Con Julia Roberts enfrentándose a vendedoras esnob y luego paseando cargada de bolsas de diseñador en la película Pretty woman (1990) conocimos Rodeo Drive, tres de las cuadras más caras del mundo, donde se encuentran las tiendas más exclusivas del lujoso barrio Beverly Hills. Y es ahí donde, en la numeración 421, a metros de Hermès, Celine y Chanel, está la peluquería Mauro Hair Salon, cuyo copropietario es el chileno Edgardo Navarro, reconocido por trabajar con mujeres como Cecilia Bolocco y Daniela Vega, por nombrar solo un par. "Surgió la posibilidad de comprar una peluquería en Rodeo Drive, entonces decidimos con mi marido cerrar la casa grande que teníamos en Pedro de Valdivia y nos vinimos", cuenta por teléfono desde Beverly Hills.
¿Por qué decidieron mantener el nombre de Mauro Hair Salon?
Porque el fundador -Mauro Spina- es un italiano que llevaba 16 años trabajando aquí, entonces su prestigio era importante. Aunque la verdad, el nombre de la peluquería es lo de menos, las clientas llegan porque yo me llamo Edgardo Navarro.
¿Cómo es la clienta de Rodeo Drive?
Tiene muy claro lo que quiere y siempre busca calidad, más cuando hablamos de la cuadra más cara del mundo. Es muy entretenido, la gente es encantadora, la competencia es muy fuerte, pero eso me ayuda a mantenerme al día. Uno así se da cuenta del talento que tiene, porque puedes estudiar, pero cuando tienes que aplicar lo que aprendes el talento es lo que prima.
¿Tus clientas son clásicas o más atrevidas?
Tengo una de 90 años de la que no te puedo dar el nombre porque es muy importante en Chile y solo se atiende conmigo. Y la más chiquitita es la que hace el comercial de una multitienda con Chayanne. Tengo mujeres clásicas, que usan el bob perfecto, y están las otras multicolor, que les gusta el pelo rosado y buscan un profesional que lo haga bien.
¿Cada cuánto tiempo vienes a Chile?
Voy cada tres meses, pero si hay eventos grandes con Cecilia Bolocco u otras clientas importantes, viajo. A veces me llaman y me subo al avión y voy a cualquier parte del mundo. Ahora voy a estar hasta el 15 de julio, y la agenda se pone estrecha porque mis clientas, que aún me siguen, se quieren ver estupendas, entonces yo trabajo de lunes a lunes. Siempre hay algo. Empiezo a las 7 de la mañana y termino a las 10 de la noche, pero es un trabajo reconfortante.