1. El Morfi: medialunas, chipa y sándwinch de milanesa
En 1998 Jorge Rattalino se vino a Santiago con su familia, buscando nuevos horizontes. En Buenos Aires tenían un restorán, así que con esa experiencia, hicieron el contacto con una productora y comenzaron a hacer catering para filmaciones. Siempre con los sabores argentinos. De a poco fue creciendo el negocio y hoy además de la banquetería tienen dos fábricas donde abastecen a sus dos locales ubicados en la comuna de Providencia.
Morfi, el nombre de su marca, significa comida en el lunfardo o jerga argentina, y lo escogieron porque es un término muy usado en ese país y que –según Emmanuel Pianzola, yerno de Jorge que está a cargo del negocio– refleja la esencia de todos sus productos. “Absolutamente todo lo que elaboramos y vendemos en Morfi es un viaje a Buenos Aires, en cada bocado, porque hacemos lo que nos gusta comer a nosotros”, dice.
Entre su oferta tienen las clásicas medialunas argentinas simples o rellenas de dulce de leche, crema pastelera, libritos, vigilantes, facturas, todas confecciones dulces que te transportan inmediatamente al otro lado de la cordillera. Y en su carta salada hay croissant rellenos de jamón y queso calentitos, rollos de queso y la chipa, un típico pan argentino que se hace de fécula de yuca y queso.
Por último, un imperdible: a mediodía sirven sándwiches de milanesa calientes en pan brioche, “que llamamos pbt en Argentina”, dice Emmanuel. Y le suman una súper amplia variedad de empanadas de distintos portes, las más destacadas por sus clientes son: la de queso de masa de hoja, la de carne argentina, y la de espinaca y queso azul.
Los locales están abiertos desde las 7:30 a.m. para servir desayunos con pan recién horneado. Atienden de lunes a sábado en Providencia 2334 y Pedro de Valdivia 327 en la comuna de Providencia.
En Instagram Morfi.cl, donde toman pedidos.
2. Tradiciones dulces
“Arquitecta de profesión, cocinera por vocación”, así se define la argentina Alicia Raffo, que lleva 27 años en Chile y desde hace casi diez que fundó Dedora, un emprendimiento gastronómico. “Acá en Chile tengo un grupo de 7 amigos argentinos con los que nos juntamos hace muchos años y yo siempre llevé a esas reuniones alfajores de maicena hechos por mí. Me los celebraban mucho así que decidí dedicarme a esto”.
Si bien los alfajores -dos tapitas de harina con almidón de maíz y una capa abundante de dulce de leche repostero argentino, todo forrado en coco- son el hit, Alicia también es famosa por su Chocotorta, uno de los postres más típicos argentinos y que se hace con capas de galletas de chocolate (Alicia es estricta en la elección y, solo usa Chocolinas, las típicas argentinas fundadas en 1975) y las combina con capas de queso crema, crema de leche y dulce de leche repostero. Si bien la chocotorta es un postre, Alicia también la ofrece decorada por fuera para darle un aspecto más de torta.
Otra de las delicias que Alicia hace es un surtido de bocaditos individuales de vainilla o chocolate con dulce de leche y bañadas con chocolate blanco o negro según la calidad de la masita que sea; si es de vainilla la baña con chocolate negro, si es de chocolate, con blanco. Este surtido contempla también los típicos volcanes hechos con un gran copón de dulce de leche, una masa en su parte inferior y bañados en chocolate.
Recomendamos probar también su Torta de Ricotta, hecha con dos capas de masa y en el medio una generosa mezcla de ricotta casera con huevo, azúcar y un toque de limón; y la Pasta frola, que aunque originaria de Italia esta tarta de masa quebrada y dulce de membrillo se ha convertido en una de las preferidas de los argentinos.
Alfajores de maicena $12.000 (cajita de 12), surtido de masitas $15.000 (cajita 1/2 kilo), Pasta frola $18.000, Torta de ricota $25.000, Chocotorta desde $25.000 (10 porciones).
Instagram: @dedora_cocina
3. Lo mejor de la bohemia argentina
Una innovadora propuesta llegó a remecer la vida nocturna en nuestra capital: Backroom Bar, es un atrevido y elegante espacio inspirado en lo mejor de la bohemia del barrio de Palermo, en Buenos Aires.
Esta historia comenzó el 29 de febrero de 2020 en la capital trasandina cuando el ruso, Nick Baranov, llegó a Argentina para conocer más de la cultura Latinoamericana. Sin embargo, a los pocos días se decretó la pandemia por Covid-19 y con ello una larga cuarentena que lo dejó varado en Buenos Aires el tiempo suficiente para enamorarse del lugar y decidir quedarse para cumplir su sueño: tener su propio bar.
Con más de 20 años de experiencia en la industria de bares en Estados Unidos y Argentina, Baranov comenzó su carrera tras la barra de bares en Los Ángeles, California, ascendiendo luego a jefe de barra y gerente para llegar a gestionar operaciones de bares en grandes eventos de música en vivo. Su pasión por la música, la hospitalidad y la coctelería lo han convertido en un líder del rubro.
En Backroom Bar cada detalle está cuidadosamente pensado para ser una experiencia inolvidable, desde la ambientación de sus espacios –creados en complicidad con Grisanti & Cussen– hasta la propuesta culinaria gourmet y la coctelería de autor, elaborada con ingredientes nacionales sustentables, además de la acústica del local, adaptada especialmente para la perfecta ejecución de funk, soul, r&b y jazz en vivo.
Un dato para destacar: su cocina funciona hasta las 4:00 a.m.
De jueves a domingo de 06:00 p.m. a 04:00 p.m. en Pérez Valenzuela 1470, Providencia.
Se pueden realizar reservas a través de su Instagram: @backroombar.cl