¿Eres de las personas que dejan de esmaltarse las uñas por varios días con el objetivo de que respiren? Pues entonces esto te va a sorprender: las uñas -como el pelo- están formadas principalmente por queratina, una proteína de estructura fibrosa con un alto contenido de azufre, compuesta de células muertas que, entre sus características principales, está que no son un tejido vivo. Y, por lo tanto, no respiran.

¿Pero cómo crecen entonces? En su base o mátrix nacen células nuevas que van empujando a las viejas y que, al entrar en contacto con el aire y gracias a los efectos de la queratina, se secan. Por eso la piel dura que vemos en la punta de los dedos no necesita respirar más que una roca de playa.

Curiosamente, esto no quiere decir que las uñas no necesiten oxígeno. A las mujeres embarazadas, por ejemplo, se les recomienda que no se esmalten las uñas en los últimos meses de gestación, en caso de que sea necesario medir el oxígeno en la sangre mirando sus manos. Esta medida preventiva se explica en un estudio de la Universidad de Basque County titulado ¿Podemos medir el oxígeno en la sangre si las uñas están pintadas? , donde afirman que incluso el color del esmalte puede influir en la medición.

¿Qué tiene que ver esto con la no respiración de las uñas? Resulta que aunque no respiren, las células nuevas de la base sí necesitan oxígeno. El tema es que este es transmitido a través de la sangre, no por el ambiente. Es decir, que aunque sellemos las manos impidiendo que reciban una gota de aire, igual obtendrán el oxígeno necesario a través de las venas.

Dicho esto, sí es bueno darse tiempos de entre dos y tres semanas sin esmaltar las uñas para evitar que se deterioren. Y es que la acetona que se usa para remover el esmalte puede provocar sequedad y un fenómeno llamado granulación de queratina, que la Asociación de pie y tobillo de América define como partes deshidratadas de la uña donde las capas superiores han sido removidas ya sea por un quitaesmalte normal o químico. Las uñas se ven blancas o amarillentas y al tacto se sienten ásperas.

El esmaltado constante de las uñas, además, puede provocar que cambien o se decoloren debido a la pigmentación del esmalte, lo que causa que a veces tengan un aspecto amarillento.

Cuidados básicos

La Asociación Americana de Dermatología asegura que "las uñas reflejan nuestro estado general de salud", lo que hace que cuidarlas sea importante no sólo por un tema estético, sino también para evitar posibles infecciones.

Entre los cuidados básicos que recomiendan destacan mantenerlas secas y limpias, evitar morderlas o romper la cutícula, no usarlas como herramientas para abrir cosas y mantenerlas con una forma regular, sin hendiduras para evitar que se quiebren.