Paula 1130. Sábado 14 de septiembre 2013.

Desde los trajes afeminados de Oscar Wilde hasta la estética bondage de las drag queens: una exposición recién inaugurada en Nueva York revela cómo la cultura gay ha moldeado profunda-mente la alta costura.

Yves Saint Laurent, Jean-Paul Gaultier, Alexander McQueen y muchos más han marcado la supremacía de los diseñadores homosexuales en alta costura durante el siglo XX. Pero los teóricos e investigadores de la moda han desenterrado raíces más antiguas de la influencia de una subcultura gay y transgénero que ha desafiado los cánones de la moda desde hace 300 años.

A Queer History of Fashion expone cerca de 100 looks, desde estilos masculinos del siglo XVIII asociados a una cultura gay emergente, hasta íconos actuales de alta costura. La muestra está abierta hasta enero de 2014. <a href="http://www.fitnyc.edu" target="_blank">www.fitnyc.edu</a>.

Ese largo camino es explorado, por primera vez en un museo, en la exposición A queer history of fashion: from the closet to the catwalk (Una historia queer de la moda: del clóset a la pasarela), recién inaugurada en el Fashion Institute of Technology de Nueva York y abierta a público hasta enero de 2014. Los curadores Fred Dennis y Valerie Steele pasaron dos años haciendo una profunda investigación para seleccionar con gran cuidado las cien prendas que se exhiben. Por ejemplo: los trajes de estilo dandy del siglo XIX que el escritor homosexual Oscar Wilde contribuyó a poner de moda. Wilde es un ícono de la cultura gay de la época: hombres extremadamente refinados para vestirse, amantes de los accesorios y caricaturizados como extravagantes. También están las prendas subversivas –como un tuxedo– que pertenecieron a Marlene Dietrich, actriz bisexual que llevó al extremo el look "garçonne" de los años 20: una moda que simboliza la huella de mujeres lesbianas en la alta costura.

Pero, aunque durante el siglo XX los diseñadores abiertamente homosexuales como Cristóbal Balenciaga o Pierre Balmain fueron reconocidos como genios, todavía tuvieron que enfrentar una sociedad homofóbica. Algunos vestidos de Dior y Balenciaga, por ejemplo, exhibidos en la muestra, enfurecieron a Coco Chanel en los años 50 por ser "ilógicos", con cinturas avispadas que recordaban al corset: los llamó "fantasías de reinas". Hacia los años 60 las cosas se radicalizaron. Los movimientos de liberación gay y las drag queens imprimieron su huella en íconos modernos como Gaultier y sus famosos vestidos con pechos en forma de conos, así como en Versace y sus prendas de cuero estilo bondage.

A queer history of fashion concluye con una serie de atuendos usados en bodas gay: quizás el último bastión, cargado de simbolismo, que la cultura homosexual ha conquistado en su lucha por ser incluida por completo en la sociedad.