A vísperas de la entrega de los premios Oscars, Ashley Madison, la red social de citas enfocada en affairs, realizó una encuesta a través de YouGov realizada a personas estadounidenses mayores de 18 años en la que se les preguntó sobre su percepción de la infidelidad a nivel personal y también social. Un poco más de un cuarto de los encuestados consideró que el tema se ha ido tratando de manera más diversa y objetiva en la pantalla grande pero que aún siguen presentes estereotipos de género.
“La población general sigue pensando que se juzga más severamente a las mujeres que a los hombres infieles”, afirma Christoph Kraemer, Director de Relaciones Internacionales de Ashley Madison. De igual manera, la encuesta encontró que el público femenino tiene más tolerancia a las infidelidades en contraste con un 40% de los encuestados masculinos que consideran que si a un hombre le es infiel su pareja y se queda, es una señal de debilidad y falta de masculinidad.
Los cónyuges laborales
Otro de los conceptos que surgió en la encuesta es el de los llamados work spouses (o cónyuges laborales), personas con las que se forman vínculos íntimos sin que haya una relación amorosa de por medio y que se puede referir tanto a la conexión platónica entre dos individuos como a los affairs de índole sexual. Y es que para muchos hombres y mujeres el espacio laboral de la pareja representa una amenaza. El miedo a una posible “infidelidad laboral”, presente desde hace décadas, se sigue alimentando en el imaginario colectivo con obras de ficción, en la misma farándula y cómo no, en la vida real.
Sus representaciones son comunes y es un concepto que ha pasado de ser usado en la cultura pop al lenguaje corriente. Desde Pam y Jim en The Office a los varios escándalos de celebridades que le fueron infieles a sus parejas en sets de películas, los cónyuges laborales dejaron de ser sólo un cliché y se han convertido en una verdadera preocupación para las personas comunes y corrientes. Por ejemplo, en la encuesta de Ashley Madison, un 24% evidenció incomodidad ante la posibilidad de que su pareja contrate a un asistente atractivo.
“Al fin y al cabo estamos ocho horas al día en el trabajo y es normal, siendo el ser humano un animal social, que establezcamos enlaces con la gente que nos rodea. El cónyuge laboral es alguien con quien compartes un tercio del día, por lo que es obvio que se establezca una relación bastante íntima a nivel emocional e incluso una posible aventura”, agregó Kraemer. El ejecutivo lo relacionó con el secretismo que se puede tener en el trabajo. No hay tanto riesgo de ser descubierto por la pareja porque, en la mayor parte de los casos, no están presente los amigos en común o la familia, y es poco probable que algún compañero de trabajo diga algo.
Poliamor y generación Z
Otro descubrimiento de la encuesta fue el comportamiento de las usuarias femeninas en el sitio. Una de cada cuatro mujeres declaró que se encontraba en una relación no monógama, casi doblando en porcentaje a los usuarios masculinos. Asimismo, un 50% de los encuestados entre 18 y 29 años afirmó que estaba dispuesto a estar en una relación no monógama, por lo que se infiere que el uso del sitio de parte de las mujeres jóvenes específicamente, no es para buscar aventuras a escondidas de sus parejas, sino que se hace todo con el conocimiento y consentimiento de quienes están en una relación con ellas.
Aunque este comportamiento es diferente a lo que el sitio Ashley Madison ofrecía en sus inicios (encuentros extramaritales), el cambio es bienvenido. “En muchos temas hemos aceptado que hay más diversidad que el modelo binario vigente que es monógamo. Debido a la diversidad del ser humano, no tiene sentido que haya sólo una forma de amar aceptada”, dijo Kraemer. La tendencia es parte de un fenómeno global de parte de los Centennials (nacidos entre 1995 y 2010) en donde Brasil y México parecen llevar la delantera con un 62% y 59% respectivamente que está dispuesto a estar en una relación poliamorosa.
Las generaciones más jóvenes siempre han sido más liberales en términos de amor y sexo pero para Kraemer, en el caso de los Centennials, se trata de la actitud que tienen al atreverse a mostrar tipos de vínculos no convencionales libremente. “Aquí no estamos inventando la rueda. Los diferentes modelos de pareja y no monogamia siempre han existido. La diferencia es que la Generación Z es más abierta al respecto”, afirma.
Se trata de una verdadera revolución sexual en tanto se han cuestionado los cánones románticos establecidos. Es un cambio que, además, puede haberse visto exacerbado con la pandemia. Por lo menos así se vió desde el sitio de citas en donde al principio las nuevas inscripciones se detuvieron pero luego del primer confinamiento, aumentaron en un 30%.