Se acaba de terminar una de las fiestas deportivas más importantes de la historia del país. El medallero de los Juegos Panamericanos Santiago 2023 nos dejó sacando cuentas alegres con 79 medallas, un récord absoluto en la historia de esta competencia para nuestro país. 31 de ellas, fueron obtenidas por mujeres.
Una de esas medallistas es la esgrimista Analía Fernández, quien junto a su hijo de dos años en brazos celebró su primer bronce y medalla Panamericana. “Es un logro demasiado bacán. Siempre había estado a punto, rozando la medalla, y al fin se dio”, dijo. Sin embargo, este logro tan importante y trascendental tiene un lado amargo para ella.
“Es súper difícil ser mamá deportista en Chile, se te cierran todas las puertas. Es como ‘quisiste ser mamá, arréglatelas sola’. No hay una entidad o alguien que te diga ‘oye, nosotros te vamos a poner un centro, una persona o una sala, lo que sea para poder cuidar a tu hijo, así tú nos puedes seguir representando’. No, ellos solamente te piden y te piden resultados y si no obtienes resultados, te quitan todo. Igual esa presión es fuerte”, expresó.
Ser mamá de alto rendimiento
Y es que ser mamá y deportista de alto rendimiento en Chile, significa un esfuerzo doble en relación a sus pares deportistas hombres o incluso a los que son padres. Según la última encuesta del INE sobre uso del tiempo, las mujeres, sin importar el estado de ocupación, edad o nivel educativo, realizan más trabajo de cuidados que los hombres, con un promedio nacional de 3 horas más al día. Esto se traduce en que tienen menos tiempo para dedicar al trabajo remunerado o combinan estos roles como pueden.
La crianza y el trabajo de cuidados son elementos que se le suelen cargar más a las mujeres. Son ellas las que sacrifican su tiempo y energía para lograr compatibilizar el cuidado de los hijos con el entrenamiento, el trabajo y a veces, los estudios. Esto es algo que en este contexto resulta profundamente perjudicial para la trayectoria deportiva de estas “madres de alto rendimiento” que deben hacer malabares para rendir.
Emocionada, luego de enterarse de que había quedado en séptimo lugar, la lanzadora Natalia Duco habló con la prensa sobre su situación actual y los desafíos que ha enfrentado en los últimos años en el deporte. “Fueron tres años en los que no competí. Entrenábamos en las plazas, no podía acceder a una pista. Luego, mi entrenadora falleció, y me encontré sin entrenador. Ahora, entreno a distancia con un entrenador externo, algo muy amateur, lejos de lo que hacía antes”, comentó.
Con lágrimas en los ojos, la atleta agregó: “como mamá, mujer y deportista, decidí que mi prioridad era mi hijo antes que el deporte. Ese fue un costo que quise asumir, y tal vez hoy no gané una medalla, pero estoy aquí como una madre que cuida de su hijo, que lo lleva al jardín, que está con él todos los días y que además compite”.
¿Qué tan grave es para el éxito del deporte chileno que haya un abandono hacia las deportistas que son madres?
Este costo del que habla Natalia, mucho tiene que ver con las condiciones propiciadas para las deportistas, dice Benjamín Moreno, cofundador de la plataforma de crowfunding e inversión, Women4Sports. “Es gravísimo para el éxito del deporte chileno que haya un abandono hacia las deportistas madres. Se da por hecho que hay deportistas que no van a seguir rindiendo, cuando la historia en el mundo ha demostrado lo contrario. Serena Williams, por ejemplo, es una deportista de altísimo nivel que fue madre y volvió al altísimo nivel poco después de serlo.
Es muy malo para Chile que se asuma que una deportista por tener guagua no va a seguir siendo el deportista de que era antes o incluso mejor, se pierden deportistas de altísimo nivel por no propiciar soluciones tan sencillas, que parecen ridículas. Esto además nos hace perder la oportunidad de tener referentes para las generaciones futuras y promover el deporte, que es algo tan positivo para la sociedad”, aseguró.
Algunas de estas soluciones las expuso la esgrimista, cuando reveló que le habían negado todas las peticiones que hizo para poder tener una guardería en el centro de entrenamiento. “La presión no viene tanto de la federación, sino que de más arriba; del Comité Olímpico y del IND, que son a los que he pedido ayuda y me la han negado, porque dicen que no tienen recursos, porque no están preparados para poner salas con niños. ‘Búscatelas sola’, es lo que siempre me han dicho: ‘lo sentimos’”, lamentó. “No soy la única mamá deportista que entrena en el CEO. Está lleno de mamás con sus hijos que no tienen dónde dejarlos para poder entrenar; que nos abran una sala. Qué cuesta. Tienen tantas salas desocupadas en el centro, que abran una sala, le pongan unas colchonetas y pongan a dos personas a cuidarlos. Si entrenamos cuatro horas al día. Cuánto les va a costar...”, aseguró.
Desigualdad de oportunidades
La falta de visibilidad y cobertura mediática son una de las heridas más profundas para el deporte femenino. Y es que, aunque ha habido cambios, el mundo del deporte sigue siendo un lugar hostil y tremendamente desigual para las mujeres. “Tener menos visibilidad y cobertura que sus pares varones perjudica la capacidad que tienen ellas de mostrarse al mundo, de generar contactos y oportunidades, de mostrarse para que la gente se entere de que existen en el mundo del deporte. Nosotros justamente creamos Woman 4 Sports con la idea de vincular y generar oportunidades para ellas sacudiendo el mercado, haciéndolas más visibles, exigiéndole a los medios y a las marcas que tengan más participación”, asegura Moreno.
Dentro de este mismo proyecto, Benjamín y sus socios idearon W4S DREAMS, una reciente apuesta que invita a marcas, empresas, organizaciones y amantes del deporte a invertir en proyectos liderados por mujeres atletas, que incluyen el financiamiento de becas deportivas, preparaciones, como también viajes y estadías a competencias y proyectos sociales o formativos vinculados al deporte. Esto, como una forma de apoyar e impulsar sus carreras deportivas.
Del total de dinero que se ingresa a la plataforma, el 70% se destinará al proyecto de la deportista escogida, mientras que el 30% restante se dirigirá a un “primer fondo de inversión con perspectiva de género”, convirtiendo a los participantes en inversionistas directos de la iniciativa. De momento, son seis los proyectos que hoy están abiertos en la plataforma para los inversionistas que quieran hacerse parte, liderados por las deportistas Kristel Köbrich, Daniela “Leona” Asenjo, Fernanda Castro, Maya Silva, Agustina Noguera y Daniela Colilef, que quiere comprarse una bicicleta nueva para competir en “igualdad de condiciones” en los Juegos de Los Ángeles 2028.
Aunque la ciclista Daniela Colilef tiene el apoyo de su pareja, mamá y abuela para que cuiden a su hijo, no es lo mismo. “Siendo mamá estoy pendiente de mil cosas además que de mi deporte y tienes que poder lograrlo todo durante el día, entonces es difícil. La ausencia del apoyo para las deportistas que son madres afecta en sus trayectorias y rendimiento deportivo. Falta que haya una sala para el cuidado de los niños mientras entrenas o algún lugar donde los puedas dejar. Ha pasado que, si mi hijo no puede ir al colegio porque está enfermos, no puedo ir a entrenar porque no tengo con quién dejarlo. Son cosas que afectan, pero una tiene que arreglárselas no más”, dice la ciclista.
Ojalá que parte de la herencia que estos Juegos Panamericanos nos dejaron impacte en el valor que le estamos dando a los cuidados y en cómo se apoya a las deportistas de alto rendimiento que son madres hoy en día. Para que puedan compatibilizar sus roles con tranquilidad y que no tengan que “arreglárselas no más”.