Dirigir a la madre

Esta actriz y directora de teatro, hija de los actores Claudia Celedón y Cristián García-Huidobro, acaba de estrenar en Teatro Mori la obra que más la ha desafiado en términos personales: 12 horas de amor con Cata Valdivieso, una comedia negra donde dirige, por primera vez, a su madre.




Paula 1170. Sábado 28 de marzo de 2015.

Andrea García-Huidobro ya había actuado con su madre, Claudia Celedón. En la película La Nana de Sebastián Silva, donde interpretó a la hija de Pilar Valdés, la dueña de casa que encarnaba Claudia Celedón. También compartieron escenario en las obras de teatro El taller de los celos y La celebración. pero, sin ocultar la gran admiración que siente hacia su progenitora, dice que faltaba algo importante: dirigirla.

Con 30 años y más de 10 haciendo carrera en cine y teatro, Andrea ha dirigido cinco obras: Patio, Temporada baja, Hoy, La estructura del fracaso y  Locos de amor, casi todas comedias, género que le gusta mucho. En 2003 le había propuesto a su madre participar del elenco de El zoológico de cristal, pero ella se negó, porque era un drama intenso y podía verse afectada la relación de ambas. Pero en 2014, cuando volvió a la carga en su intento por dirigir a su madre, esta vez no pudo negarse. Andrea la invitó a protagonizar una obra cuyo personaje central es Cata Valdivieso, el mismo personaje que Claudia Celedón creó en 2000: una mujer de clase alta que discrimina y habla sin pensar, y que se hizo masivamente conocida por los delirantes videos que subieron a Youtube con el colectivo Hermanos Martínez Internacional.

¿Por qué estabas empeñada en dirigir a tu madre?

Quería enfrentarme al proceso creativo de dirigir a mi propia madre y a la gran profesional que es. Es la actriz con más trayectoria que he dirigido, entonces era un desafío. Pero lo que más me movía es que, como la conozco tanto, sé todo lo que me puede dar. Esa es mi ventaja y tenía que utilizarla. Además que tenemos el mismo tipo de humor y eso nos une.

¿Cómo es ese humor?

Bastante cruel. Me río del gordo, del que le cuesta un poco más, del político intenso, de la cuica discriminadora, como en esta obra. Me gusta profundizar en los estereotipos. Por eso siempre trabajo con humor y me han tildado de frívola y de hacer teatro comercial; hay un prejuicio bien grande con el humor. Pero yo no concibo la puesta en escena sin humor.

¿Qué descubrieron la una de la otra en los meses de ensayo?

Yo descubrí su oído de músico virtuoso. Se da cuenta antes que yo cuándo y quién está a otro ritmo en la actuación. Para un director es muy maravilloso un actor con buen oído. Ella, por su parte, está sorprendida de lo estricta que soy, de mi orden y estructura, algo que apareció en mi vida después de los 22 años cuando ya no viví más con ella.

Como directora, ¿le paraste mucho el carro? Porque Claudia tiene harto carácter.

Claro, siempre en buena onda, y ella a su vez ha tenido que trabajar la paciencia y la calma. Mi mamá es muy espontánea y seca para improvisar. Pero para mí la improvisación tiene un límite y luego hay que fijar textos, ordenar y ser precisos. Como directora he tenido que estructurarla y eso le ha costado muchísimo.

¿Te ha servido o te ha pesado para hacer carrera ser la hija de Claudia Celedón y Cristián García-Huidobro?

Siempre existe un prejuicio, sobre todo en este país. Varias veces escuché: "Ah, pero tú estás apitutada, estás lista". Si estuviera apitutada, estaría en la tele, en mil películas, y conseguiría obras fácilmente. Lo cierto es que no ha sido así. Me ha costado. Sin embargo, me sirvió crecer rodeada de actores comola Amparo Noguera, Fernando Larraín o la Coca Guazzini. Observé y absorbí mucho de ellos.

Tu marido, Patricio Yovane, también es actor. ¿Has pensado en dirigirlo a él?

Lo dirigí cuando pololeábamos en la obra La estructura del fracaso. Fue difícil porque le costó entregarse, pero de a poco se soltó. Fue muy bonito y terminó sirviendo para la relación. Dirigir a un actor te permite conocerlo en otros ámbitos, ver sus necesidades y espacios íntimos. Lo aprendí con él y ahora también con mi madre.·

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