El cassette vuelve a sonar
Reinó en los ochenta y noventa, pero cayó estrepitosamente con la llegada del CD y luego del mp3. Hoy está regresando de la mano de fanáticos que lo recuerdan y reivindican.
Paula 1154. Sábado 16 de agosto de 2014.
Reinó en los ochenta y noventa, pero cayó estrepitosamente con la llegada del CD y luego del mp3. Hoy está regresando de la mano de fanáticos que lo recuerdan y reivindican.
En un episodio de Kids React, una webserie semanal donde niños dan su opinión sobre diversos temas, se les mostró un walkman –el reproductor portátil de cassettes de Sony que revolucionó la música en los 80– para ver su reacción. También se les explicó que funcionaba con un cassette. "¿Un qué? ¿Tengo que adelantar o retroceder para ir a otra canción? ¡Es horrible! ¡Mi iPhone es mucho más delgado!".
Más allá de lo divertido que es presenciar la respuesta de los niños, el desconocimiento de las nuevas generaciones habla de un formato olvidado y ciertamente menos práctico que escuchar música en Spotify o iTunes. Pero eso podría cambiar. El cassette viene desde hace un tiempo dando signos de un incipiente renacer, con señales cada vez más nítidas, como el Cassette Store Day, un día de celebración donde tiendas alrededor del mundo venden música en este formato. El año pasado tuvo una exitosa versión, con ediciones en cassettes de grupos como The Flaming Lips, At The Drive-In o Deerhunter, y este año se realiza nuevamente a fines de septiembre.
También responde al mismo fenómeno el documental Cassette (www.cassettefilm.com), pronto a estrenarse, que incluye a músicos como Daniel Johnston diciendo que el formato le salvó la vida, porque buena parte de su música la grabó caseramente en ese formato; al carismático Henry Rollins (ex Black Flag) luciendo orgulloso su gran colección de cintas y a Thurston Moore (Sonic Youth) alabando el mismo objeto que tributó años atrás con su libro Mix Tape: The art of cassette culture.
La mayor parte de los fanáticos asume que se trata de un tributo nostálgico a un formato al que se le debe mucho –la portabilidad, la posibilidad de copiar y de mezclar música eran conceptos que antes del cassette no existían–, aunque hay quienes también reivindican sus cualidades únicas, como que es el formato físico más barato de producir o que tiene un sonido digno de apreciarse, como Billy Sprague, dueño del sello Sanity Muffin de San Francisco, especializado en editar cassettes. "Para nosotros, todo suena excelente en cassette", le dijo al blog de la tienda Amoeba, célebre cadena norteamericana que, desde su creación en 1990, nunca ha dejado de vender cassettes.
El cassette del futuro
Exitosos han sido los experimentos de Sony para crear una nueva versión del cassette. En abril de este año anunciaron que lograron una tecnología para almacenar más de 185 terabytes en una cinta magnética, lo que permitiría guardar algo así como 60 millones de canciones. Aún no tiene fecha de salida, pero todo indica que más que un nuevo soporte de audio será un formato que les compita a los actuales discos duros.
Dos datos para comprar
- El sonido del cassette: el local de Francisco Ortega, coleccionista y vendedor de cassettes, tiene unas 600 cintas que siempre va renovando, entre las que se encuentras desde thrash metal, hasta Los Prisioneros o Madonna. Desde $ 2.000 en galpón Víctor Manuel, loc 385, Persa Biobío.
- Punto musical: aunque no adquieren nuevos cassettes, tienen cerca de 3.000 y se pueden encontrar joyitas como Douglas, Lucho Barrios o cumbias antiguas. Desde $ 500. Merced 820, loc 7.
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