Muchas mujeres, y especialmente las mamás, van a estar de acuerdo. Tras pasar un día de muchas horas preocupada del trabajo, de las labores domésticas y de los niños, con pocos o mal aprovechados descansos entre medio, la idea de irse a dormir temprano parece tentadora, pero injusta ¿Por qué no mejor aprovechar ese espacio donde los demás duermen para leer, ver una película, o hacer lo que nos de la gana? ¿Qué importa si mañana hay que madrugar?

Pero no es algo que solo le pasa a las mamás, sino que se extiende a muchas otras personas. Gente con trabajos altamente demandantes, que sólo se pueden desconectar durante la noche, o quienes están al cuidado de personas adultas o adultos mayores, y que recién pueden descansar cuando ellos se van a dormir. Y no se trata simplemente de leer, ver una película o hacer algo que seguramente disfrutaremos, sino que muchas veces no es más que revisar redes sociales hasta que, sin darnos cuenta, ya es madrugada.

A esto, que es tan cotidiano, la psicología internacional lo llama Revenge bedtime procrastination, lo que podríamos traducir como Retardo vengativo de la hora de dormir. Es como si nos desquitáramos por no habernos podido dar el tiempo que queríamos para nosotras durante el día, así que lo hacemos en horas en las que deberíamos estar por fin descansando. Y súper comprensible porque ¿quién quiere pasar sus días ocupada por los demás, o por cosas ajenas a ella?

Este concepto nace en China, donde se ha popularizado el horario laboral 996, que quiere decir trabajar de nueve a nueve, durante seis días de la semana. Y lo dio a conocer al mundo la periodista Daphne K. Lee a través de su cuenta de Twitter, a mediados del año pasado: “Son personas que no tienen mucho control sobre sus vida diurna, se rehúsan a dormir temprano para recuperar algún sentido de libertad durante altas horas de la noche”. Aún así, se cree que este fenómeno tiene al menos un par de años más de antigüedad y, como nos podemos dar cuenta, no afecta solamente a quienes trabajan horas chinas. De hecho, ya en 2014 se hablaba de Retardo de la hora de dormir en investigaciones holandesas, pero recién en China se incluyó la palabra venganza.

Pero ¿por qué hablamos de venganza? El especialista en sueño del Sleep Council estadounidense, Terry Cralle, le explica al sitio web Health.com que esto se debe a que “no dormimos a propósito para poder reclamar ese espacio ‘para nosotros’”. O sea, no es que no podamos conciliar el sueño ni que tengamos un caso de insomnio entre manos, sino que pese a que estamos realmente cansadas, nos rehusamos a cerrar los ojos hasta que podamos hacer algo centrado en nosotras.

El problema es que dormir menos de lo que necesitamos es bastante dañino para la salud general, más allá de que nos vamos a sentir cansadas al día siguiente, y probablemente tendremos menos energía. Según el sitio web Medical News Today, existen varias razones que hacen que descansar como corresponde sea imprescindible. En primer lugar, como era de esperar, dormir bien mejora nuestra capacidad cognitiva, productividad y concentración. Por otro lado, cuando una persona duerme bien tiene una mayor conexión con su salud, y con lo que espera para tener una jornada saludable en términos de hábitos y alimentación. De hecho, se ha comprobado a través de una serie de estudios que dormir poco o dormir mal podría llevar a que una persona coma más y de forma menos consciente.

El cuerpo se recupera mientras dormimos, por lo que para quienes entrenan o realizan una actividad física cotidiana, descansar entre siete y ocho horas es fundamental. Además es sabido que un buen dormir es necesario para una mejor intensidad de rendimiento, tener más energía durante el entrenamiento, mostrar una mejor coordinación, tener mayor velocidad y una mejor función mental.

La presión arterial del cuerpo se regula cuando descansamos de forma adecuada, por lo que un buen dormir es fundamental para prevenir enfermedades cardíacas. Y por último, se ha atribuido a la falta de sueño como un factor incidente en la depresión.

Y entonces ¿qué podemos hacer? El tiempo para una puede ser en la tarde o en la noche, pero debiera ser consciente para que realmente lo aprovechemos, y que no nos saque de los horarios a los que deberíamos apuntar. Entonces, cuando por fin nos vamos a acostar, podemos convertir de ese momento un ritual en el que nos preocupamos por nuestra piel, nos damos un baño, y nos vamos a acostar con tiempo. Esto quiere decir que si queremos dormirnos a eso de las diez de la noche, deberíamos estar en cama al menos media hora antes.

Por otro lado, es clave establecer límites durante el día de tal forma que no estemos disponibles el ciento por ciento del tiempo para otras personas, y podamos tomarnos breves descansos entre cada tarea.

Dormir bien es parte del autocuidado, y al privarnos de nuestras horas de sueño lo que hacemos realmente es perder tiempo, restar energía para el día siguiente y, a la larga, podemos estar generando un desajuste que puede traer consecuencias en nuestra salud que siempre son mejor evitar.