El mal aliento se suele combatir cotidianamente con pastillas de menta, enjuagues bucales u otras alternativas, sin embargo, la halitosis puede ser una señal de algunos problemas más serios y no basta solucionarlo meramente con enjuagues que otorguen una sensación de frescura por pocos minutos. Según explica la odontóloga Asunción Diez, el mal aliento proviene principalmente de compuestos de azufre volátiles (principalmente sulfuro de hidrógeno, metil mercaptano y sulfuro de dimetil), diaminas y poliaminas, producidos por la actividad de bacterias, las cuales se deben principalmente a una mala higiene bucal.

En el 85% de los pacientes con halitosis el origen es oral, de la boca, no del estómago o intestino como muchas personas creen. Como del top de razones o enfermedades se asocia a una mala higiene como la gingivitis o posteriormente, periodontitis, que es cuando uno no se trata la gingivitis, donde se empieza a afectar no solamente la encía, sino que también el hueso que sujeta al diente”, describe Asunción.

Según explica la odontóloga, no solo basta con un buen cepillado, sino que también el uso de elementos como la seda dental, interdentales y limpiador lingual. “Muchas veces los pacientes, a pesar de lavarse los dientes tres veces al día, acuden a la consulta por mal aliento y es porque puede que el cepillado no sea el correcto. Un muy bajo porcentaje saben lavarse correctamente los dientes, pues hay quienes solo se cepillan por delante y, al no ocupar otros elementos de limpieza, se acumula sarro debajo de las encías.”, explica.

La lengua es una de las partes del cuerpo que más acumula bacterias, ya que su forma cuenta con una superficie irregular en donde, si no se limpia correctamente, se acumulan residuos de comida, que junto a la acción bacteriana generan el mal aliento a través de estos compuestos volátiles. “El limpia lengua muy pocas personas lo utilizan. Como profesional recomiendo el limpiador lingual en vez del cepillo, porque se logra retirar más residuos. Además porque no siempre tenemos las mismas bacterias en la lengua que en la superficie dentaria”. Este barrido lingual debe ser de atrás hacia delante, dejando caer todo.

Otro de los accesorios de limpieza que recomienda la dentista es utilizar cepillos interdentales, más pequeños que uno regular y que tienen forma cilíndrica. Estos son utilizados, como su nombre lo dice, para limpiar los espacios interdentales, es decir, los huecos entre diente y diente. “Con eso se desorganiza la placa que hay entre los dientes, que es lo que finalmente no remueve un cepillado normal y produce el mal aliento. Las bacterias aisladas no hacen mayor daño, pero si se juntan con otras bacterias forman equipo y ese es el que comienza con esta degradación microbiana que produce estos gases que generan el mal aliento”.

Así mismo, la seda dental también es ocupada para el higiene bucal, ya que se ocupa para eliminar la placa bacteriana entremedio de los dientes. De esta forma, se previenen caries o enfermedades como gingivitis y periodontitis. “Si no realizamos la rutina anteriormente mencionada y solo usamos elementos como pastas de dientes muy mentoladas, enjuagues mentolados, chicles y aceites esenciales, no estamos tratando el origen, sino que solo escondiendo el problema por un par de horas”, concluye Asunción, quien recomienda además realizar dos buenas limpiezas profesionales al año para mantener una salud bucal óptima.