Un diagnóstico de cáncer es, sin duda, un golpe para cualquier persona. Y, cuando se trata de cáncer de mama, no es la excepción. Si bien se sabe que es una enfermedad con un buen pronóstico de recuperación —frente a un diagnóstico temprano un 95% de pacientes con cáncer se recuperan según cifras de la Corporación Cáncer de Mama Chile— también existen datos en torno a ella que son alarmantes. Este tipo de cáncer es el que causa la muerte de más mujeres en Chile y en 2020 se registraron 5.331 nuevos casos según información publicada por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer. Esto convierte al cáncer de mama en el más común dentro de la población femenina y uno que aumenta de forma exponencial año a año.
En un contexto en el que cada las mujeres se ven enfrentadas a la realidad de tener que pelear con una enfermedad que no solo ataca físico, también la salud mental y la autoestima ante la posibilidad de perder elementos importantes de la identidad femenina, entender cómo acompañar de forma adecuada a una hermana, mamá o amiga es muy importante. Y es que, incluso cuando las intenciones sean buenas, comentarios, preguntas o ciertas situaciones pueden causar más dolor en un escenario que ya es complejo y angustiante.
Entender el acompañamiento emocional
En primer lugar, es importante entender qué es el acompañamiento emocional y hasta dónde llega. Muchas veces en un intento por hacerse presente se pueden transgredir los límites de quien vive el cáncer. La psicóloga Paulina Fernández, quien ha trabajado con pacientes oncológicos y en cuidados paliativos, explica que el acompañamiento emocional implica situarse en un espacio que permita empatizar con la experiencia de la persona ante un diagnóstico de cáncer. “Hay que comprender que cada individuo es el experto en el desarrollo de su vida y propia historia”, comenta. Y es necesario saber respetar el espacio de cada paciente. “El acompañamiento emocional se desarrolla resignificando y potenciando los aspectos que nos pueden entregar una mirada amorosa del proceso de tratamiento de la enfermedad”, agrega la especialista. La clave, explica Paulina, es ayudar al otro a mirar el cáncer desde una perspectiva menos angustiante o atemorizante. “Podemos observarlo como una oportunidad y no como una guerra. Porque con cada acción que se realiza, estamos creciendo y avanzando”.
La importancia de escuchar
Como comenta la especialista en salud mental, no se puede olvidar que es la paciente la que está a cargo de la dirección de su tratamiento. Por eso, aprender a escuchar de forma activa y abierta es fundamental y es una forma sana de acompañamiento. “Quienes son un apoyo para personas que se encuentren en este proceso, pueden crear el espacio para escuchar a su ser querido y observar las necesidades tanto físicas como emocionales de la paciente”, explica. Es a partir de esas necesidades individuales y particulares que se pueden tomar los siguientes pasos para apoyar y contener.
Paula Standen, Magister en Psicología y miembro de Corporación Minka especializada en psicoterapia feminista, recalca lo importante que es tomar un actitud contenedora y evitar ser avasalladores, incluso cuando lo que nos mueve es la preocupación por el otro. “Una actitud que se puede tomar con la intención de proteger es preguntar consistentemente por detalles del tratamiento y de los síntomas pero con esto la persona puede sentirse invadida o abrumada”, explica.
Cuando no podemos estar presentes
Si hablamos de acompañar, probablemente pensamos en hacernos presentes físicamente. Pero esto no siempre es posible. Sobre todo durante un tratamiento largo como el que requiere un cáncer. Uno de los desafíos del acompañamiento emocional permitir al otro sentir que estamos ahí, incluso cuando no se puede estarlo físicamente.
Paulina Fernández explica que, lo más importante cuando se quiere acompañar emocionalmente, es efectuar acciones que sitúen al paciente en un estado de bienestar. Y este es un tipo de apoyo que podemos prestar desde cualquier lugar y en cualquier momento. “Sabemos que muchas veces lograrlo es complejo por las consecuencias físicas del tratamiento médico, sin embargo, los mensajes positivos, el compartir risas utilizando la virtualidad puede causar un efecto positivo”, comenta. “El mantener a nuestro ser querido en una frecuencia positiva tanto emocional como cognitiva entrega un apoyo fundamental a la hora de experimentar el tratamiento médico en relación al cáncer”.
Contener y validar
Con los antecedentes que se cuentan respecto al cáncer de mama, su diagnóstico no solo desestabiliza emocionalmente a la paciente sino que, además, la llena de incertidumbre. Así lo explica Paula Standen. “Los principales efectos de recibir un diagnóstico de cáncer en términos de salud mental son la sintomatología ansiosa y la incertidumbre que conlleva esta noticia”. Agrega que también son frecuentes el miedo y la desesperanza al enfrentarse a la posibilidad de un proceso de mucho dolor físico y psicológico.
Por eso validar estos sentimientos y emociones —o los que surjan para la persona con cáncer— es fundamental para un buen acompañamiento emocional. Paula recalca que el tipo de apoyo que necesita una paciente que recibe un diagnóstico de cáncer siempre dependerá del paciente. Pero explica que, en términos generales, enfocarse en las emociones del otro debiese ser una de las prioridades. “Generalmente se necesita de mucha contención emocional y validación de los sentimientos que se viven durante el cáncer”, explica.
Verbalizar el apoyo
Paulina Fernández comenta que muchas veces las personas que buscan apoyar a una paciente lo hacen desde la propia emocionalidad que naturalmente involucra sentimientos de pena. La especialista explica que aprender a expresarse no desde la lástima sino desde la empatía, es muy importante. “Podemos manifestar nuestra preocupación, pero también nuestra admiración en torno a comenzar un tratamiento médico”, comenta. Agrega que en este punto es primordial desmitificar que el diagnóstico de cáncer es algo para tener pena o lástima. “Las personas que se someten a un tratamiento oncológico o hematológico son personas que cuentan con la expertise en sus propias historias para poder sanar tanto física como emocionalmente”.
Y para transmitir esos sentimientos, Paula Standen propone comunicarse de forma más neutra y usando preguntas como estrategia. “Verbalizar el apoyo desde un ‘¿qué necesitas?’ O ‘¿cómo te gustaría que te apoyara?’ hasta una invitación a distraerse pueden ser opciones”, explica. Aclara que también debemos cuidar lo que decimos para no generar más sentimientos negativos. “Hay ciertas frases que pueden generar más estrés en un proceso ya bastante estresante, incluso si son con una buena intención”. Expresiones como “no estés triste” o “tienes que ser valiente” pueden cerrar el espacio que la persona necesitaba para comunicar sus emociones y ser validada. “Acompañar en la tristeza y el desamparo puede ser desafiante, pero sumamente contenedor para la paciente de cáncer”, explica Paula.
Y es que, finalmente, lograr transmitir que un paciente con cáncer no es una carga y que se está disponible para prestar la ayuda y contención que necesiten es lo esencial para prestar un buen acompañamiento emocional.