Paula 1230. Sábado 15 de julio de 2017.
Yoga + box
La academia de boxeo Bxo Boxing imparte Box Yoga, práctica que combina yoga patanjali, respiración y relajación, y la clásica técnica del boxeo para lograr un mayor control en la musculatura y los golpes. La clase de una hora, a cargo de la instructora de yoga María Paz Bars, se divide en 4. En la primera, acostados boca arriba en savasana y con música, se relajan. Luego vienen las posturas de boxeo, golpes de combate y yoga para elongar y fortalecer.
Después de una meditación guiada, finalmente se realiza una nueva relajación. Desde $ 40.000 al mes dos veces a la semana ($19.000 la matrícula). Av Las Condes 9792. info@bxoboxing.com / www.bxoboxing.com
Pilates ultra intenso
Pilates Hiit combina la disciplina de elongación sin máquinas con ejercicios de High Intensity Interval Training (hiit), entrenamiento funcional aeróbico en que se trabajan brazos, abdomen, gluteos y piernas. La clase dura 55 minutos, con cuatro alumnos como máximo. Desde $ 53.200, 8 clases al mes (matrícula de $15.000). En centro Aramo, Rinconada 8963, Vitacura, fono 22933 7404. contacto@aramo.cl / www.aramo.cl
Baile y meditación
La bailarina Catalina Jünemann es en Chile la única profesora certificada de Yoga Booty Ballet (YBB), título que obtuvo en Los Angeles y Nueva York. En su clase de entre 60 y 70 minutos, y dividida en cuatro fases, combina meditación, yoga kundalini y hatha, y baile.
La primera parte es una meditación guiada con movimientos de columna. La segunda son 30 minutos de baile tipo afro, que permite un trabajo aeróbico. Sigue con ballet clásico y yoga para elongar. Desde $22.000 mensuales una clase semanal (sin matrícula). Café Rita Roux, Francisco de Riveros 4375, Vitacura. ybb.chile@gmail.com / www.ybb.cl
Hot Pilates Testimonial
por Pilar Navarrete
Hace 12 años, una fría tarde de sábado, salí de mi primera clase de Bikram Yoga –en una sala temperada a 42°C– diciendo "nunca más". "Cómo se me ocurrió venir". El olor a transpiración de la sala me pareció insoportable. Mi cabeza iba a explotar. El calor, que me encanta, era difícil de resistir. Pero al séptimo día me di cuenta de que me hacía tan bien: además de tonificar y elongar, terminaba las clases con una inyección de energía. Pasé por una etapa de bastante "adicción", yendo diariamente hasta que me saturé.
A principios de este año pensé en volver, pero dije chao, no quiero más de lo mismo. El problema fue que en la búsqueda de una nueva práctica todo me aburría. Por eso cuando me contaron que en una de las escuelas de Bikram impartía Hot Pilates –pilates en calor–, dije "¡lo pruebo!". Así tomé mi primera clase en una sala a 40°. La sesión consiste en 60 minutos de pilates en el piso, sobre una mat cubierta por una toalla, porque transpiras sin parar (es ideal ir con shorts y un peto). A diferencia del pilates que alguna vez realicé, esta versión es con música (hits de pop electrónico) y una profesora que te impulsa a hacer los ejercicios que se centran en el abdomen, las piernas y los brazos.
A difrencia del Bikram, full silencio, aquí se puede conversar, cantar, gritar. Explotar de la risa si se quiere, nos advirtió la profesora. Y así fue. Me reí solo de pensar cómo mi editora –con quien compartimos el amor por el yoga en calor– se iba a reír de mí cuando le dijera que fui feliz haciendo planchas con la música que odio de los gimnasios. Pero esa risa colectiva me hizo sentir como parte de algo alegre. Salí reenergizada por el calor y la dinámica de grupo. Algo ideal en un frío invierno como este. $12.000 la semana de prueba. Av Suecia 0104, fono 22335 1798.