"Cuando los chilenos dibujas y escriben de sexo, el producto final es el objeto de deseo que tienes en tus manos. A gozar", escribe Jane Morgan, fundadora de Japi Jane, en el prólogo de Cuentos para grandes, que dedicó a su abuela "porque a sus casi 90 años, todavía es una Japi chica". ($ 15.000 en librerías y en www.japijane.cl).
Barbie porno, por Andrea Lagos
"Túpac Amaru la desea aunque su estirpe se lo tiene prohibido bajo pena de muerte. Ambos son herederos de pueblos enemigos, pero se aman. Mientras galopan, Barbie siente el olor a saúco de Túpac Amaru que le mete los dedos entre las ropas impregnadas de humo de ruca. En pocos segundos, le hace ver la Chakana, constelación guía de Wiracocha. Esto es solo el comienzo, el horizonte arde".
Los glúteos, por José Miguel Villouta
"Un buen trasero, de los que me gustan a mí, no solo tiene el glúteo mayor firme y redondo, sino que, además, el glúteo medio desarrollado y esponjoso, como si estuviera sonriendo".
Cuando me propuse perder la virginidad, por Leo Marcazzolo
"Pero bueno, la cosa fue que finalmente salí con el holandés. Yo antes había leído que era una raza con gran sentido común, pero otra cosa muy diferente fue comprobarlo. El holandés era verdaderamente un artista".
Capítulo 14 del libro Dile que no estoy, por Alejandra Costamagna
"Daniela se desprendió, al fin, del calzón color carne. Lautaro se olvidó del living, de la puerta y hasta de la tía, y dejó que la muchacha lo guiara".
Los juguetes de la vida láctea, por Natalia del Campo
"Pasaron unos años y gracias a una amiga, con más cuerpo en el carné y recién llegada de España, llegó a mis manos Flexi Félix. Una culebra de goma de 30 centímetros con protuberancias en el cuerpo y cabeza con sonrisa. Hola Félix. Buen nombre. Cómo lo hago para ocuparte, por dónde parto, dónde me instalo, ¿sola o pido ayuda? La caja dice que Félix es un gusanito anal de silicona".
Ladrón en la noche, por Daniel Villalobos
"Sara me toca el hombro porque le caigo bien, no intento toquetearla más de la cuenta y a veces le llevo regalos. El problema es que Sara es una cristiana de tomo y lomo, a diferencia mía, que ya no creo en Dios y que a menudo voy a la iglesia solo para mirarle el poto desde las bancas traseras".