Una persona adulta en promedio tiene cinco millones de poros en su cuerpo, de los cuales 20 mil aproximadamente están en el rostro. Y no están ahí porque sí; cumplen varias funciones, como eliminar la transpiración y permitir que nuestra piel “respire”.
Estos diminutos orificios en la epidermis de la piel, entonces, son naturales y necesarios pues hacen mucho por nuestra salud. De hecho, si realmente no tuviéramos poros –como todos los filtros de las redes sociales quieren que seamos– no podríamos producir aceite, lo que daría como resultado una piel seca, escamosa y agrietada. Y no seríamos capaces de sudar, lo cual sería una mala noticia para la regulación de nuestra temperatura.
A pesar de esto, durante décadas sólo nos han enseñado a odiar nuestros poros, a esconderlos y taparlos. Y en ese afán, muchas personas terminan dañándolos pues, con la finalidad de que no se vean, los hurgan o tapan con mucho maquillaje, en vez de tratarlos bien.
El asunto es que, esa antigua idea de “cerrar el poro”, es ficticia. Así lo explica en un artículo el prestigioso médico especialista en dermatología de Clínica Dermatológica Internacional. Dice: “El tamaño del poro es diferente en cada tipo de piel y en cada persona. La edad es uno de los factores que más influye en su tamaño, pues con la edad la piel pierde elasticidad y la capacidad de mantener el tamaño del poro. Por eso decir que los poros se pueden cerrar es un error”. Lo que sí es posible es que ópticamente parezca más pequeño y para eso la limpieza exhaustiva de la piel es fundamental; cuidar los poros tiene el poder de revelar una piel más clara, suave y saludable.
Cambio de paradigma
“No estamos hablando de belleza sino que de salud. Los poros ayudan a mantener la piel saludable, los necesitamos. Si están tapados, la piel no respira, como cuando estamos resfriados”, explica Kate Helfrich, vicepresidenta de innovación de productos y servicios de Benefit, marca que en marzo lanzó POREcare, la primera línea enfocada específicamente en el cuidado de los poros. Se trata de seis productos que cumplen funciones específicas: minimizar, limpiar y suavizar.
“Es muy loco pensar que sólo en la cara tenemos más de 20 mil poros. Es una gran cantidad, y por eso es realmente importante que nos preocupemos de ellos. Nosotros tenemos que amar nuestros poros, quererlos, tratarlos bien. Hacer un cambio de paradigma: pasar de odiar los poros y esconderlos, a amarlos y cuidarlos”, agrega.
En la investigación para el desarrollo de productos, se llegó a la conclusión de que las personas identifican tres grandes problemas universales con respecto a los poros: poros tapados, poros grandes que quieren minimizar, y una textura poco pareja o irregular. Y aunque ya está claro que el tamaño de los poros es variable y depende de los genes, sí es posible eliminar la suciedad, el aceite y las impurezas que los obstruyen y agrandan más. Y eso se logra con una buena limpieza.
Los mejores ingredientes
Extracto de limón, extracto de yuzu, bisabolol y esfingolípidos, moléculas similares a las ceramidas que ayudan a preservar la hidratación inicial de la piel, son algunos de los ingredientes que se utilizan para crear estos productos que mantienen los poros limpios y sin obstrucción. También la arcilla mineral, que tiene un efecto matificante porque absorbe el exceso de aceite en la piel.
Los expertos recomiendan que se mezclen ingredientes activos, fuertes, con algunos que ayuden a mantener la piel confortable, de manera que la piel no sufra una agresión muy fuerte.
De hecho existe el mito de que para obtener resultados en los poros, se necesitan productos fuertes y agresivos. A lo que el esteticista Jared Bailey –también parte de la marca– responde: “¿Quién quiere tener unos poros visiblemente minimizados cuando el resto de su piel parece seca o desnutrida? Además el uso de productos agresivos y desecantes puede hacer que la piel produzca un exceso de grasa, lo que no es precisamente lo mejor para los poros”.
Los ácidos exfoliantes como los AHA y los PHA (alfahidroxiácidos y polihidroxiácidos) son recomendados por los expertos. Pues cuando se combinan en la fórmula adecuada, generan una exfoliación química, delicada pero eficaz, que elimina las células muertas y ayuda a que los poros parezcan más pequeños. Pero lo más importante, a que se desobstruyan y por tanto estén más saludables.