Conciliación vida familiar y laboral

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Hace pocos meses el INE informó que el índice de fecundidad en nuestro país es de 1,3 hijos nacidos vivos por mujer, la cifra más baja desde que se tiene registro en Chile, y muy por debajo de la tasa de reemplazo de la población que es de 2,1. En ese contexto, la agencia de estudios políticos, sociales y de mercado Questio recientemente lanzó los resultados de un estudio de opinión para profundizar respecto de esta temática: ¿qué factores han incidido en esta baja en la natalidad?

Cada vez hay más personas -tanto hombres como mujeres- que no se proyectan teniendo hijos, y dentro de las principales razones, encontramos algunas que nos llaman a reflexionar. De las personas encuestadas que no desean ser madres o padres, el 85% señaló como una de sus motivos para descartar este proyecto, el deseo de consolidar su desarrollo profesional, laboral y/o de estudios. Así, la maternidad o paternidad aparece como algo poco compatible con el desarrollo personal en otras áreas de la vida.

Otras razones importantes son el factor económico, pues el 75% de los encuestados señalaron el alto costo monetario como un obstáculo para tener hijos, y la incertidumbre respecto a la crisis social y ambiental, con más del 60% de los encuestados señalándola como un argumento de peso para no incluir la parentalidad en su proyecto de vida.

Llama la atención que no hay una diferencia significativa entre el porcentaje de hombres y mujeres que refieren no querer tener hijos porque desean desarrollar otros proyectos. Esto se puede explicar, por una parte, por el hecho de que que vivimos en una cultura donde, por una parte, la maternidad muchas veces se vive en soledad y donde las madres -e incluso las mujeres que no lo son, pero que se encuentran en edad fértil- enfrentan enormes dificultades para desarrollarse en el ámbito laboral y profesional, pues la potencial llegada de un hijo o hija es vista como una amenaza a la productividad, el compromiso o la eficiencia.

Por otra parte, la paternidad suele ser invisibilizada de otra manera, esperando que los hombres cumplan un rol de meros proveedores, sin considerar el impacto de la paternidad en su mundo emocional o sin entregar las condiciones necesarias para que exista una verdadera coparentalidad. Traer un hijo o hija al mundo resulta entonces, para muchas personas, un proyecto poco compatible o sencillamente inviable ante las exigencias y expectativas de la actualidad, junto con la incertidumbre respecto a qué mundo podemos ofrecerle a nuestros hijos a nivel social, ambiental, económico, etc.

Un proyecto de familia que implique tener hijos e hijas es una buena noticia para la sociedad, porque la maternidad y la parentalidad con el debido apoyo son verdaderamente motores de desarrollo personal y social. El problema es que no estamos otorgando ese apoyo como es debido, ya que no estamos dimensionando el enorme valor social que tiene un proyecto de esta envergadura, y como sociedad estamos generando una deuda con las madres, padres y familias a quienes les estamos dificultando, más que facilitando, desarrollarse de manera integral y humanizada.

En este sentido, si observamos con mayor detenimiento los resultados de la encuesta, menos del 45% de los encuestados señaló como una razón relevante el hecho de que los hijos e hijas “quitan tiempo para mí” y sólo el 30% se identificó con la idea de que simplemente no le interesa tener hijos. Esto nos hace pensar que muchas personas sienten que deben elegir entre distintos proyectos que no dialogan entre sí, siendo la llegada de los hijos una potencial amenaza al propio desarrollo profesional o a la estabilidad económica.

Una sociedad que desee sostenerse en el tiempo no puede permitir que algo tan relevante como la crianza y educación de los niños y niñas no encuentre lugar en los proyectos de vida de las personas. Es tarea de todos acompañar a las madres y a los padres en esta tarea tan importante, para que nadie sienta que debe elegir entre su propio desarrollo y la crianza de los hijos. Construir un mundo sostenible abarca todas las áreas de la vida, tal como muestran los resultados de este estudio, y no tendremos un mundo ni proyectos sostenibles mientras no valoremos como es debido lo que es vital para nuestro desarrollo humano.

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