“La cuarentena ha sido un periodo extrañísimo; ha sido duro y con muchas sensaciones que se contradicen entre sí.
Es todo un paseo salir a comprar al almacén. Me tomo mi tiempo, aprovecho de caminar y de ver la cordillera. Además, se ha generado una dinámica muy bonita con una amiga que vive a un par de cuadras, ya que en algunas de estas salidas, de sorpresa, nos pasamos a dejar algún regalito de comida. Nos saludamos de lejos y nos acompañamos, aunque sea por unos minutos.
Trabajo como fotógrafa independiente y desde hace varios meses no he podido ejercer. Rara vez sale alguna pega que pueda hacer desde mi casa. Ha sido difícil lidiar con una brusca caída de los ingresos y la incertidumbre de no saber cuánto va a durar esta situación.
No tengo una rutina fija, pero siempre pongo el despertador alrededor de las 9 am. Hay días en que ando mucho más activa que otros, lo que depende harto de si hay sol o no.
Los primeros meses sentía como una auto presión constante, tratando de que se me ocurriera la forma de darle una vuelta a todo esto. Pero tuve un antes y un después cuando logré estar tranquila en los momentos en que no soy productiva.
Ahora me permito andar mucho más lenta y tomarme, sin culpa, momentos para detenerme a observar cómo cambia la luz de la casa durante el día o mirar por la ventana. Ver la figura humana de las pocas personas que andan en la calle o de los vecinos del edificio de enfrente, cuando coincidimos en esas asomadas. Nunca me había detenido a mirarlos y ahora son las únicas personas que veo.
Valoro mucho el poder trabajar en lo que me apasiona, aunque implique inestabilidad y cuestionarme de vez en cuando si será o no la mejor opción. Me he reafirmado que me hace muy feliz, me emociona y cada vez tiene menos sentido compararme con el resto.
Agradezco que mis seres queridos estén sanos y sin mayores problemas. El estar encerrada también brinda esa sensación de estar protegido y a veces cuesta dimensionar lo que realmente pasa afuera. No nos podemos olvidar que hay muchos viviendo la cara más cruda y dolorosa de la pandemia”.
Andrea Manuschevich (andre_manuschevich) está viviendo el confinamiento sola en su departamento en Santiago.