El 19 de diciembre de 2017 Emilia Iris Nuyado Ancapichún se convirtió, silenciosamente, en la primera diputada Mapuche-Huilliche de nuestro país y cuando ingresó al Parlamento para ocupar su cargo fue ovacionada de pie por sus pares durante varios minutos. Es que su ingreso equilibraba una asimetría histórica. El oráculo de esta semana devela su carta, que nos habla de cómo no transar nuestra personalidad para concretar nuestros sueños y propósitos. Emilia se reconoce tímida, pero no por eso es débil. Todo lo contrario. Es una mujer fuerte y aguerrida. Su poder radica en su mensaje y en lo que ella, como mujer, como política y como indígena, representa. Su carta rescata la fuerza y la perseverancia como herramientas silenciosas, pero radicales.
El camino de Emilia hasta el Parlamento fue lento y estuvo marcado por el trabajo. A lo largo de su carrera esta mujer ha honrado a sus antepasados y a las mujeres que vinieron antes que ella. De hecho, sesenta y cuatro años de que esta diputada fuera recibida con aplausos en el Congreso, Zoila Quintremil Quintrel, una profesora normalista de Nueva Imperial y vicepresidenta de la Asociación Nacional de Indígenas de Chile, fue la primera mujer mapuche candidata a diputada de Chile y ochenta años antes, Herminia Aburto fue la primera mapuche aspirante a un cargo público, pero ninguna de las dos ganó en sus elecciones. Por eso hoy Emilia Nuyado le da voz, cuerpo y visualidad a las mismas demandas de sus antecesoras: los derechos de las comunidades indígenas. "No puede ser de otra manera", ha dicho. "Para mí lo importante es lograr un plan de desarrollo territorial que proteja nuestro bosque, recuperar la calidad de nuestras tierras agrícolas, ayudar a los sectores donde hay pobreza, modificar el Código de Aguas y reactivar las restituciones territoriales".
Siendo una niña (la menor de nueve hermanos), Emilia caminaba a diario cuatro kilómetros para llegar a la escuela básica del poblado de Quilacahuín, donde muchas de sus compañeras iban descalzas a clases, y más tarde entró a la Universidad de Los Lagos para estudiar Auditoría, abriéndose paso entre sus compañeros hombres. Siendo joven, inició su carrera como dirigente y desde siempre ha estado vinculada a la tierra, a su gente y a sus necesidades. Uno de sus sueños ha sido lograr un Chile en que los "mapuches y los no mapuches nos miremos en igualdad de condiciones". Y para eso ha trabajado incansablemente escuchando a sus pares, para luego darles voz.
El punto de quiebre de su carrera como dirigente llegó año 2000 cuando los militantes del Partido Socialista le propusieron ir como concejal, representando a la comunidad indígena. Emilia ha contado que fue difícil ya que había muchos aspirantes pero las comunidades salieron a defender su espacio, tanto indígenas como personas no mapuches. "Ellos querían marcar la historia con una mujer mapuche huilliche que pueda llegar desde el territorio huilliche al Parlamento", una frase que se transformó en el logo de su campaña. Y lo logró. Hoy su triunfo es reconocido a nivel nacional e internacional como un hito que abre un espacio al diálogo.
La diputada Nuyado es soltera y defiende su autonomía. Ha dicho que está orgullosa de haberse hecho una carrera sin la ayuda de la prensa, sino que con 25 años de consistente trabajo. El suyo es un espacio ganado con garra y perseverancia. Por lo mismo considera que su lugar en el Parlamento es una conquista para los "históricamente discriminados". En el horóscopo tradicional, Emilia es Leo y nos hace mucho sentido que lo suyo sean las garras. Pero no unas garras violentas e intimidantes. Son garras que vienen desde adentro y de muy atrás en el tiempo. "Soy una mujer relativamente tímida", ha dicho. "Pero cuando se trata de afectar a nuestra gente alzo la voz más fuerte que los otros".
Sugerencia: Expón tus ideas con respeto, pero con convicción. La timidez no es sinónimo de debilidad.
Color: Tierra.
Mantra: Newén (fuerza).
Número: 25, los años que Emilia trabajó como dirigente social con comunidades indígenas antes de lanzarse a una carrera política.