1. Crear el hábito de leer
“Para mí la lectura es muchas cosas, pero sobre todo es una compañía incondicional que está siempre que la busco. Creo que además es la mejor forma de conocer al ser humano, nos lleva por sus vicios, alegrías y búsquedas”, dice Beatriz Moreno, profesora de literatura que ha hecho de sus clases un lugar de encuentro en el que comparte miradas y experiencias con sus alumnos y alumnas. “Creo que por eso me va bien, porque enseño desde un formato menos formal que otros talleres”, dice.
Estudió Literatura en la Universidad Adolfo Ibáñez donde descubrió un fuerte interés por la literatura femenina y latinoamericana y se encontró con un mundo hasta ese entonces desconocido: la mujer, la madre, la ficción y la autobiografía. De ahí nació su interés por especializarse en la literatura femenina, en la mujer como escritora, madre, creadora de ficción y de autobiografía. Luego, hizo estudios de posgrado sobre la mujer en la literatura y en el medio artístico en la New York University y desde hace ocho años hace clases a distintos grupos a los que les enseña sobre diferentes autores y contextos narrativos.
Cada clase -que puede ser online o presencial- tiene contexto histórico, narrativo y luego un análisis de la obra, dando espacio para la discusión y el diálogo. No están dirigidos a un público específico y el único requisito es tener ganas de leer e incluso releer muchos libros que fueron leídos en la juventud, pero que quizás no se le sacó el provecho que realmente tenían.
Además de sus cursos, Beatriz en su cuenta de Instagram está constantemente recomendando libros con muy buenas reseñas e implementó el desafío Un libro mensual, siendo ella misma quien recomienda la lectura a seguir a principios de cada mes. Para agosto, recomienda Mañana y tarde de Jon Fosse, una estimulante iniciativa para incorporar el hábito de leer.
Más información en su mail: beatrizmorenor@gmail.com
Instagram: beatrizmorenoclases
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2. Trasladar sus cuentos favoritos
Bárbara Espejo es periodista, lectora en voz alta empedernida y mamá contadora de cuentos. Todas estas facetas la llevaron a crear en 2020 el podcast de cuentos para niños, Pop Up. En paralelo, su amigo y actual socio Simón Espinosa, también periodista, trabajaba en algunas rimas sobre pájaros para su hijo y las tituló Cocós de Chile.
Así, los Cocós llegaron a Pop Up con rotundo éxito. Pero Bárbara y Simón no se quedaron ahí: decidieron darle corporalidad a los relatos. Después de mucho pensarlo y tratar de imaginar una manera en que más niños y niñas pudieran acceder, atesorar y trasladar sus cuentos favoritos, nació Había una Voz, un dispositivo con historias portátiles para acompañarlos en todo momento y en todo lugar.
“El objetivo principal de este dispositivo es darle a niños y niñas independencia sobre qué cuento quieren escuchar, cuándo, dónde y cuántas veces (pueden repetirlo una y otra vez, que es lo que muchas veces piden), sin necesidad de una pantalla, ni de que un adulto acepte el desafío”, dicen. Además son muy fáciles de usar, no ocupan pilas porque se cargan a través de conexión USB, y además, están hechos de plásticos reciclados y preciosamente ilustrados.
Actualmente cuentan con cinco distintos: Cocós de Chile, en ediciones del norte, el centro y el sur de nuestro país, que entrega de manera divertida, dinámica y emotiva, características y detalles de la fauna (específicamente especies de aves) y el paisaje nacional; el cuento Un Miedo en Zapatillas, que aborda los siempre abrumadores miedos que llegan por la noche y cómo, si los conocemos y volvemos de nuestro lado, terminarán desapareciendo; y El Otro Trabajo de Mi Mamá, sobre lo difícil que es para niños y niñas separarse de sus mamás y lo valiosa que es la labor que hace cada una de ellas fuera de la casa, pero también, la alegría que le da volver.
Los encuentran en habiaunavoz.com
Instagram: @habiaunavozcuentos
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3. Escritura personalizada
Escribo tu Historia es una iniciativa que transforma las experiencias y vivencias personales en libros cuyo centro es la emoción y significado. Usando el formato de escritores fantasmas -escriben los libros por el cliente-, el equipo que ahí trabaja está compuesto por literatos, diseñadores, historiadores, periodistas, relacionadores públicos, guionistas y coaches, un grupo de expertos que entrevista, redacta y corrige textos y su estilo para dar vida a libros en los que el cliente figura como autor y protagonista.
Cada libro supera las 150 páginas e incluye índice, prólogo, largos capítulos y fotos y se puede hacer en diferentes formatos: autobiografías, libros temáticos, in memoriam, novelas y relatos. Al inicio del proceso de estas únicas creaciones se firma un contrato de confidencialidad y cesión de derechos con los clientes en caso de que algún día decidan vender su historia. Hasta ahora han escrito más de 120 libros y más de la mitad son privados, mientras el resto se vende en librerías, Amazon o redes sociales. Al final del proceso organizan un lanzamiento en el que presentan al cliente como autor del libro.
Instagram: @escribotuhistoria