De turista por Lastarria
Aunque son los turistas los que más lo disfrutan, este céntrico barrio tiene nuevos rincones y clásicos renovados que también pueden asombrar a un santiaguino. Con una oferta cultural y hotelera de primera, internarse en Lastarria un fin de semana es un sorprendente panorama de verano.
Paula 1140. Sábado 1 de febrero de 2014.
Aunque son los turistas los que más lo disfrutan, este céntrico barrio tiene nuevos rincones y clásicos renovados que también pueden asombrar a un santiaguino. Con una oferta cultural y hotelera de primera, internarse en Lastarria un fin de semana es un sorprendente panorama de verano.
9 hrs.
Despertar frente al parque
Amanecer en el octavo piso de Ismael 312 puede ser algo desconcertante: la cama –king size, almohadas y plumón de pluma de ganso, sábanas de un blanco impoluto, celestial– y el cuarto de diseño hipermoderno, corresponden a un hotel de vanguardia, pero la vista del balcón hacia el Parque Forestal es tan espectacular que parece que uno hubiera dormido, literalmente, en el parque. Ismael 312 es el último hotel que abrió –hace tres meses– en este barrio motorizado por la ebullición de la oferta cultural del GAM, del cine El Biógrafo, del Centro Arte Alameda, del Museo de Artes Visuales o del Teatro Lastarria 90. Este año se espera la apertura de otros dos hoteles de lujo en la zona, The Singular y Cumbres Lastarria, clara muestra de que el barrio se expande a un ritmo pulsante. Ismael Valdés Vergara 312. Hotelismael312.com
10 hrs.
Partir con un buen desayuno
La mejor opción lastarrina para el desayuno es el Colmado Coffee & Bakery. Abierto hace 10 meses, ya cuenta con un séquito de fans por la calidad de sus preparaciones y porque está a salvo del bullicio del tránsito, escondido en el mismo patio interior de la tienda de diseño Hall Central. Sobresale el pan casero, hecho con fermentación natural –usan cáscaras de frutas en vez de levadura y grasa en la masa–, que ocupan en tostadas y sándwiches (imperdible el de tofu, con salsa teriyaki ($ 4.900), además del café infusionado frío de grano arábigo ($ 2.900). También funciona como emporio: todo lo que se ocupa en la carta se vende ahí. Merced 346. Facebook.com/colmadocoffee
De compras
Cuatro rarezas que se consiguen en Lastarria:
QUÉ: la novela Las primas, de la argentina Aurora Venturini, en una edición única del sello independiente peruano Estruendomudo. Se encuentra en Lila, librería especializada en género. Monjitas 292.
QUÉ: 70 años, el último disco en vinilo de Álvaro Peña, un mítico cantautor chileno radicado en Inglaterra que tuvo una banda con Joe Strummer y que en Chile solo vende sus discos en La Tienda Nacional. Merced 369. Latiendanacional.cl
QUÉ: jarrones y floreros de opalina (blanca y lechosa) de diseños retro y moderno. Están en Las Siete Vidas del Mueble, local que restaura muebles y vende piezas únicas de decoración. Merced 346, 2ľ piso. Lassietevidasdelmueble.cl
QUÉ: anteojos ovalados de 1870, restaurados y en perfecto estado. En la Óptica Bahía, que desde los años 60 se especializa en anteojos antiguos y conserva modelos originales de Dior y Lanvin. Merced 374. Opticabahia.cl
14 hrs.
Almuerzo al paso
En el afán de recorrer todo el barrio y frenar en todas las tiendas, habrá quien prefiera almorzar algo rico al paso en vez de sentarse a comer un menú de tres tiempos (que sería ideal, por ejemplo, en Bocanáriz –imperdible el dúo de patés franceses con chutney de cebolla confitada–, o en los cercanos Ópera Catedral y Casa Lastarria). Entonces será perfecto probar una salchicha de Hogs, que inauguró en octubre en Merced 299, y que ofrece salsas exquisitas, además de una novedosa opción vegetariana con hongos salteados. Otra buena alternativa del estilo que abrió en septiembre pasado es Buffalo Waffles (Merced 315), una barra que expende waffles a toda velocidad con variados toppings salados y dulces: desde capresse hasta nutella con frutas.
15: 30 hrs.
Ver una escultura recién estrenada en el GAM
En 1972 el artista Federico Assler donó una de sus más importantes esculturas al que en ese tiempo era el edificio Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral, que la Unidad Popular había construido para llevar la cultura a las grandes masas y poner sus salas a disposición de la gente. Tras el Golpe del 73, la obra de Assler fue ocultada por los militares y se mantuvo tapiada por más de 40 años. Hace dos semanas se volvió a abrir al público.
19 hrs.
Reencantarse con el Cerro Santa Lucía
Un elefante en la habitación. Eso parece el Cerro Santa Lucía para los santiaguinos. Inmenso –casi 70 metros de alto–, todos saben que allí está y, sin embargo, pocos lo visitan. Quizás por eso es un oasis de silencio en medio de la ruidosa ciudad, un vergel que con las últimas horas de sol se tiñe de un color sepia que convierte sus caminos y escalinatas en una especie de reino medieval encantado. Vale la pena subirlo y ver cómo se encienden las primeras luces que anticipan la noche sobre Santiago, frente a la calle Victoria Subercaseaux.
21 hrs.
Bajo Llave: la sorpresa del callejón
El callejón Nueva Rosal es algo así como un secreto a voces, una obviedad para los vecinos y un gran hallazgo para el caminante curioso. Una sola cuadra de edificios antiguos y gatos callejeros que nace en Rosal y donde se esconde Bajo Llave, un bar restorán con mesas al aire libre y un sótano de aires medievales al que en algún momento solo podían acceder clientes asiduos que tenían llave. Muchos extranjeros vienen por el cóctel de absenta ($ 5.000) y la sangría de la casa ($ 3.500). A pasos del callejón hay otros clásicos que nunca fallan para continuar la noche, como el Berri, que los sábado abre su mítico segundo piso.
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