Hace un par de semanas publicamos un artículo en el que pusimos sobre la mesa cómo las personas que fueron criadas con un apego evitativo podrían enfrentar problemas a la hora de entablar una relación de pareja significativa. En dicho artículo, la psicóloga Daniela Werner explicó que éste es uno de los cuatro tipos de apego que existen, junto con el ambivalente, seguro y desorganizado, y que se da cuando “algo pasó en la relación entre el cuidador o cuidadora y el niño o niña, que le hizo crear estrategias para sobrevivir, lo que lleva a desajustes en su vida adulta. En el caso del apego evitativo, el niño o niña aprende que la figura con la que debiera contar no está del todo disponible para ellos, o no logra satisfacer las necesidades que tiene”.
Esto, a la larga, dificulta a la hora de establecer relaciones de confianza con otros, compartir intimidades, o incluso la capacidad de una persona de depender de alguien más para solucionar algo, o como apoyo emocional. La comunicación en situaciones de intimidad se hace difícil, y aunque la persona tiende a funcionar sin problemas en el ámbito laboral, en el personal encuentra trabas.
Pero, considerando que este tipo de personalidad viene de la crianza, por lo que es el resultado de acciones de otros en relación a nosotros ¿qué podemos hacer para sanar un apego evitativo?
“Pese a que la mayoría de las personas no cambian su estilo de apego, puedes alterar el tuyo para que sea más o menos seguro, dependiendo de experiencias y de un esfuerzo consciente”, dice la doctora Darlene Lancer en el sitio web Psych Central, y añade: “Para cambiar tu estilo y lograr que sea más seguro, busca terapia así como relaciones con otros que sean capaces de tener un apego seguro. Esto te ayuda a convertirte en alguien más seguro. Cambiar el estilo de apego y sanar la codependencia van de la mano, y en amos casos se involucran ciertas herramientas”.
Entre estas herramientas, Lancer enumera sanar la vergüenza y mejorar la autoestima, aprender a ser asertivos y poner límites, aprender a identificar, honrar y expresar las necesidades emocionales, arriesgarse a ser auténticos, practicar la aceptación de nosotros y de otros, dejar de actuar de forma reactiva y aprender a resolver conflictos desde la perspectiva del “nosotros”.
La terapeuta de familia, Jessica Lang, describe en su sitio web otras tres herramientas para resolver un apego evitativo, “para poder responder a tus necesidades”. La primera es entender qué gatilla comportamientos evitativos: “Es la auto protección que nos mantiene contra un muro, porque no queremos ser heridos. Queremos ser amados y expresar amor, pero el miedo que nos rodea evita que lo hagamos. Lo que nos gatilla estos miedos suele ser alguien que se está acercando demasiado. Cuando sentimos que las personas realmente nos ven, tememos que vean lo aterrados que estamos, y ponemos muros para mantenerlos afuera”. La especialista recomienda usar un diario de vida, para poder identificar cuándo nos sentimos gatillados.
A partir de esto, el segundo consejo es explorar las emociones y sentimientos, y estar más en sintonía con el cuerpo: “¿Qué pasa en tu interior cuando levantas tu muro? Investiga estos pensamientos, ¿son algo que realmente crees o se están interponiendo en tu camino para conseguir lo que quieres?”.
Finalmente, el tercer paso es la práctica: “Esto se puede hacer con un terapeuta o un amigo de toda la vida. Date cuenta de cómo te sientes cuando estás con ellos, y del tipo de conversaciones que tienen. ¿Qué te pasa cuando te cuentan algo emotivo? ¿Sientes ansiedad? ¿Miedo? ¿Qué pensamientos vienen a tu mente cuando consideras compartir con ellos partes de tu mismo? Luego, empieza por compartir pequeños detalles sobre ti que te hagan más vulnerable. Puede que la ansiedad aumente cuando lo hagas, y si eso pasa detente”.
Si alguien se siente identificado con el estilo de apego evitativo, y quiere hacer pequeños cambios en su vida para poder sanarlo y llevar un estilo de vida más seguro, y así mejorar y profundizar sus relaciones con otros, lo primero que debiera hacer es buscar el consejo de terapeutas especializados en el tema. Pero un buen primer paso es tomar conciencia e intentar llevar a cabo estas propuestas de especialistas, y así empezar un camino hacia la sanación.