Aunque la menopausia es un ciclo vital totalmente normal e inevitable, es también un tema del que se habla y se sabe poco. Casi no existen cifras en Chile, por ejemplo, del costo laboral y económico que tiene para las mujeres que trabajan remuneradamente y que se ven afectadas directamente en su desempeño y bienestar por los síntomas y cambios físicos que sufren durante esta etapa.

Un estudio publicado recientemente por Mayo Clinic cuantificó el costo para las mujeres en Estados Unidos: US$ 1.800 millones en horas de trabajo pérdidas por año, sin contar los gastos médicos asociados a esta etapa.

Entre las mujeres encuestadas, el 13% tuvo un resultado laboral adverso como consecuencia de los síntomas de la menopausia y un 11% faltó al trabajo debido a estos malestares. Según los investigadores, estos hallazgos ponen de manifiesto la necesidad de que las empresas e instituciones adquieran políticas para que el entorno laboral de las mujeres en esta etapa sea más favorable.

Paula Sperry, ginecóloga y experta en menopausia y climaterio de la UC Christus, asegura que los síntomas asociados a la menopausia suelen ser más intensos durante la etapa de climaterio o transición a la menopausia, en los años previos al cese definitivo de las menstruaciones por un año.

“Los síntomas más prevalentes son los típicos bochornos, la sudoración nocturna, algunas mujeres se despiertan transpirando en la noche. También afecta el sueño, provoca insomnio y pueden sentir dolores articulares”, dice Sperry.

En esta etapa de transición, detalla, cuando los ciclos se hacen más irregulares, puede suceder lo que se conoce como metrorragia. “Cuando los ciclos no son mensuales se va provocando una acumulación en el endometrio y se sangra en forma abundante. Eso también puede ser una complicación para el trabajo”, dice.

Además, las mujeres pueden experimentar sofocos, cambios de humor y sequedad vaginal, entre otros síntomas.

Un tabú que cuesta caro

Sperry asegura que no existen cifras actuales sobre ausentismo laboral de mujeres por estos síntomas y tampoco es un tema que se tenga en consideración dentro de las empresas. Ese silencio agrava la situación.

“Muchas veces me comentan que se sienten incómodas. Las mujeres que son ejecutivas y están en reuniones laborales, por ejemplo, tienen que lidiar con bochornos. Se ponen rojas y transpiran, es súper incómodo. Les da vergüenza que vean que están pasando por eso porque socialmente la menopausia sigue siendo un tema poco conversado y tabú”, dice Sperry.

La falta de estrógeno, común para quienes estén pasando por este período, puede conllevar a una disminución de memoria a corto plazo. “Entonces las mujeres tienen menos capacidad de retención de información y eso les afecta mucho a quienes son laboralmente activas”, explica Sperry.

Además, el estrés puede ser un gatillante para que estos malestares se intensifiquen. “En un ambiente laboral donde hay estrés y presión, los síntomas son mucho más intensos”, dice.

Falta de políticas

La menopausia puede producirse entre los 45 y 55 años, explica Sperry, pero el promedio de edad en Chile son los 50 años, todas edades significativas laboralmente para las mujeres. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas correspondientes al año 2022, la edad promedio de las mujeres que trabajan remuneradamente en el país es de aproximadamente 40 años.

Marcela Perticará, directora del Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Diego Portales, asegura que este tema no se aborda a nivel empresarial o institucional. “No tiene ningún tratamiento específico. Se habla de brechas entre hombres y mujeres pero no brechas relacionadas con eventos particulares, es súper invisibilizado”, dice.

Para la académica, es un tema que debería tener mayor urgencia ya que muchas de las mujeres que están pasando por esta etapa están “retornando de la etapa fértil”. “En los treinta estás lidiando entre la conciliación entre el trabajo y la familia, cuando estás saliendo de eso viene este otro shock que en principio puede ponerte en desventaja con respecto a tus pares hombres”, dice.

Especialmente ahora que la mujer tiene una participación laboral más visible y activa, debería haber un espacio para que uno manifieste estos síntomas que se pueden ver como una debilidad, explica.

La doctora Sperry asegura que la falta de información y transparencia está directamente ligada a la invisibilización que tiene la menopausia en general en nuestra sociedad. “La gente lo conversa poco, entonces también pasa mucho que las mujeres no consultan porque no saben que los síntomas se pueden manejar. Si son candidatas para las terapias hormonales éstas pueden mejorar la calidad de vida, disminuir los síntomas que son molestos”, dice.

Esta etapa se puede “llevar de forma acompañada y de mucho mejor manera sin que afecte en su vida personal y también laboral”, concluye.

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