Paula 1188. Sábado 5 de diciembre de 2015.
El alcalde Francisco de la Maza junto a una de las muestras interactivas en el recién estrenado MUI.
¿Cuáles fueron los hitos culturales de Las Condes en los últimos años?
La estrategia en materia cultural ha sido abarcar todos los espacios posibles, todos los géneros y todos los ámbitos. Desde el 2000 empezamos a tomar los espacios culturales desde la calle. Hicimos el primer ballet Cascanueces en
avenida Apoquindo. En el Teatro Municipal me decían: "Usted está loco, aquí no va a venir nadie. Nosotros lo que más hemos convocado al Teatro Municipal fueron mil personas". Y llegaron quince mil.
Llevar la cultura a la calle.
Exactamente. Pero, a partir de eso, empezamos a construir lugares, como el Museo en Santa Rosa de Apoquindo; el pueblito de artesanos de Los Dominicos, con un teatro para niños; el Teatro Municipal. Hacemos muestras, ciclos de teatro; en verano tenemos ciclos de jazz, músicas del mundo, cine al aire libre, un festival de danza. Y lo último es la apertura del MUI. La apuesta fue recuperar una propiedad municipal para construir algo acorde a los tiempos de hoy: con una función cultural entretenida y educativa, y con la última tecnología, como la muestra actual, la historia de Roma desde el origen hasta la caída del Imperio.
Hicieron un trabajo de descentralización y creación de nuevos espacios. ¿Por qué no se había hecho antes?
Nosotros hemos sido una especie de laboratorio en términos comunales. Creo que el desarrollo no solo es educación y riqueza: detrás hay algo muy importante que tiene que ver con el cambio cultural. No creo que sea posible un desarrollo sustentable sin una cultura sustentable.
¿Cuál es el desafío de entregar cultura a una comuna de "barrio alto" y, a la vez, lograr que esta sea inclusiva?
Primero, Las Condes tiene distintos niveles socioeconómicos. El trabajo cultural que nosotros hemos hecho es para todos, y particularmente para aquellos niveles socioeconómicos de más bajos ingresos. Por eso tenemos ciertas tarifas muy rebajadas, casi todos los museos son de acceso gratuito. Y, además, la estrategia de tomar la calle, donde no existe una barrera territorial. Pero creo que el Estado de Chile está muy al debe en el esfuerzo en materia cultural hacia los chilenos. Y eso ya no depende de una comuna.
¿Cómo se hace atractivo un producto cultural frente a tantas opciones que compiten?
Ahí está el desafío. En la medida en que vas abriendo espacios, al ver la reacción de la gente obviamente no solo te atreves, sino que, además, palpas que hay una verdadera necesidad de cosas de esta naturaleza. Uno va pulsando cómo abrir estos espacios de manera adecuada.
¿Son un un modelo a seguir para otras comunas?
Más bien creo que tiene que ver con un modelo a seguir de parte del Estado. Una de las cosas más relevantes en la educación pública es el análisis de la mochila sociocultural que traen los niños que ingresan a los colegios públicos, que viene vacía. Entonces el hecho de incorporar el ámbito cultural masivo y abierto desde distintas áreas, contribuye. Hay una necesidad de que el Estado asuma eso, entregando oferta cultural: el rol público es fundamental: la cultura no pueda estar entregada al mercado, no se sostiene por la ley de la oferta y la demanda.
¿Y qué desafíos tienen planteados para adelante?
Siempre, a medida que se crece, hay que ir consolidando. Un proyecto es construir un teatro para 300 personas dedicado a las artes escénicas teatrales. Con toda la tecnología, porque veremos que efectivamente hay una demanda importante, y eso nos obliga de alguna manera a ir abriendo estos espacios. Hoy sabemos que nuestra oferta cultural es estable, no hay nada tambaleando.