Aunque la inserción laboral de las mujeres en Chile ha crecido en las últimas décadas, la brecha salarial entre hombre y mujeres no se ha reducido a igual ritmo. Peor aún, las diferencias aumentan a medida que ellas ocupan cargos más altos y de mayor responsabilidad. Tal vez por eso, la participación femenina en jefaturas o gerencias es de solo 7,5%, según cifras del Sernam. Aunque en muchas naciones, incluyendo a Chile, se ha intentado revertir esta tendencia con leyes que sancionan la discriminación de sueldos por razones de género, la situación no ha cambiado mucho, según concluye un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que evalúa las diferencias salariales entre hombres y mujeres en el mundo.

La sicóloga Alexandra Vidal está convencida de que las normas no bastan para poner fin a una conducta enquistada fuertemente en la sociedad y en la mente de las mujeres. "Por baja autoestima o falta de seguridad en sí mismas, muchas veces sienten que al contratarlas les están haciendo un favor, sin darse cuenta de lo que valen", afirma. Para revertir esto y negociar con éxito un ascenso o aumento salarial, propone:

- Visualizar el nuevo escenario y exigir condiciones: "Si se va a asumir un cargo de mayor responsabilidad, hay que explicitar claramente cuáles son las condiciones necesarias para lograr un buen desempeño. Ello puede implicar desde contar con elementos tecnológicos adecuados, un equipo humano idóneo y la autoridad para tomar las decisiones que la persona ascendida considere necesarias".

- Tener las cuentas claras: "No se debe aceptar una oferta a la primera. Hay que tener en mente una cifra que considere factores como la inflación, aumento en los impuestos por cambio de tramo tributario, bonos por cumplimiento de metas o mayores gastos vinculados al nuevo puesto, como contratar a una persona para las labores del hogar o el cuidado de los hijos".

- Dar buenos argumentos: "Las empresas valoran la experiencia reciente y la capacidad de innovar, más que la antigüedad. Por eso es mejor esgrimir sin vergüenza los logros obtenidos en el desempeño. Un ascenso no es un premio, es un derecho ganado con talento y esfuerzo".

- La vida personal no es tema: "El género, estado civil, hijos o planes familiares son asuntos que nunca debieran mencionarse en una negociación laboral. En la mayoría de las compañías transnacionales está explícitamente prohibido abordar esos aspectos, pero muchas empresas chilenas lo hacen. Es misión del trabajador rechazar de plano esa intromisión".