“Aruba, Jamaica, oh I want to take you, Bermuda, Bahama, come on pretty mama…”, cantaban en los años 80 la reconocida banda de pop rock The Beach Boys. En la canción –que llegó al número uno del ranking de las más escuchadas en Estados Unidos– hacen una lista de lugares paradisíacos a los que les gustaría llevar a su amada para “alejarse de todo y enamorarse más”. Aruba encabeza esa lista. Y cómo no. Con sus playas de arena blanca, aguas cristalinas y un clima cálido durante todo el año, Aruba –país autónomo insular del Reino de los Países Bajos– se ha convertido en el destino elegido por millones de turistas al año.
Ubicada en el corazón del sur del mar Caribe, a unos 25 kilómetros de la costa de América del Sur, esta isla de raíces holandesas, de tan solo 30 kilómetros de largo y 9 de ancho en su punto más amplio, se da el lujo de tener sol todo el año, con 28 grados en promedio y muy pocos días de lluvia. Si a eso le sumamos playas de arena blanca –algunas catalogadas como las más lindas del mundo, como Eagle Beach– rodeadas por un tranquilo mar turquesa, al poco tiempo de estar ahí su lema de presentación ‘Una isla feliz’ pasa de ser un slogan para transformarse en una experiencia real.
Con 108 mil habitantes, una de las cosas que primero sorprende es la hospitalidad de los arubeños. ¡Bonbini! (bienvenido en papiamento, el idioma nativo) es lo primero que escuchas cuando llegas a Aruba. Y así te sientes todo el tiempo, muy bien acogida. Si bien este es el idioma oficial junto con el holandés, la mayoría de los habitantes manejan con fluidez el inglés y el español, así que el idioma en la isla tampoco es un problema.
Todas estas razones hacen que la isla tenga la tasa de retorno más alta del Caribe y que así como como los miembros de la banda The Beach Boys en los 80, cada año más un millón de visitantes elijan este destino para venir con su parejas y familias. Pero eso no es todo: en los últimos años Aruba ha fortalecido su oferta wellness con planes completos que invitan a las y los visitantes a relajarse con masajes, deliciosos spas, caminatas, meditación, incluso clases de yoga en el agua, que prometen hacer de las vacaciones no solo un momento de relajo sino que un completo detox de cuerpo y alma.
Mar, mar y más mar
El buen clima motiva incluso a las más inactivas, y una buena opción –para aprovechar el entorno paradisiaco– es hacer deportes acuáticos. Hay muchas opciones, pero el snorkeling es realmente recomendable. Cuando te sumerges y sólo escuchas el sonido del mar, entonces estás en el momento de máxima desconexión del viaje. El paseo parte en un yate y dura cerca de cuatro horas en total. Se para en Arashi Reef, para ver corales y peces tropicales (¡realmente se ven muchos!) y luego se sube al yate donde te ofrecen almuerzo (o cena) de cuatro tiempos.
Las clases de yoga también son un imperdible en la ruta wellness de Aruba, hay diversos lugares, uno muy reconocido es Manchebo Beach Resort & Spa que ofrece retiros de yoga por cuatro noches, con clases diarias de esta disciplina y desayuno saludable incluído. Pero ¿para qué hacer yoga en la tierra si se puede hacer en el mar? El SUP Yoga en vela es una tremenda experiencia incluso para quienes no están acostumbradas a esta práctica. La concentración que se requiere para mantener el equilibrio hace que la desconexión sea total.
Caminatas, meditación y descanso
Si el plan es solo descansar un buen libro, un refresco y una reposera son suficientes en ese entorno, pero para sumarle a la experiencia, la mayoría de los hoteles y resorts tienen sus propios spas, algunos directamente sobre la arena. Entre los servicios que se incluyen hay fangoterapia tonificante, masajes con piedras calientes, exfoliantes, baños relajantes y refrescantes de aromaterapia y máscaras faciales.
También se pueden encontrar tratamientos con Aloe Vera. Y es que la historia de esta planta en la isla (que incluso está presente en su escudo nacional) comienza hace 130 años, cuando el empresario Cornelis Eman plantó las primera semillas que pronto cosecharon uno de los mayores patrimonios económicos de los arubeños: con la compañía Aruba Aloe Balm N.V. –que en la actualidad se puede visitar– fueron pioneros en el desarrollo de cosmética utilizando las bondades de esta suculenta. En la actualidad todos los productos –que incluyen una línea de cremas y lociones, gel, desodorantes, after sun, productos para el pelo, jabones, entre otros– son reconocidos mundialmente por sus altos estándares de calidad.
Y si el plan es encontrar espacios para meditar también hay opciones: Shanti Aruba realiza grupos de meditación en la granja de Mariposas, un espacio donde reina la paz y las mariposas vuelan alrededor; y también está Maria Pucci, conocida en la isla por realizar grupos para caminatas que terminan con una meditación en la Naturaleza, en Alto Vista, al lado de una quebrada.