El debut y despedida del Ozempic

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A fines de 2022, el empresario sudafricano Elon Musk generó revuelo en redes sociales con otro de sus ya tradicionales y polémicos posts. Esta vez, la publicación no tenía que ver con anuncios respecto de ninguna de sus compañías —Tesla, SpaceX o su más reciente adquisición, Twitter— sino que hablaba sobre un tema completamente personal pero no por eso menos controversial: Al ser consultado por su reciente cambio de look y su evidente baja de peso por una usuaria de Twitter, Elon Musk respondió breve, en menos de 280 caracteres, que había logrado adelgazar rápidamente gracias al ayuno, el uso de un medicamento y a que se había mantenido lejos de la comida.

De todos los consejos para la baja de peso compartidos en el escueto mensaje de Musk, hubo uno que resonó con fuerza y se propagó rápidamente por las redes sociales. Se trata del medicamento que el empresario menciona y que hoy, casi 4 meses después, está agotado no solo en Estados Unidos sino también en nuestro país. El Ozempic —nombre comercial del compuesto— es una fórmula inyectable de semaglutida que, originalmente fue desarrollada para ayudar en el tratamiento de la diabetes.

La semaglutida es una agente mimético que ayuda al páncreas a secretar la cantidad apropiada de insulina cuando los niveles de azúcar en sangre se encuentran elevados. Ya sea porque un paciente presenta resistencia a la insulina o porque, derechamente, sufre de diabetes. Y si bien el origen de la droga estuvo vinculado al tratamiento de esta enfermedad, sus popularidad vino de la mano del uso que le dio Elon Musk y miles de otras celebridades que de forma abierta -o solo bajo sospecha-, han recurrido al Ozempic para perder kilos.

Fabiola García es Ingeniero Comercial pero trabaja como profesora. Hace años que luchaba contra el sobrepeso sin éxito hasta que tomó la decisión de someterse a una operación para ponerse una manga gástrica. “Me operé con 130 kilos y bajé a 90 pero tuve una reganancia de 110″, cuenta. Esto implica que, tras todo el proceso de la intervención y el post operatorio, que según relata son complejos y como toda operación, riesgosas e invasivas, de los 40 kilos que logró bajar, recuperó la mitad. “La manga es difícil porque tienes mucho reflujo y la sensación de hambre sigue estando”, explica. Tras este nuevo intento fallido fue que Fabiola, a través de su siquiatra llegó al Ozempic. “Me lo recomendó por un tema de ansiedad”, recuerda Fabiola. Explica que, después de varios exámenes la especialista le dijo que sería una buena candidata para hacer un tratamiento de baja de peso con este medicamento que, al menos en Estados Unidos, ha sido aprobado por la Food and Drug Administration FDA para su uso en pacientes diabéticos y el control del sobrepeso y la obesidad sigue siendo una de sus aplicaciones médicas off-label.

La nutrióloga Sabrina Wigodski explica que, si bien el Ozempic no ha sido reconocido como un medicamento para ayudar en el control de peso, la semaglutida, sí recibió la autorización oficial de la FDA en 2022. “El Ozempic como tal no está aprobado para su uso en obesidad, pero otro medicamento con la misma molécula y en el mismo formato inyectable sí se aprobaron”, explica. Y agrega que, desde que se aprobó el uso de la semaglutida a comienzos del año pasado para el tratamiento de la obesidad, la demanda por Ozempic aumentó exponencialmente en nuestro país porque se confirmó la seguridad del uso off-label o extraoficial que se estaba haciendo del medicamento. “La molécula ya se usaba en pacientes con obesidad porque se habían visto muy buenos resultados”.

Fabiola comenta que para ella estos buenos resultados implicaron un giro en 180 grados. “Me cambió la vida”, comenta. “Es una forma de bajar más orgánica porque realmente no sientes hambre”, explica. Y es que lo que para muchos es un territorio desconocido —el mundo de las dietas, el ejercicio y la batalla contra el sobrepeso— para otros es una lucha que han llevado por años. Y la llegada del Ozempic fue una nueva esperanza. “Con el Ozempic comes igual, de todo pero sin ansiedad”, explica Fabiola. “Y uno no piensa en comida. Un día fui a un control y me di cuenta que había bajado 10 kilos”, recuerda. Y efectivamente, logró bajar 10 kilos sin restringir ningún tipo de alimento y realizando ejercicio una vez a la semana en 4 meses.

Si bien el caso de Fabiola muestra que el Ozempic no necesariamente entrega resultados milagrosos, ni bajas de peso extremas en el corto plazo, los médicos lo prefieren porque es un compuesto más seguro que las alternativas. “Se ha vuelto preferible porque es una familia de medicamentos que tiene menos efectos adversos que otros que se recetaban para estos mismos fines como los anorexígenos”, explica la doctora Sabrina Wigodski. Pero, además, los pacientes como Fabiola lo eligen porque es, tal como explica, una opción que elimina casi por completo el dilema de la comida.

Pero no todo es color de rosa desde que Ozempic llegó a terminar con las dietas. Uno de los principales problemas de este medicamento es su alto costo, lo que hace que el acceso para miles de personas sea casi imposible. El precio de la semaglutida inyectable en farmacias es en promedio de $150.000 pesos por dosis. Y se requiere una inyección de 2mg por semana lo que implica que un tratamiento mensual cuesta alrededor de $450.000 pesos. Esto ha hecho que muchos pacientes deban recurrir a un mercado informal que funciona en plataformas como Facebook donde vendedores ofrecen el medicamento casi a la mitad del precio de venta en farmacias y sin receta médica. Y esta demanda por Ozempic en el mercado negro solamente ha crecido en los últimos meses desde que se ha vuelto prácticamente imposible conseguirlo en farmacias. El famoso remedio para el sobrepeso que llegó de la mano de TikTok y las celebridades había desaparecido.

Nicole Apablaza es estudiante de Publicidad y compra Ozempic a través de Facebook. “No lo comprábamos en farmacia porque es un medicamento sumamente caro”, explica. Nicole cuenta que su mamá es quien usa Ozempic hace meses para controlar la resistencia a la insulina por indicación médica e incluso teniendo la receta para comprarlo en el comercio establecido, Facebook era el canal a través del cuál conseguían un mejor precio. “Explica que producto del boom del uso de Ozempic como medicamento para la baja de peso cada vez se volvió más difícil de conseguir. “Por todo este tema que pasó con que los famosos de Hollywood que lo empezaron a utilizar para fines estéticos, la gente común y corriente quiso hacer lo mismo, utilizar Ozempic para bajar de peso, y por lo mismo ya no hay stock, también por esto las farmacias o lugares que tienen el medicamento subieron su precio”, aclara.

La doctora Sabrina Wigodski explica que la escasez de Ozempic no se debe a un quiebre de stock o a que el medicamento simplemente haya desaparecido del mercado. “La escasez del medicamento se debe a que hay una intermitencia en la producción”, comenta. Suena menos alarmante, pero finalmente se trata de una discontinuidad causada porque, aparentemente, según explica la especialista, hay problemas de abastecimiento del material plástico con el que se fabrica el lápiz inyectable que utiliza el laboratorio.

Pero la subida de precios ni la escasez de Ozempic son los únicos problemas que enfrentan los usuarios. Porque incluso los pocos que logran conseguirlo a través del mercado informal tienen que confiar en que, el vendedor del producto, ha respetado la cadena de frío de los lápices inyectables y los ha mantenido entre los 2 y 8°C que requiere el fabricante para asegurar su calidad. “Cuando no se respeta la cadena de frío se presume que puede disminuir el efecto y esto es mas preocupante en pacientes con diabetes porque ellos dependen del medicamento para mantener una glicemia estable”, explica Sabrina.

Tras la primera arremetida del Ozempic como la respuesta a las súplicas de muchos y su posterior desaparición —hace más de un mes que Nicole ni Fabiola logran conseguir sus medicamentos—, la solución que han ofrecido los médicos es cambiar los tratamientos farmacológicos a otros por via oral. “En mi caso hay 3 alternativas que son parecidas y a las que voy derivando a mis pacientes por la parte farmacológica”, comenta Sabrina. “Desde la perspectiva de los cambios de estilo de vida las indicaciones se mantienen. De esa forma podemos continuar con el tratamiento”. Agrega que en el caso de los pacientes con diabetes, los cambios son más difíciles, delicados pero no imposibles. “Es un poco más complejo porque ahí los pacientes dependen del medicamento para mantener una glicemia estable y hay que monitorear cómo van sus resultados”. Y es que si bien para miles de personas que habían tenido que lidiar con los efectos adversos de medicamentos de generaciones más antiguas para el tratamiento de la diabetes o que no habían logrado controlar el sobrepeso, el Ozempic llegó como caído del cielo, nada ni nadie es irremplazable. Y ahora que ya no está, otras moléculas similares están ocupando su lugar.

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