1. La materia en cuestión en el Centro Cultural La Moneda
El año pasado se expuso en el Grand Palais Éphémère de París, en la Bienal Internacional de Artesanía y Creación Révélations, un stand de artesanía contemporánea chilena representada por 12 talleres que trabajan distintas materialidades, como cobre, textiles, cerámica, madera, piedra y crin. Con el objetivo de mostrar aquí en Chile lo mismo que se había exhibido en Francia, se inauguró el 1 de junio la muestra La materia en cuestión, organizada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Entre la gran variedad de artesanía, vale la pena detenerse en la obra de Lucas Nicolao (en la foto), quien crea “una interacción entre cuerpos cerámicos que da vida a narrativas imaginarias”, centradas principalmente en la idea de equilibrio, colaboración y solidaridad. Luego de exhibir sus obras en la Bienal de París, la revista alemana New Ceramics lo definió como un trabajo de “piezas lúdicas de formas geométricas, bellamente articuladas en color, cuyas superficies y relieves intentan representar las relaciones humanas”.
Entre las obras expuestas, también destacan las piezas escultóricas tejidas en hilo de plata y cobre del Taller Memorias, conformado por Carmen Gloria Vivanco, ganadora del Sello de Excelencia en Artesanía en 2018, y Mercedes Nistal, ambas artesanas de Padre las Casas, Región de La Araucanía; y el trabajo de Lamps From Chile, proyecto que busca vincular artesanías tradicionales chilenas con el diseño contemporáneo. De la mano de la maestra artesana Pilar Véjar, quien se ha especializado en el desarrollo de círculos en crin de gran escala, han desarrollado dos colecciones de lámparas, representadas por la galería neoyorquina Studio Tashtego.
Hasta el 30 de julio. Entrada gratuita. Galería del Diseño del Centro Cultural La Moneda, piso -2. Martes a domingo de 10 a 19:30 hrs.
2. Cestería con cables de Mikaella Belmar
Fue en un viaje a Chiloé cuando la artista visual Mikaella Belmar (27) comenzó a experimentar con la cestería. Partió recolectando fibras vegetales, como junquillo y manila —una planta de hojas anchas y largas— e hizo sus primeros canastos. “Cuando volví a Santiago, me fui en el rollo de la recolección urbana. Si aquí no se puede recolectar plantas, entonces, ¿qué podía recolectar? Un día caminando encontré cables de ethernet en la demolición de una construcción y se me ocurrió hacer cestería con ese material”, cuenta Mikaela. Luego consiguió cables de corrientes débiles y amplió su colección de jarros y canastos, que hoy vende en la tienda Club de Diseño Latinoamericano, ubicada en el Drugstore, y en el Instagram de su marca que tituló Sayonara.
“La cestería se puede abarcar desde muchas materialidades. Valoro mucho a los artesanos que trabajan las fibras naturales, porque esas tienes que recolectarlas, secarlas y tienen toda una forma de trabajarse que es más dura. Por otro lado, los cables son más fáciles y amigables y me gusta mucho la consigna de la reutilización”, dice Mikaela.
www.instagram.com/sayonaracynara
3. Vasijas de bioplástico de Margarita Talep
Visualmente tiene características muy parecidas al plástico, pero al entrar en contacto con algo caliente o acuoso, se desintegra. Ese es el biomaterial en base a algas con el que trabaja la diseñadora industrial Margarita Talep (27), cuyo proyecto de título fue una línea de packaging de un solo uso llamada Desintegra.me, que tiene como virtud el que se degrada en un período de 2 a 4 meses, dependiendo de las condiciones atmosféricas.
Estos ámbitos funcionales de aplicación dieron paso a creaciones más artísticas, como delicadas vasijas de vetas irregulares con pigmentos de origen natural. “Pude explorar la capacidad de contraerse de forma libre que tiene este material: es como cuando la algas están al sol y quedan amorfas, aquí pasa lo mismo”, explica Margarita, quien vende estas piezas a pedido, y cuenta con stock en la tienda Club de Diseño Latinoamericano, y en la plataforma CityLab del GAM.
www.instagram.com/margaritatalep
4. Corales marinos de Isidora Jarpa
“Siempre he tenido una fascinación por la naturaleza, sobre todo por el mar, por el mundo vibrante de los microorganismos y sus texturas mágicas e infinitas”, dice Isidora Jarpa (32), diseñadora y ceramista, quien el año pasado participó en el proyecto Encuentros Temporales, de la Universidad Católica, en el que la invitaban a crear piezas hechas a mano con materia prima del mar. Así empezó una exploración de seis meses para aprender a utilizar el polvo de las conchas de machas, ostras y choritos, que hubo que recolectar, lavar y secar muy bien, triturar, moler y cernir hasta llegar al grano esperado, para luego crear una pasta. “Al ser una materia prima orgánica, blanda, diferente a la cerámica, tuvimos que trabajar muchas horas en laboratorio, e ir probando, mezclando”, cuenta.
El resultado de este proyecto fue la obra Jardín de mar, que consiste en cinco piezas de diferentes tamaños que forman una composición total y que simulan estar vivas y con movimiento, inspiradas en los suelos, corales y flora marina. Este trabajo se presentó en abril en la plataforma CityLab del GAM y hoy se encuentra a la venta. “Destaco la fragilidad del material, su nobleza, su olor, sus colores. Fue fascinante intentar modelar naturaleza con materia prima totalmente natural”.
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