Sabemos que ahorrar no es fácil, menos en estos tiempos. De acuerdo a Carolina Molina, psicóloga y mentora de emprendimiento, no se trata simplemente de guardar la plata que sobra a fin de mes, que es lo que nunca ocurre, sino que de descubrir ciertas prácticas que nos permiten ordenar gastos y, de esta manera, juntar algo de dinero. Aunque en un comienzo nos parezca poco, pronto podremos ver cómo el pequeño colchón de ahorros crece. “Existen una serie de métodos a la hora de ahorrar, que van de la mano con consejos estipulados por grandes pensadores y escritores del tema, tales como Robert Kiyosaki o Harv Eker”, dice y detalla:
No esperar a fin de mes
Para Carolina, usualmente lo que ocurre cuando queremos ahorrar es que esperamos hacerlo con el dinero que sobra a finales del mes. Pero en vez de hacer esto, la especialista explica que una mejor práctica es ahorrar al principio, apenas llega el dinero. “Antes de pagar cualquier cuenta, si la meta es ahorrar, lo primero es apartar este monto, como si se tratara de una cuenta más”, comenta la mentora, quien asegura que así lo propone Robert Kiyosaki, autor de Padre rico, padre pobre (1997), quien explica que lo primero que se debe hacer, es pagarse a uno mismo cuando se está ahorrando. “Es la primera práctica que cambia la vida de las personas cuando comienzan a valorar el ahorro”.
Tener objetivos
Otro error que menciona Carolina es que frecuentemente se ahorra por ahorrar, sin fijar objetivos o metas concretas, lo que conlleva a que finalmente no se ponga cabeza en ello. Y para esto, la recomendación es que al ahorrar se fijen objetivos, nombres o metas. “Este ahorro que yo hago a principio de mes, se tiene que definir, por ejemplo, para hacerlo crecer y luego invertir, o es un ahorro para las vacaciones, fondo de emergencia, etc. De hecho, crece más el monto que ahorras cuando estás visualizando para qué es, porque de esta forma se aplica un nivel distinto de energía”, comenta.
Seguir el modelo de los seis jarrones de Harv Eker
El tercer punto, Carolina lo adhiere a un famoso modelo del canadiense Harv Eker, llamado “El método de los seis jarrones”, que para esta coach significó un cambio sustancial en su vida ya que -según comenta- tiene un perfil despilfarrador. En este punto, entra la gestión del dinero que implica planificar, ahorrar, invertir y gastar. “Para la mayoría de las personas, estar en restricción por lo general hace que nos salgamos del camino correcto. Cuando estamos a dieta, por ejemplo, te persiguen las pizzas o tus antojos. Con la inversión pasa lo mismo”, explica. Por esto es que para gestionar nuestro dinero de manera sostenible en el tiempo, la clave está en poder administrarlo de manera equilibrada, es decir, tener el dinero para cubrir gastos, para ahorrar, invertir y para utilizarlo en aquello que desees.
Este autor propone los seis jarros que corresponden a seis ‘cuentas’, cada una de ellas asociadas a cierto porcentaje: Inversiones a largo plazo, gastos mensuales, formación, ocio, donación y ahorros de emergencia que si no se usan, se acumulan o sirve también para pagos a corto plazo, es decir, aquellas cuentas que se pagan anualmente, como matrículas, arreglo de la casa, permiso de circulación, entre otros. Pero estos “jarrones” se pueden ajustar a la realidad de cada persona y país, porque la realidad canadiense no es la misma que la chilena. Incluso Carolina sugiere agregar un séptimo jarro, considerando el perfil de la población latinoamericana, y es una sección dedicada para las deudas. “Al 55% destinado a los gastos mensuales, yo le saco un 10% que es para pagar las deudas. Esto, porque Chile tiene un nivel de endeudamiento muy alto, entonces es muy difícil equilibrar el ahorro, los gastos, inversión y el pago de la deuda. Esa porción de dinero se destina a pagar deudas”, explica.
Finalmente, más que tener categorías fijas, la clave está en visualizar y administrar. “Para implementar este modelo de las jarras, recomiendo partir de a poco y poner foco en el entrenamiento. Lo más importante es crear el hábito de ver el dinero y gestionarlo. Probablemente no se pueda implementar de inmediato con los siete jarros y para ello, se aconseja partir con el jarro destinado para el ahorro, luego ordenarse y en tres o cuatro meses más, agregar otro”, dice.
Instrumentos ¿dónde pongo mi dinero?
Una de las malas prácticas es dejar nuestro dinero en las cuentas de fácil acceso, en donde además no crecerán. Asimismo, para Carolina, tampoco se estudian las instituciones financieras que tienen mejor rentabilidad o que se adecúan a lo que uno quiere o busca. “No hay ninguna que sea mejor que otra, pero cada institución tiene ciertos instrumentos y hay algunos que son más rentables que otros”, dice. Siguiendo esa línea, lo recomendable es informarse y/o asesorarse para ver donde es preferible guardar el dinero para que realmente crezca y no sea una tentación sacarlo.