“Soy Daniela, tengo 29 años y mi título profesional dice “Ingeniero Mecánico”. Pero hace un año, me dedico exclusivamente a las terapias complementarias y holísticas.
En 2021 perdí mi trabajo producto de la reducción de personal por la pandemia y por más que busqué, fui a entrevistas y mandé mails, nunca pude concretar nada. Quedé a la deriva. Esa fue mi sensación, porque esta es una sociedad en la que nos encasillan y nos exigen trabajar exclusivamente en lo que estudiamos, a pesar de que muchas veces, no existen las oportunidades suficientes. O incluso, en el caso de las mujeres, nos cierran la puerta en la cara por la poca experiencia o por tener útero; hubo personas que me decían que mi edad y ser mujer, no les convenía para contratarme.
En paralelo, desde el 2018 me venía preparando, tomando cursos y talleres relacionados con el mundo holístico: reiki, registros akáshicos, tarot evolutivo, entre otros. Siempre pensando que sería algo que usaría sólo conmigo, que quedaría en mi esfera más íntima. De hecho, la mayoría de las personas que me conocen, no tenían idea de mi amor por todo lo “místico”.
Sin embargo, cuando mi vida quedó en jaque por no encontrar trabajo, esto apareció como una oportunidad. Algo debía hacer, y a pesar del miedo por los prejuicios del resto y el qué dirán, junté valentía y coraje para que eso que estaba guardado dentro de mis cuatro paredes, saliera al mundo. Y así fue como me transformé de ingeniera a terapeuta.
Si pudiera definir el 2022 en una palabra, diría que fue “transformación”. Y es que tuve que lidiar con mis prejuicios y los de los demás; batallé con mis propias expectativas, muy ligadas a lo que la sociedad espera de una mujer de 29 años. Fue difícil. Hubo días en los que dudé de si estaba haciendo lo correcto. Quise muchas veces cerrar todo y volver a mi vida “tradicional”.
Pero ahora que el año termina, solo puedo agradecer. Porque logré armar una comunidad de mujeres que me confían y llegan a mí queriendo sanar, crecer y transformarse a nivel espiritual. Son ellas las que también me guían, apoyan y sostienen a mí. Además, trabajo a mi ritmo, tengo mi propio horario, me tomo los descansos que necesito pues no debo pedir permiso ni sentirme mal por faltar. Hoy me siento empoderada, conectada con mi propósito de vida y haciendo lo que amo día a día, satisfecha y feliz por mi creación.
Además, he conocido terapeutas a lo largo del mundo, he conectado con gente de otros países, colaborando con terapeutas, gestando talleres, encuentros y nuevas instancias de conexión y transformación personal. Algo que jamás, en mi antigua vida de ingeniera, pasó por mi mente.
Definitivamente el 2022 será un año que quedará en mí como una huella, el primer paso que ha dado mi nuevo proyecto de vida y también la primera vez que alcé la voz desde quién soy realmente; la primera vez que escuché el llamado de mi alma. ¡Gracias 2022! Me hiciste más fuerte, valiente y sabia, pues he aprendido mucho de mis capacidades y habilidades y tengo plena confianza de que el 2023, será un año de mayor expansión y crecimiento personal”.
Daniela Martínez Chávez es Terapeuta y creadora de Mintaka Terapias (@mintakaterapias)