eres muy sensible con el tema de la muerte. En teatro has venido trabajando una trilogía con el tema de los detenidos desaparecidos. ¿Por qué te interesa ese tema?
El año pasado hice Soy tumba, y este año quiero hacer, Dios mediante, sobre Villa Grimaldi. Es un tema que me convoca muy profundamente, son cosas que te cruzan la vida, es un proceso largo: haber crecido en dictadura, después la democracia, las tareas no cumplidas, la justicia que no llega, o sea, eso me convoca a seguir hablando, a tratar de dialogar con la historia.
¿Cuál es el hilo personal que te mueve ese tema?
Para el golpe yo tenía 17 años y cuando volvió la democracia tenía más de 30. Esa vida, tiene algo que decir. De norte a sur nos atravesó. Y no solo a mí, también a mis hijos y a mis nietos porque no está resuelto. Y yo con esta trilogía quiero hablar de eso.
¿Te gusta Chile?
Me encanta, creo que es un país joven, el movimiento estudiantil ha renovado todo. Me gusta lo implacables que son cuando no se cumple lo acordado. Encuentro que son valientes e inteligentísimos, que ven la vida de una manera brillante y que los políticos han quedado con baberos, en el sentido de que sus respuestas no están al nivel de los estudiantes hoy. Me parece que sus manifestaciones nos vuelven a la vida, nos refrescan, nos obligan a conversar.
¿Te gusta el gobierno actual?
No me gusta la derecha.
¿Estás esperando a Michelle Bachelet?
Me gusta ella, es una mujer inteligente, sensible, con una llegada a la gente notable, me gustaría mucho que fuera candidata. No concuerdo con el análisis que se hace hoy de que debiera quedarse en silencio. No me gusta su silencio. La quiero escuchar, quiero saber qué opina sobre todo lo que está pasando. Me gustan otros nombres pero tal vez no es el momento, como la Carolina Tohá. Ella me parece inteligente y muchas de sus reflexiones las encuentro acertadas, tiene una energía nueva, es valiente, con una historia potente.
¿No te dan pudor las campañas?
Atroz, el lugar común, el afiche. A los publicistas les diría: ¡pónganse creativos, por favor!
Bruja de la limpieza
¿Tienes algún vicio? ¿Fumas?
Sí, me gusta mucho fumar.
No me lo imaginaba. Te veía como haciendo yoga
Estás loca, odio el yoga, odio pilates, me muero de lata. Cuando tengo tiempo voy al gimnasio y hago pesas, algo duro. Todo lo demás, me aburre profundamente. No salgo a trotar tampoco.
¿Y cómo te mantienes tan regia?
Contextura de siempre. Hice mucho deporte, la escuela de Teatro era muy exigente, teníamos clase de movimiento, acrobacia, esgrima, muy potente. Y las veces que puedo hago abdominales o lo que sea.
¿Eres de las que usa aloe vera y come cosas orgánicas?
¡Por favor! (risas)
¿Y el glamour?
¿Cuál? ¿La picantería de alfombra roja? No, gracias.
¿No vas a eventos?
Cuando tengo que ir, voy, pero definitivamente es mejor no estar que estar.
¿Y la vanidad?
No sé, no me maquillo, me tiño el pelo para las teleseries…
¿Y el fin de semana andas de buzo?
¡Jamás! Esa prenda no existe en mi armario.
¿Dónde te compras ropa?
Donde vea algo que me guste y no sea tan caro. Porque a veces veo una polera y no me explico cómo puede ser tan cara. Es de locos.
¿Tienes tu clóset perfectamente ordenado, los zapatos, las poleras por colores?
¡No! Nada de lo que dices. Uso bototos. De repente me digo: qué ganas de atinar más con la ropa y a los dos segundos me arrepiento: a quién le importa.
¿Conoces el Costanera Center?
No, y no creo que lo conozca luego.
¿Te gusta hacer aseo?
Me encanta.
¿De verdad?
Me mata. Yo conozco todos los productos y hago mis mejunjes.
¿Por qué?
Porque me gusta lo limpio.
¿Tienes nana?
Una que va un par de veces a la semana. El resto lo veo yo. Me gusta hacer mi cama, me encanta limpiar el baño, con cloro y sin guantes. ¡No te digo que hago pócimas! En dos segundos te dejo la cocina resplandeciente. Me encanta el olor a cloro y a amoniaco. Cuando siento ese olor, pienso: está limpio. Y suspiro.
Increíble
Para mí el pasillo de la limpieza del supermercado es fascinante: tan lindo, todo lo miro con deseo. Es sexy. La pala, el pañito, el producto, las toallitas con cloro. Un arsenal de limpieza. Soy la bruja de la limpieza.
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