El mundo del lino
Entre paredes de adobe, madejas de lino, vestidos intervenidos con fieltro y plumas y cuadros pintados por ella misma: aquí despliega su interminable creatividad la artista visual María Paz Valdivieso.
A cada rato entran mujeres a preguntar por algún abrigo de terciopelo o por ese vestido de lino tan increíble que está puesto en un maniquí. Pero si le preguntan por su profesión, María Paz Valdivieso (50) jamás dirá que es diseñadora ni dueña de una de las tiendas de ropa más chic de Lo Barnechea. Ella se define como artista visual y asegura que pintar cuadros y crear prendas es básicamente lo mismo. Sin estudios formales, empezó a pintar mujeres. Paralelamente, le dio por confeccionar polleras con su hermana y venderlas a amigas, en su casa. Luego tomó cursos de Moldaje y Confección con la diseñadora alemana Annegret Hielscher, en Chile. "Me puse a hacer ropa más artística, más histriónica, más lúdica y me la empezaron a pedir para desfiles", cuenta. Sus polleras de gasa bordada a mano, sus prendas drapeadas de lino afieltrado, sus vestidos de novia bordados con paciencia infinita en macramé, plumas, fieltro y lana, desfilaron en las pasarelas de Raíz Diseño (2009) y los Fashion Week de Montevideo (2008), Chile (2009) y Shanghai (2009).
En diciembre de 2009 abrió su primera tienda, en una casa de campo de Lo Barnechea donde conviven, entre otras, las marcas Presents, de decoración, y Lola Lecannelier, de joyas. Hasta aquí llega su público: "Mujeres de entre 30 y 60 años pero con estilo", describe María Paz. "Mi ropa logra destacar las formas sin que tengas que tener una facha increíble, porque se acomoda a los cuerpos. Por eso no tiene tallas, porque nadie es small, médium o large: todas somos combinaciones de esas medidas. Por ejemplo, una de las prendas que más compran son unas blusas de terciopelo con un fruncido en el pecho, que le quedan bien tanto a las que no tienen mucho busto (porque crea simetría con las caderas) como a las pechugonas (a quienes el fruncido les sujeta). Lejos, lo más importante de mi ropa es que marca la cintura".
"Esta casa fue la primera escuela de Lo Barnechea, a principios del siglo pasado. La descubrí el año pasado, estaba en ruinas, en un estado espantoso, pero se veía que era encantadora", dice María Paz. "Yo fui la gestora de este proyecto que junta a varias creadoras y que no tiene nada que ver con un mall. Me importa que todos los ambientes tengan flores, un poco de desorden, de vida, que haya olores, que el baño sea como el de tu casa. Lo rico es que acá la gente se transporta un poco al campo con las paredes de adobe y el ruido de los pájaros".
Sus vestidos de novia son bordados con paciencia en macramé, plumas, fieltro y lana
"Me fascina trabajar la pintura en forma digital. Éste es un cuadro que hice en el computador, lo imprimí sobre tele y luego lo intervine con pintura, algo que hago mucho ahora. Se llama marionetas y es parte de una muestra que hice en la galería de Ana María Matthei. El computador es otra herramienta que es muy difícil pero hay que saber usar.
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